"TEMAS SOCIALES DEBERÍAN ESTAR MÁS PRESENTES EN LA AGENDA PRESIDENCIAL"

¿Cuáles son los logros o aspectos positivos que percibe la población en este último año de gobierno?

La población reconoce que este gobierno ha hecho un buen trabajo en promover la inversión, en conseguir el Tratado de Libre Comercio y la Cumbre con la Unión Europea, otro logro que la población ha valorado. Los objetivos alcanzados están en este campo y se reflejan en indicadores económicos, evidentemente muy favorables. Obviamente, aquí hay algunas diferencias. Las personas más informadas, más educadas, sí mencionan el tema económico e incluso hablan de reducción de la pobreza como logros del gobierno; los sectores más populares no señalan estos temas.

Parece que esos logros y aspectos positivos se quedan solo en el nivel económico. ¿Qué pasa con el tema educativo, seguridad y en general el tema social?

En realidad en el caso social, lo único que la gente ha percibido desde el comienzo es un interés del gobierno por mejorar la educación. El tema de la evaluación de los maestros ha quedado en la memoria de la población. En el campo de la salud se están haciendo cosas interesantes pero todavía no hemos registrado que la gente lo tenga muy presente. Lo mismo podríamos decir en el campo de la agricultura, donde han habido buenos trabajos, pero estos no se fijan mucho en la mente de la  población.

Estos logros que la gente sí considera, ¿se condice con el nivel de aprobación presidencial?

Cuando le preguntamos a la gente, ¿por qué aprueba la gestión del Presidente?, menciona estos hechos. De hecho, el Presidente de la República tiene un nivel de aprobación relativamente bajo para el promedio regional de América Latina, alrededor de 30 por ciento, porcentaje que ha oscilado alrededor de esa cifra desde comienzos de año. En una encuesta nacional urbana que hacemos todos los meses, su aprobación en Lima es más alta, alrededor de 40 por ciento; es decir, tiene mayor respaldo en la capital y en el norte del país. En el sur y el medio oriente del país ha mostrado niveles bajos de aprobación; eso debido a que la percepción de la población señala que está haciendo muy poco en términos de ocuparse por los más pobres. La gente reclama cosas como el alza de los precios en el mercado, que no tiene que ver directamente con su gestión pues sabemos que esto se relaciona con un problema internacional; pero igual la población lo asocia con el gobierno, al igual de lo que sucede con el tema de la lucha contra la pobreza. La  población no percibe una acción suficiente, en particular del Presidente. Aquí entramos a otro tema, que es la imagen que el Presidente de la República transmite, la imagen de una persona que trabaja intensamente pero desde Palacio de Gobierno, en las altas esferas del poder. No se le ve como se le ha visto en el pasado a otros gobernantes u otras autoridades, más cerca de la población, más presente en las calles. La población quisiera un líder que este más cerca de ellos.

Esto a pesar de sus intentos de verse más popular… No olvidemos que el Presidente ha estado recorriendo el país monitoreando el avance de la construcción de carreteras y otras actividades…

Es verdad que lo ha intentado, pero creo que es un tema de capacidad y estilo personal. Su estilo personal es un poco más distante. Es un hombre más de ideas que de obras, por eso la gente lo ve lejos, creo que este aspecto será muy difícil de revertir porque se trata de su personalidad.

Y en referencia a los aspectos negativos. ¿Qué es lo más criticado por la población en cuanto a la labor del gobierno en este último año?

Es difícil responder a esta pregunta porque las encuestas señalan que el aspecto más criticado es el aumento de los precios, acción que es atribuida al gobierno quizá porque mucha gente todavía tiene la idea de que es responsabilidad del gobierno controlar los precios. Esto es algo que está en la psicología del  consumidor que no entiende bien como funciona el mercado, además han quedado los recuerdos del gobierno anterior del Presidente García que estuvo marcado por la hiperinflación, quizá por ello sea un tema sensible. Esto es lo que gente menciona como la mayor preocupación, pero personalmente pienso que el gobierno no ha hecho nada inconveniente, por el contrario creo que ha manejado la situación bastante bien. Hay acciones concretas que son un poco lentas, pero yo diría que el problema mayor está en no haber podido transmitirle a la población un programa agresivo de reformas en el campo social, que generen esperanzas en el sentido de que va a mejorar la calidad de vida de los pobres: mejor infraestructura, mejores condiciones de salud, mejor empleo y educación para los menores. En el campo social ha habido muchas iniciativas sueltas, pero quizá ha faltado una mayor visión de conjunto.

¿Falta una mejor política de difusión de los logros y de lo que se espera lograr a mediano y largo plazo?

Sí, aunque no tanto la difusión de los logros sino de la visión que se tiene para enfrentar estos problemas. El Presidente García, por ejemplo, en sus artículos sobre El Perro del Hortelano y en sus múltiples intervenciones, tiene bastante claro lo que quiere en el campo económico, quiere generar inversión, abrir el Perú al comercio internacional. Así, vemos entonces a la Ministra de Comercio Exterior gestionando tratados internacionales, al Ministro de Economía, emitiendo normas necesarias para promover la inversión; pero cuando vamos al campo social no sucede lo mismo. Si medimos los tiempos que consagra el Presidente en sus discursos a la población, los aspectos sociales tienen menos peso del que debieran tener, igual sucede en los discursos del Primer Ministro. Deberían estar mucho más presentes en la agenda los temas sociales, y mucho menos los temas económicos que finalmente ya están resueltos.

¿Está diciendo que los temas sociales son el punto débil de este último año de gobierno?

Ese es el punto débil, y en realidad también es la mayor limitación para el desarrollo futuro, incluso pensando en las empresas cuya mayor preocupación hoy es pensar en qué va a pasar en el año 2011. Hay un riesgo político para ese año si es que no se hacen cosas más eficientes en el campo social. Y vinculado a eso está una decisión que se tomó -errónea a mi parecer- que consistió en bajar los sueldos para los funcionarios del sector público, con lo cual el Estado se ha atado de manos en un momento en el que se requiere contratar personal calificado; algunos de los cuales se encuentran trabajando en el extranjero. Puedo entender esta medida en el caso de un ministro o un congresista, pero en el caso de un gerente de administración pública que será responsable por los cheques que firma y los problemas que puedan generarse después, el hecho que le reduzcan el sueldo ocasiona que mucha gente competente no quiera trabajar para el Estado peruano.

Por otra parte, respecto al entorno del Presidente, ¿cómo ve la población el trabajo e influencia de los ministros de Estado?

Tiene un buen gabinete ministerial y no tiene los "amigos de parranda" que hemos visto en el caso de otros presidentes. Quizá lo que le falte es abrir un poco más el juego. Se ha rodeado de tecnócratas calificados para ser ministros y dirigir puestos claves, aunque de centro derecha en términos ideológicos. Debería abrir un poco más la convocatoria e incluir a gente de trayectoria de centro izquierda que conoce mucho del tema social; convocarlos y no atacarlos. De otro lado, hay ministerios muy puntuales, como el del Interior, que ya está completamente desgastado y donde debería haber una persona que tenga mayor capacidad para ejercer el cargo. Considero que ese es un ministerio en el que la comunicación es clave; y el ministro Alva Castro no destaca por eso, por el contrario habla poco y cuando lo hace no necesariamente transmite un mensaje convincente.

Finalmente, con relación al Poder Judicial y el desempeño de la justicia, ¿la población rescata algún cambio positivo?

La imagen que vemos desde afuera es que no hay grandes cambios. Si bien el juicio a Alberto Fujimori tiene una evaluación positiva y la gente considera que el proceso se está manejando con objetividad, los demás temas no transcienden como deberían. No se ha visto un cambio importante que se pueda reflejar en el sentir de la ciudadanía.