Susana Minushkin, subdirectora de este centro de investigaciones, recordó que en EE.UU. viven alrededor de 46 millones de latinos (15 por ciento de la población total). Y que un 13 por ciento más votarán en estas elecciones con respecto a los participaron en los sufragios presidenciales del 2004.
"Se trata de un colectivo entusiasmado con el actual proceso electoral que acudirá a las urnas en porcentajes mayores que otros grupos", explicó Minushkin. "El impacto será sorprendente, si tenemos en cuenta que 11 millones de ellos están habilitados para votar frente a los 7.5 millones de hace cuatro años", agregó.
Históricamente esta comunidad ha votado por el Partido Demócrata, por lo tanto una lectura ligera de la situación podría inducir a pensar que lo harán también en las elecciones de noviembre próximo. Sin embargo, las presidenciales del 2004 demostraron que los latinos han dejado de ser un grupo con ataduras ideológicas, para volverse más pragmáticos.
Entonces, casi el 40 por ciento de hispanos votó por George W. Bush, lo que significó un récord para los republicanos. El apoyo económico del gobierno a los latinos en estados como Florida y Texas, la mano dura contra el régimen castrista, un guiño para los cubanoamericanos, y la poca pasión que manifestó el demócrata John Kerry a la causa hispana, mostraron que el voto de la primera minoría del país no era tan predecible como se suponía.
Y esto lo tiene claro el virtual candidato a la presidencia de los EE.UU., Barack Obama, quien pese a su sonrisa contagiosa, atractivo físico y muy elocuente oratoria -que hace recordar, sin dudas, al mítico John F. Kennedy de inicios de los 60s, no ha logrado ?enamorar? a esta comunidad, que tomó partido por la ex primera dama estadounidense Hillary Rodham Clinton.
Basta mirar las encuestas para reconocer que la senadora por Nueva York le dio una paliza a su colega de Illinois en las primarias demócratas en algunos estados gracias al apoyo latino. En Florida, Clinton desbancó a Obama por 29 puntos de ventaja, en Arizona por 14, y en California y Texas por unos claros y contundentes 35 y 34 por ciento de diferencia respectivamente.
ESTADOS CLAVES
El Pew Hispanic Center recordó que la importancia del voto hispano se vería disminuida si la comunidad latina estuviera dispersa en forma heterogénea. Sin embargo, el 65 por ciento de los votantes latinos reside principalmente en cuatro estados de
Esos estados, los más poblados del país, son los que proveen el mayor número de delegados a los colegios electorales, que son quienes elegirán al futuro presidente. De ahí que la concentración latina en esos estados que en California alcanza el 32 por ciento del total de su población, en Texas el 30 por ciento, en Arizona el 17 y en Florida el 14, hace de ella una audiencia importantísima para ganar cualquier elección. Máxime si se trata de la presidencial.
Además de eso, la comunidad latina es también una fuerza política importante en Colorado, Nueva Jersey y Nuevo México, donde hay más de 500,000 hispanos registrados para votar, que representan el 38 por ciento del total de votantes. Cabe recordar, que el presidente Bush superó a Kerry en estados como Nuevo México, Nevada y Colorado con menos del 2 por ciento, gracias al respaldo que obtuvo entre los latinos.
"Esa historia no puede volver a repetirse jamás", declaró enfático el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, latino, hijo de madre mexicana. Y quien fue además embajador de EE.UU. ante
Richardson tiene ahora la enorme tarea de convencer al electorado latino para que vote por Obama. No será una tarea fácil, pues el candidato afroamericano tiene varios puntos en su contra. El primero ligado al hecho que este electorado no lo conoce aun lo suficiente en comparación con una Hillary Clinton que para las primarias contaba con un historial de más de 15 años de apoyo a estas minorías.
"Él tendrá que enfocar su mensaje, algo que no ha hecho hasta ahora, en los asuntos que son importantes para los latinos a fin de conseguir su apoyo", manifestó Sergio Bendixen, uno de los principales asesores de Hillary Clinton en asuntos latinos. "Asuntos como el Seguro Universal de Salud y una economía que produzca nuevos empleos son la clave", puntualizó.
El Pew Hispanic Center destacó que la economía es el tema que más preocupa a los latinos, junto con la guerra en Iraq, la cobertura sanitaria, la educación y la reforma migratoria. A notar, la reforma migratoria está en último lugar y es quizás el punto en el que Obama ha hecho más ofertas. Ha prometido aprobar una reforma integral en el plazo de un año, logrando el consenso entre demócratas y republicanos. "Soy el candidato de la unidad", ha dicho optimista.
Otro punto que Barack Obama revisaría una vez de ser elegido presidente concierne al de las redadas. En esto ha sido enfático y contundente. "No creo que sea la manera norteamericana de hacer las cosas el arrestar a una madre, separarla de su hijo y deportarla, sin medir las consecuencias", declaró en una entrevista a la cadena CNN.
"Espero que en los meses que vienen la gente pueda conocerme mejor; que conozca mi preocupación por la comunidad latina con la que he trabajado en Chicago, de mis esfuerzos por legalizar a los indocumentados y de mejorar sus programas educativos", señaló un Obama deseoso ya de ser escuchado.
FALTA DE CONEXIÓN
Pero lo que sí muchos saben es que, como senador, el virtual candidato votó en favor de construir
"Obviamente, le falta conexión con las comunidades hispanas", admitió Daniel Restrepo, del Center for American Progress. "Gran parte del problema es que la comunidad latina lo ve como un líder de otra minoría y cree que se va a preocupar de las otras comunidades y no de nosotros", manifestó por su parte Roberto de Posada, presidente de
Posada sostiene que el mejor candidato es el republicano John McCain, personaje muy conocido entre los hispanos por sus proyectos de reforma migratoria, bloqueados en los dos últimos años. "Si los latinos, como dicen los expertos, se han vuelto más pragmáticos, ?políticamente? no le prestarán atención al hecho de que McCain sea republicano y votarán por él. En especial, los simpatizantes de (Hillary) Clinton con quien comparten sus preocupaciones sociales", indicó.
Consciente de sus problemas, Barack Obama ya ha lanzado una campaña para desprestigiar a su oponente del lado republicano John McCain entre los latinos, recordándoles su apoyo a la guerra en Iraq. Sin embargo, aún es muy pronto para saber si su estrategia le dará los resultados esperados.
Obama tiene hasta noviembre para definir mejor su mensaje y, sobretodo, ganarse los corazones de los millones de votantes latinos que respaldaron en las primarias a Hillary Clinton, y que ahora se encuentran decepcionados. Serviría mucho que la senadora lo acompañe como su ?número dos? en la fórmula presidencial –difícil, pero no imposible– o que se involucre activamente en la campaña, del que hasta hace poco fue su archienemigo.
Lo que sea por ganar a la comunidad hispana, que como nunca antes en la historia tiene un poder político decisivo en EE.UU. ¡Que el grito latino se escuche hasta en