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"DEBEMOS TENER UNA LEGISLACIÓN LABORAL MÁS ÁGIL"

Ministro de Trabajo, Jorge Villasante
Luego que la economía peruana sufriera su primer revés en abril último, tras 93 meses de expansión continua, la posibilidad de que las consecuencias negativas de la crisis alcancen al empleo se ha convertido en una preocupación para autoridades, empleadores y trabajadores. Al respecto, Generacción conversó con el titular del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, Jorge Villasante.
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'DEBEMOS TENER UNA LEGISLACIÓN LABORAL MÁS ÁGIL'

Teniendo en cuenta que el crecimiento del empleo va en relación a la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), ¿qué perspectivas tiene el empleo en el país?

Efectivamente, hay una relación directa entre PBI y empleo. Se estima que por cada punto de crecimiento del PBI, el empleo crece 0.7%, un fenómeno de elasticidad que en algunos casos depende de una mayor incidencia de la inversión en ciertos sectores.

Pero, producto de la crisis mundial, el empleo ha comenzado a desacelerarse, incluso hay algunos sectores económicos más afectados que otros, como el sector exportador y el manufacturero. Además, no debemos olvidar que en el sector minero, por ejemplo, se requiere una inversión muy alta para generar un puesto de trabajo; en cambio en el sector agrario la inversión es mucho menor.

 

¿De qué manera el gobierno puede aminorar los costos que a una empresa le demanda el generar un puesto de trabajo?

Ahí el gobierno tiene una mirada y una expectativa en particular. Pensamos que no hay que centrar necesariamente las soluciones en medidas sectoriales o particulares; por el contrario, debemos ver cuál es la composición del mercado laboral y de nuestra economía. Y todos sabemos que si bien tenemos un sector exportador fuerte que se vino consolidando en los últimos años, también tenemos a un sector como la micro y pequeña empresa, que es el que genera mayor cantidad de empleo en el país.

 

¿Qué expectativas para este segundo semestre?

En el promedio nacional el empleo todavía sigue registrando un nivel de crecimiento. Son 86 meses continuos de crecimiento. Y, de enero a mayo -que son las últimas cifras-, el empleo en empresas de más de 10 trabajadores siguió creciendo en promedio 2%; pero mayo con un 1.1% de incremento, se convierte en el mes más bajo, pero aspiramos a que en el segundo semestre año podamos tener una mejor performance.

 

Hace dos meses usted estimó que el crecimiento anual del empleo oscilaría entre 2,5% y 3%, ¿confirma esas proyecciones después del magro resultado de abril último?

Si bien, desde el gobierno siempre hemos sido prudentes con las cifras, no olvidemos que hace poco el Banco Mundial ha reafirmado que solo cinco países en todo el planeta van a continuar creciendo, entre ellos el Perú, cuyo PBI bordearía o estaría por encima de 3%, lo que nos permite aseverar y mantener una expectativa de crecimiento del empleo por encima de 2%.

Si bien, esas son nuestras expectativas y aspiraciones como país, sabemos que hay otros factores que condicionan el crecimiento y no deberíamos de perder de vista que hay meses en los que se producen algunos hechos que tienen cierta incidencia en la economía. Y aun cuando todos sabemos que la inversión pública no es fundamental ni para generar empleo ni para mostrar las cifras de crecimiento del PBI, se debe buscar que la inversión privada tenga las condiciones adecuadas para seguir invirtiendo porque esta suma de factores influyen en las proyecciones.

 

LEGISLACIÓN FRENTE A LA CRISIS

 

Según el laboralista Jorge Toyama, no se cuenta con una legislación laboral anticrisis, solo leyes para épocas de bonanza, ¿sobre qué puntos hay que trabajar para que futuras crisis no nos afecten de manera más intensa?

Estamos trabajando en ese tema y ya hemos tenido un nivel de acercamiento con varios gremios empresariales para ver sobre qué medidas deberíamos trabajar, pero lo importante es que esas medidas también las podamos consensuar con los trabajadores, porque en épocas de crisis ocurre que también surgen intereses. El de las empresas que quieren mantener sus niveles de rentabilidad, su presencia en el mercado y seguir creciendo, y los intereses de los trabajadores que se preguntan por qué en tiempos de crisis los trabajadores son los afectados.

 

¿Qué hacer entonces?

Definitivamente soy un convencido de que debiéramos apostar por un Pacto Nacional por el Empleo  para que, efectivamente, las empresas tengan los medios, mecanismos y facilidades para operar en el mercado, y para ver si hay algún otro mecanismo efectivo consensuado para enfrentar la coyuntura. En este punto, de una vez por todas las municipalidades, sobre todo aquellas que todavía son más renuentes para dar facilidades para que las empresas instalen sus negocios o construyan, deben ajustar  su legislación para permitir que eso suceda.

 

¿Qué es lo mejor en estos casos: mantener el empleo o incrementar el sueldo?

Es interés del gobierno primero, mantener el nivel del empleo. Aunque hay quienes se preocupan por el incremento salarial, que nos parece bien, deberíamos de reconocer que estas coyunturas en particular debieran orientarnos, más bien, a trabajar medidas que nos permitan mantener los puestos de trabajo, porque hay empresas que hacen sus esfuerzos para no despedir trabajadores, para no reducir jornadas y para seguir operando como si nada ocurriese; pero muchas veces eso tampoco se puede prolongar por mucho tiempo, de manera que debemos encontrar un punto de equilibrio entre los intereses de las empresas y de los trabajadores.

 

¿De qué manera puede ayudar el Estado?

El interés del Estado y del gobierno es convertirse en un facilitador de relaciones labores y vamos a seguir explorando ese tema porque sí es posible lograr acuerdos de mediano plazo que nos permitan enfrentar lo que se viene una vez superada la crisis. Además, si bien las proyecciones apuntan a que la crisis duraría dos años (2009 - 2010), tampoco se trata de que el 01 de enero del 2011, de la noche a la mañana, tengamos un nuevo panorama.

 

Con un nuevo panorama a cuestas, ¿qué hacer para enfrentarlo?

Debemos comenzar un proceso que nos permita retomar el crecimiento y estimamos que el retomarlo y llegar a los niveles del año pasado, cuando crecimos 9,8%, nos va tomar por lo menos entre cinco y siete años para llegar a un crecimiento por encima de 5%. Como vemos, se trata de un proceso de recuperación lenta, en el que tiene que haber condiciones para ello, por eso espero que este mensaje sea entendido tanto por el sector empresarial como por los trabajadores.

 

REVALORA PERÚ

 

¿El programa Revalora Perú -cuyo objetivo es desarrollar acciones para promover el empleo y proteger la empleabilidad de los trabajadores afectados por efecto de la crisis económica internacional-, se inicia de todas maneras a fines de julio?

Revalora Perú ya está operando. Con Sencico y Cenfotur hemos comenzado cursos de capacitación para los trabajadores y este año tenemos posibilidades para atender aproximadamente a 14,000 trabajadores.

 

Pero la reinserción, ¿cuándo estaría siendo efectiva? Porque lo que le interesa a la opinión pública es, precisamente, ese punto.

Nosotros terminamos con la capacitación de los primeros grupos en julio y después viene la etapa de la reinserción. Así que en agosto esperamos tener a los primeros reinsertados en el mercado laboral.

 

¿Cuántos trabajadores serían los primeros beneficiados?

Todavía no es un volumen significativo porque al momento lo que tenemos son poco más de 100 trabajadores en capacitación y más de 700 inscritos. Pero, debemos tener en cuenta que se deben formar grupos que nos permitan atender determinadas especialidades y actualmente, tenemos un abanico muy grande como para ir formando grupos.

 

Respecto a las expectativas generadas frente a este programa anunciado en diciembre y que tardó en materializarse, ¿considera que Revalora Perú no era la única respuesta para enfrentar la crisis en lo laboral?

Ocurre, e insisto en ello, que las medidas no se piensan sectorialmente sino en conjunto. Y, cuando el gobierno toma la decisión, por ejemplo, de aumentar el drawback estamos haciendo que las empresas exportadoras tengan la posibilidad de tener más recursos para mantenerse en el mercado y seguir generando empleo.

Hay quienes de repente han pensado en opciones y alternativas, pero uno puede optar por medidas directas e indirectas. Aunque hay países que han optado por subsidios directos, propiamente al trabajador, nosotros hemos optado por las medidas indirectas, que van en una línea de mantener el crecimiento del empleo. Finalmente, son alternativas que se eligen en el camino.

 

LEYES PROTECCIONISTAS

 

El Banco Mundial continúa calificándonos como uno de los países más proteccionistas y rígidos en materia laboral, ¿qué opina al respecto?

Ocurre que tenemos una legislación laboral muy dispersa y amplia, con demasiadas normas y muchas veces en la ampulosidad está problema del incumplimiento porque hay quienes se escudan en el desconocimiento de las normas para no cumplirlas. Y, la verdad es que sí tenemos regímenes laborales especiales que hacen difícil poder conocer toda la legislación. Sé que hay muchos especialistas en derecho laboral, pero difícilmente se encontrará a uno que conozca todos los regímenes laborales.

 

¿Cómo revertir esa situación?

Aun cuando tenemos la legislación que tenemos, por lo que nos califican en algún caso como proteccionistas, también tenemos un alto grado de informalidad y eso de repente nos haga pensar y repensar en que debiéramos tener una legislación mucho más ágil y con menos normas para tener un mayor grado de cumplimiento. Hacia eso debiéramos apuntar.

 

En el tema de la informalidad, las Mypes son las abanderadas y hay quienes opinan que la nueva Ley Mype no está dando los resultados esperados, teniendo en cuenta que el MTPE absorbía a este sector y contribuyó activamente con esa norma, ¿cree que es así?

Sucede lo siguiente. Esta ley, el D.L. 1086 tiene exactamente un año de haberse dictado y su reglamento fue dictado en el mes de setiembre, es decir, estamos a nueves meses de vigencia y sí ha habido mejoras sustanciales. ¿Si se podrá hacer más o permitir que un mayor número de empresas ingrese a los beneficios de la ley? Eso depende de que las mismas empresas decidan incorporarse al sistema.

 

¿Cuál ha sido el cambio más notorio?

En el 2003 se dictó la Ley 28015 que estableció un régimen laboral especial y durante cinco años se lograron inscribir no más de 20 mil empresas, con esta nueva legislación que creó el Remype, al día de hoy tenemos entre micro y pequeñas empresas más de 45 mil inscritas en ese régimen y aproximadamente 145 mil trabajadores, con más de 100 mil en las microempresas. Estas solas cifras evidencian que hay un cambio sustancial porque en menos de un año, hemos duplicado lo que teníamos en el régimen anterior.

 

¿Eso es suficiente?

Esto es solo el inicio. De manera que ahí nosotros apostamos porque se pueda acceder a todos los beneficios (régimen de salud y pensionario) que un trabajador debe acceder. Pensando en ello, el reglamento está siendo modificado y en los próximos días estará siendo publicado.

 

LOS SINDICATOS

 

Hablaba usted de encontrar un punto medio en la relación entre empleadores y trabajadores, ¿cómo lograr que ambos estén contentos y no se produzcan paros y protestas que dañan la imagen del país como fuente atractiva de inversiones?

Todo esto va en cuestión de cifras y estas no deben verse aisladamente. Si bien, las empresas deben mantener su nivel de rentabilidad, también debe haber un grado de reconocimiento para con sus trabajadores porque el capital humano es fundamental y no se logra empresas exitosas sin capital humano que sea capacitado o motivado, porque un trabajador desmotivado o preocupado no va rendir lo mismo y esos son factores que se suman para lograr el éxito en las empresas.

 

¿Cuál es su opinión del papel que cumplen los sindicatos en la actualidad?

En los últimos tiempos hay sindicatos y dirigentes que van cambiando de mentalidad y es bueno que el dirigente sindical conozca un poco de manejo empresarial, porque solo así podría entender la lógica de qué debo y qué no puedo pedir en una negociación, sobre todo porque en ocasiones hay dirigentes que solo tienen la mirada y la perspectiva únicamente economicista de la reivindicación salarial y no todo pasa, necesariamente, por ganar más.

 

¿Qué papel debe asumir el dirigente sindical?

Creo que el dirigente social creo debería tener esa nueva perspectiva, de pensar que su empresa tiene que ser exitosa y rentable para que también le garanticen el cumplimiento de sus obligaciones porque una empresa que no es rentable o sale del mercado  no podría hacerlo. Por eso, los trabajadores también debieran apostar con sus empleadores porque ambos sean exitosos.

 

¿Podemos confiar en ese cambio de perspectiva cuando en las principales  centrales sindicales los dirigentes son los mismos desde hace varios años?

Sin duda, es un tema a considerar por parte de los trabajadores. Muchas veces se habla en quienes dirigen el país, que debiera haber una alternancia, sin embargo esa misma apreciación o visión no se tiene con los dirigentes sindicales. Y sí es bueno que exista alternancia. Es cierto que hay algunos dirigentes que tienen casi como una ocupación fija la dirigencia sindical y pareciera ser que algunos hasta se han olvidado de trabajar. Pero, lamentablemente, esas decisiones les corresponden a los trabajadores.

 

¿Cómo ha evolucionado el número de trabajadores sindicalizados?

Ocurre que tenemos un estimado del nivel de afiliación sindical, que no pasa del 8% a nivel nacional. Es un nivel de afiliación bajo y eso también debiera motivar a los dirigentes a repensar porqué muchos no se afilian porque de haber sindicatos con una visión y una perspectiva distinta, seguramente muchos tomarían la decisión de afiliarse. Sin embargo, es bueno reconocer que durante las décadas de los 90, muchas organizaciones sindicales fueron vapuleadas en algunos casos e incluso federaciones íntegras fueron desintegradas. Pero, hay un proceso de recomposición aun cuando hay viejos métodos que no se dejan de lado.

 

¿Ese 8% se ha mantenido constante en el tiempo?

Hacia la década del 90, el nivel de sindicalización estuvo por debajo de 5% y el registro de organizaciones sindicales se ha ido incrementando desde el año 2006 hasta el 2008 y, aparentemente, la tendencia es a seguir teniendo un mayor nivel de organización sindical, aun cuando todavía no es masiva.

 

LO QUE SE VIENE

 

Usted había anunciado que a fines de junio tendrían lista la propuesta que busca fijar un salario mínimo por regiones o tipo de actividad, ¿está lista?

En realidad, tenemos estructurado un proyecto de regulación, al que llamamos institucionalización del salario mínimo porque no tenemos una norma que lo regule a ese nivel. Creemos que debiera existir por lo menos dos niveles de salario (uno para la microempresa) aun cuando personalmente creo que un tercer criterio de diferenciación sería por regiones, sobre todo porque en algunas de ellas las condiciones y los indicadores económicos y sociales marcan una diferencia sustancial con Lima y el norte del país.

 

¿Cuándo verían la luz esos proyectos?

En julio. De aquí hacia la tercera semana de este mes vamos a convocar al CNT para poder analizar esta propuesta, porque es nuestro interés que empleadores y trabajadores puedan tener una visión al respecto, y para plantear el Pacto Nacional por el Empleo.

 

Frente a un panorama económico como el actual, ¿resulta preciso retomar el debate de la Ley General del Trabajo (LGT)?

En ese punto entramos nuevamente al tema de expectativas. Por un lado, se que el sector empresarial es más prudente y menos adepto a tener que tocar este tema, mientras que los trabajadores tienen alguna exigencia mayor. Pero,  sin decir que no lo vamos a tratar, creo que sí debiéramos priorizar otros temas como el Pacto por el Empleo u otras condiciones que nos permitan enfrentar lo que viene de aquí al 2011. Tenemos que pensar en lo inmediato y en nuestra proyección al mediano plazo y, sí, la LGT es importante porque nos permite consolidar la legislación dispersa que tenemos pero, ¿es la prioridad en el momento?, es una pregunta que la vamos a plantear en el seno del Consejo Nacional del Trabajo (CNT).

 

Le hacía la pregunta porque la CTP en su plan laboral anticrisis lo propuso?

Sí, pero ese tema está fuera del ámbito de la competencia del MTPE, está en manos del Congreso de la República, al que no le podemos decir "deje de legislar o legisle usted esto" porque, finalmente, ellos establecen una prioridad.

 

AUTOCRÍTICA

 

Si la recuperación postcrisis será un proceso largo, ¿cómo conjugar lo que se hará ahora con lo que harán las autoridades futuras teniendo en cuenta que tenemos "candidatos" de lo más disímiles, calificados incluso como cáncer o sida?

En realidad debemos garantizar, a los millones de peruanos, que en el país se seguirá trabajando en función de mantener el crecimiento económico, lo que se traduce evidentemente en empleo. Aquí no hay secretos: Si no hay inversión no hay crecimiento y si no hay crecimiento económico no hay empleo. Hacia ello debiéramos apostar además de trabajar en función de políticas de Estado. Y, no hay cosa más efectiva en inclusión social que brindarles acceso a seguridad social a los trabajadores o avanzar en el aseguramiento universal de salud que es otra política de Estado y al margen de quién esté al frente debe seguir impulsándose. Frente a ello, los peruanos tenemos que hacer nuestra evaluación de lo que nos conviene y decidir si vamos por una aventura política o mantenemos y preservamos el sistema que está funcionando y que ha permitido que la pobreza se reduzca.

 

Como hombre fuerte de este despacho, ¿hay algún tema que se esté trabajando para ser anunciado en el mensaje de 28 de julio?

En realidad, los mensajes que siempre han generado expectativa no van a servir para grandes anuncios. Pero, el país puede tener seguridad de que las líneas maestras del Gobierno han sido esbozadas y a ellas se le va dar mayor incidencia. Particularmente creo que, en general, el Gobierno de aquí en adelante va cifrar sus líneas de acción en dos temas que son fundamentales: orden e inclusión social.

 

¿Hacia dónde apuntan con el orden?

Orden en el sentido de que tiene existir un respeto a lo que es el Estado de derecho, a lo que significa la democracia como un sistema político y aquí no podemos estar pensando en vacancia de autoridades porque no nos gustan o porque pudieron dictar una medida que puede afectar un interés en particular. Por eso, orden en todo sentido, en la seguridad y tranquilidad pública, en el manejo de la economía y hasta en el establecimiento de políticas públicas.

 

Y, ¿en inclusión social?

Ahí debemos reinvertir los ingresos que el Estado tiene en aquellos sectores en los que los indicadores económicos y sociales muestran que se requiere una mayor inversión del Estado. El país todavía muestra diferencias, Lima, el Callao, el norte del país y el sur chico, son zonas con importante crecimiento, con empresas grandes e indicadores económicos y sociales sustancialmente distintos de algunas regiones que requieren que el Estado llegue más rápido para que sus pobladores tengan salud, alfabetización y luz eléctrica.

 

Si tuviera que mencionar un error del Gobierno en estos casi tres años, ¿cuál sería?

Por los últimos acontecimientos que hemos tenido, el hecho de haber trabajado casi con una obsesión por seguir con el crecimiento económico y no haber advertido que ese crecimiento y las medidas que se dictaron en esa línea, debían haber merecido un nivel de consulta y socialización de propuestas con sectores de la población con las comunidades indígenas, nativas o campesinas. Fue un error absolutamente involuntario pero siempre pensando en el interés nacional de seguir creciendo y de tener posibilidades de empleo.

 

¿Y de su cartera?

El principal error creo que pasa básicamente por no tener una misma dinámica en todas las cosas que tenemos que hacer. Realmente en los temas sectoriales hay muchas tareas y muchas veces uno se deja ganar por el día a día. Por lo demás, seguramente tenemos mucho más errores que se podrán advertir, pero tenemos la disposición, el deseo y la voluntad de aportar al país hasta el último momento en que tengamos la responsabilidad.
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