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CARRERA ARMAMENTISTA EN LATINOAMÉRICA

Se gasta más en bombas que en alimentos
Brasil, Chile y Venezuela ?países con regímenes progresistas? compran aviones, tanques y submarinos para hacer de sus Fuerzas Armadas verdaderas maquinas de guerra.
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CARRERA ARMAMENTISTA EN LATINOAMÉRICA

"América Latina es un territorio de paz", es una de las frases que más repiten los líderes de la región cada vez que en una cumbre se levantan denuncias sobre una carrera armamentista y los posibles riesgos de una guerra.

 

Hace unas semanas fue el presidente peruano Alan García el último que dio la voz de alerta en la cumbre de Unasur. "Es vergonzoso que en naciones donde la pobreza y el hambre son endémicos se gaste tanto en armas. Basta ya del doble discurso", dijo el mandatario en forma enérgica.

 

Algunos de sus colegas asintieron, mientras otros agacharon sus rostros para evitar la mirada incisiva de García, quien dijo tener informes de que en la región se había gastado US$ 38,000 millones en material bélico.

 

El presidente peruano se equivocó, y grandemente, pues la cifra que dio "aunque escandalosa" era muy inferior. Un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (ISS, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, reveló que en los últimos cinco años el gasto militar en la región se incrementó 91% y llegó a US$47,200 dos veces el PIB del Perú.

 

De los 34 países que conforman las Américas, Colombia, Venezuela, Brasil y Chile son los que más han gastado en comprar armas de guerra convencionales, de alta tecnología y con una gran capacidad de destrucción en blancos civiles.

 

Ahora, en una región donde la tercera parte de la población vive en condiciones de extrema pobreza y no hay riesgos de un conflicto serio, ¿para qué armarse hasta los dientes?, ¿tiene sentido que Chile compre cientos de tanques. o que Brasil adquiera submarinos nucleares franceses o Venezuela cazabombarderos rusos?

 

En la reunión de Unasur, la presidenta chilena, Michelle Bachalet, fue la única que se sintió aludida por los dichos de García y dijo que su país hace las cosas de la manera más transparente, mientras su canciller, Mariano Fernández, negó después a los periodistas que Santiago esté en una carrera armamentista.

 

Sin embargo, un estudio del Instituto para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI) desmiente las afirmaciones del jefe de la diplomacia chilena.

 

CHILE: ARMADA AVANZADA

 

Para el SIPRI, Chile fue el primer importador de armas de Sudamérica en el periodo 2004-2008, ascendiendo a la posición once en el mundo, desde el puesto 36 que ocupaba. Mientras, su presupuesto de Defensa se duplicó entre 1997 y el 2007.

 

Según especialistas en temas de seguridad, Chile tiene las Fuerzas Armadas más avanzadas de América Latina. "Los chilenos tienen un armamento tecnológicamente avanzado que puede preocupar a sus vecinos, como Perú y Bolivia", señaló Robert Munks, editor para las Américas de la revista británica especializada en temas de Defensa Janes's Intelligence.

 

Un hecho que permite tal modernización es el cumplimiento de la Ley 13.196 Reservada del Cobre, que permite disponer del 10% de las ventas al exterior del mineral para la compra de armamento.

 

En el último quinquenio el cobre ha alcanzado precios récord en el mercado internacional por lo que Chile ha aumentado su inversión militar y pasó de US$ 249 millones en el 2004 a US$1,390 millones en el 2008. En el 2009 superará los US$ 1,500 millones.

 

Según las propias autoridades chilenas, el país tiene planeado gastar US$1,000 millones en nuevas compras de material bélico. Se destaca la adquisición para la Fuerza Aérea de una segunda partida de 18 cazabombarderos F-16 MLU a Holanda, tres aviones de transporte bimotor CN-235 manufacturados por EADS-CASA de España, cinco helicópteros nuevos Mi-17 rusos, 24 cañones autopropulsados M-109 y equipos de apoyo de EE UU por un valor de US$ 275 millones.

 

La fuerza naval también comprará a EADS-CASA cuatro aviones C-295 de patrullaje y exploración, que se sumarán a tres aeronaves del mismo tipo que fueron encargadas en el 2007. No hay que olvidar tampoco las cuatro fragatas adquiridas a Holanda en los últimos años y que están equipadas con misiles antibuque "Harpoon" y antiaéreos "Sea Sparrow".

 

Gran Bretaña también vendió cuatro fragatas ex-Rn del tipo 23 a Chile con sistemas de propulsión modernos, lo que implicará un ahorro mayor en términos de gasto de combustible, terminando la propulsión por vapor en buques de la Armada mapochina.

 

VENEZUELA: REFLOTA PODERÍO

 

Pero, Chile no es único caso. Ahí tenemos a Venezuela que es el segundo importador de armas en la región y el número 18 en el mundo, escalando desde el puesto 55.

 

"Venezuela se ha centrado en la adquisición de aeronaves tanto de ala fija como rotativa, no obstante haber realizado también el encargo de una importante cantidad de buques de vigilancia marítima. A corto plazo el gobierno de Hugo Chávez va a adquirir aviones de transporte, helicópteros de ataque, submarinos, blindados y medios de defensa antiaérea, que de concretarse posicionarán a su instrumento militar como uno de los más poderosos de la zona", advierte un informe del Centro Nueva Mayoría de Argentina.

 

A partir del 2006, cuando EE UU comenzó a restringir la compra de armamentos a Venezuela, este país empezó una alianza estratégica militar con Rusia que le ha vendido material bélico por US$ 4,400 millones.

 

El Kremlin vendió 50 helicópteros de combate modelo Mi, 100,000 fusiles de asalto AK-47, cohetes anticarro, sistemas de defensa aérea y una flota del modelo más avanzado del caza Sukhoi SU.

 

Chávez tiene planeado una gira este mes a Moscú para concretar la compra de varios batallones de tanques. El Ejército venezolano cuenta con casi 200 tanques, entre ellos 81 AMX-30 de fabricación francesa y unos 78 Scorpion ingleses, de acuerdo con el International Institute for Strategic Studies de Londres (IISS).

 

Y el presidente venezolano no quiere concentrarse solo en Rusia. Chávez también ha anunciado la adquisición de misiles a Irán, Bielorrusia y Paquistán, además de radares JYl-1 a China por un valor de US$ 200 millones.

 

BRASIL: EL LÍDER REGIONAL

 

Para contener el nuevo poderío venezolano y mantener su papel de liderazgo regional, Brasil está gastando una fortuna. Según el SIPRI, el gigante sudamericano es el 12° país en el mundo con mayor gasto militar y solo en el 2008 desembolsó  US$ 23,000 millones, lo que representa el 1.5% de Producto Interno Bruto (PIB).

 

Entre 1999 y el 2008 el presupuesto militar aumentó 29.9%. Si se toman en cuenta los años de la presidencia del progresista Luiz Inacio lula Da Silva, el incremento fue del 50%. No está nada mal para un político que basó sus primeros años de militancia sindical criticando el excesivo gasto en armas y el descuido a las masas hambrientas.

 

Recientemente el presidente Lula recibió a su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, para concretar un histórico acuerdo militar y de defensa entre Brasil y Francia, y que es el más importante desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

 

La alianza estratégica fortalecerá la industria naval y aeronáutica carioca y permitirá a Brasil comprar 50 helicópteros, cinco submarinos, uno de ellos impulsado por energía nuclear, y  36 cazas Rafaele.

 

Según los convenios que se firmaron en Brasilia, los buques y helicópteros serán construidos en Brasil "que obtendrá toda la tecnología, excepto la nuclear" y las fábricas que se emplazarán con ese fin serán responsables de las futuras ventas a otros países latinoamericanos.

 

Toda esa operación, que se cumplirá en varias etapas que terminarán en el año 2021, supondrá que Brasil desembolse unos US$ 12,317 millones, de los cuales cerca de US$9,000 millones serán destinados a la compra de los equipamientos militares.

Según Lula, si todo sale como está estipulado, en 10 años Brasil tendrá la mayor industria militar de Latinoamérica, capaz de vender el armamento más sofisticado a los países en desarrollo.  Por último, Brasil también tiene planeado comprar helicópteros Mi-35 y aviones de entrenamiento militar a Rusia.

 

OTROS CASOS

 

Otros casos menores, pero importantes lo encontramos en Colombia, Bolivia y Perú "cosa curiosa, el país de García y con más de 35% de pobreza extrema".

 

En el 2008, Colombia desembolsó US$ 5,500 millones para compras militares, un 13.5% más que en el 2007 y el 3.4% de su PBI. Bolivia, por su parte, solicitará un préstamo a los rusos de US$ 100 millones para financiar la compra de armas y el nuevo avión presidencial, que costará US$ 300 millones.

 

Perú, que no quiere quedarse atrás, anunció en julio que el gobierno culminará una inversión de US$ 700 millones para activar el Núcleo Básico de Defensa y que tendrá como objetivos  "poner a punto" los aviones de la Fuerza Aérea y el recambio de torpedos y misiles para la Marina.

 

Estos últimos países han negado que estén en una carrera armamentista y que se trata, más bien, de una modernización de sus Fuerzas Armadas que por años han estado abandonadas.

 

En efecto, la última compra masiva de armamento en Latinoamérica fue en la década de los setenta y principios de los ochenta. Tras años de crisis y luego de una recuperación económica en el último decenio, impulsada por el aumento de las exportaciones y el valor de las materias primas, la región está reemplazando aviones y tanques obsoletos.

 

"Dudo mucho que haya una carrera armamentista en la región. Muchas de la compras son para reemplazar equipos inutilizables, chatarras", aseguró Carla Solmirano, investigadora de América Latina para el Programa de Gasto Militar del SIPRI.  

"Hay que tener en cuenta que lo que llamamos gasto militar también hay que incluir gasto de personal, mantenimiento e investigación", agregó.

 

UNA REGIÓN INESTABLE

 

Sin embargo, otros expertos han alertado que la mayoría de países grandes aprovechan la excusa del cambio de armas obsoletas para hacer un peligroso rearme en una región de por sí, inestable.

 

América Latina, y en especial Sudamérica están en punto de ebullición por diferencias ideológicas "Colombia y Venezuela- y problemas limítrofes" Chile, Perú y Bolivia-.

 

Colombia, además, tiene el problema interno de la narcoguerrilla, que trasvasa a otros países de la región como Ecuador y Venezuela que, aunado a la mayor presencia militar norteamericana en bases colombianas, prometen aumentar las tensiones.

 

Brasil, sería el único que saldría bien parado de un rearme en la región. El gigante sudamericano serviría de contrapeso a las intenciones militaristas de Venezuela, ganaría posicionamiento global geopolítico "no se descarta un asiento como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU", además tendría una mejor vigilancia de la Amazonía.

 

Un Ejército brasileño fuerte contendría también a las FARC y una marina con submarinos nucleares protegería la extensa costa carioca, rica en yacimientos petrolíferos y gasíferos, garantía de energía en el continente.

 

Lo lamentable, después de leer tantos números y estadísticas es que al final la región destina más de US$40,000 millones para la compra de armamentos, mientras para el combate a la pobreza y el financiamiento de los programas a duras penas llega a US$ 15,000.

 

Solo queda preguntarse, ¿en qué momento los tanques y aviones se convirtieron en algo más importante que el pan y la leche del día a día?
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