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CÁTEDRAS JULIO C. TELLO

Conversación con el arqueólogo Carlos del Águila
Con motivo de celebrarse los 90 años del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de San Marcos, el 6 de octubre se inició un ciclo de conferencias llamadas Cátedras Julio C. Tello. Hablamos con el flamante director, el arqueólogo Carlos del Águila, de este y otros temas.
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CÁTEDRAS JULIO C. TELLO

-¿Por qué cree que las cátedras que dictaba Julio C. Tello fueron tan famosas y concurridas en su momento?

Creo que fue principalmente por la posición antagónica y de debate que mantenía Tello. Recordemos que si bien Tello comienza a dar sus cátedras en 1919 como cursos libres, es en 1923 que las formaliza y hacia 1928 que se hacen verdaderamente sólidas. Eran llenos totales. Arrancaban a las 7 de la mañana y uno tenía que levantarse a las cinco para encontrar sitio. Eran dos o tres horas de disertación magistral. Tello tenía un discurso diversificado, interdisciplinario de la realidad, que abarcaba no solo la arqueología sino además la antropología, la biología, la medicina y otras ramas. Posiblemente esas sean las causas de que fueran tan concurridas.

-¿Cuál es la importancia de retomar el estilo de las cátedras de Tello?

Este año el Museo de Arqueología y Antropología cumple 90 años. Es el primer museo universitario del país, creado por el mismo Tello el 21 de octubre de 1919. La importancia de retomar el estilo de las cátedras de Tello es que nosotros queremos celebrar estos 90 años con conocimiento, debates, discusión, análisis y no con cócteles. Los temas de las cátedras que dictarán los diferentes profesionales invitados son de actualidad y están totalmente integrados a la realidad contemporánea.

Estas cátedras luego van a ser reunidas en un libro que se llamará Cátedra Julio C. Tello. Con ese objetivo estamos grabando las conferencias para luego transcribirlas y enviarlas a la editorial. La meta es que todos los años haya una serie de cátedras semejantes con historiadores, antropólogos, arqueólogos y demás profesionales que hayan contribuido al estudio del país. Yo creo que propiciar el debate en torno a las problemáticas nacionales es absolutamente indispensable. Muchas veces nos preguntamos por qué se producen tragedias como la de Bagua y no nos damos cuenta de que las respuestas están en la historia, la antropología.

-¿Usted considera que en la actualidad existen historiadores, arqueólogos o antropólogos de la calidad de Tello?

Lo que pasa es que ahora tenemos arqueólogos o antropólogos más especializados y capaces de resolver problemas mucho más precisos. En la época de Tello a esos profesionales les tocó la grandísima responsabilidad de construir los patrones de entendimiento de la historia de nuestro país. Ahora a nosotros nos toca estudiar los temas específicos de esa historia. Ya no tenemos arqueólogos que descubren cosas. A Tello por ejemplo sí le tocó esa responsabilidad. Ahora lo que se trata es de acumular conocimiento y emplearlo para entender mejor los sucesos y prevenir ciertos conflictos.

-¿Cómo se está haciendo para conservar adecuadamente el archivo Tello?

El archivo Tello tiene una historia complicada. Tello expresa en su testamento su deseo de que San Marcos se encargue de su conservación. Entre los años 50 y 60 se realizaron algunas publicaciones de sus trabajos. A partir del año 98, con la doctora Ruth Shady, sale una nueva serie de publicaciones que se le conoce como Cuadernos de Investigaciones del Archivo Tello. No hay que olvidar que se trata de un archivo personal y su sistematización costó mucho trabajo. A Toribio Mejía, uno de los asistentes de Tello, le tomó varios años después de la muerte de Tello ordenar sus archivos.

¿Cuál es el balance de estos 90 años del Museo de San Marcos?

La Casona ha tenido una serie de etapas que de alguna manera reflejaron los altibajos que atravesó el país a lo largo de estos noventa años. Los años 30 y parte de los 40, con Tello precisamente, se vivió una época de auge, con cátedras, conferencias, publicaciones. Hacia los 50, tras la muerte de Tello, luego de unos años de desconcierto, vuelve a reflotar la Casona con Luis Valcárcel, que tenía como estudiantes a Luis Lumbreras, Duccio Bonavia, Rosa Fung, entre otros. Luego viene la generación de finales de los 60 y 70, otro momento de auge, en el que se da una intensa actividad académica e intelectual. Después  viene una etapa difícil para el Museo. Estuvo a punto de cerrar en los 80, por el avance inusitado del terrorismo. Sendero tenía una presencia real en las universidades y la violencia podía sentirse en todos lados. Nadie entraba a la Casona. Con el ingreso de la doctora Shady, hacia fines de los 90 e inicios del 2000, se recuperó el sitial investigativo del Museo, se intensificó la publicación de libros, se desarrolló investigación con el proyecto Caral por ejemplo, que estaba inscrito a San Marcos en esos años, y la situación mejoró bastante. A partir de ahí prácticamente no hemos tenido mayores problemas.

¿Qué dificultades ha encontrado?

El Museo, a pesar de los años, se sigue quejando de lo mismo: falta de plata. Sin embargo, siempre se puede contar con el esfuerzo y la creatividad no sólo de los encargados sino de los mismos estudiantes. Es un museo universitario por esencia. Nosotros no queremos celebrar nuestros 90 años quejándonos, sino festejando la permanencia de una institución cuyo manejo es difícil pero que ha realizado y continúa realizando aportes significativos al país. Esto es lo que queremos fortalecer con las cátedras, talleres y cursos que ofrecemos.

¿Qué proyectos vienen?

El Museo tiene ya responsabilidades permanentes importantes desde hace años. Nosotros vamos a seguir con los cursos de actualización para los profesores. Es un tema que consideramos de gran relevancia, así cueste plata e implique cifras en rojo. Además, talleres de verano para escolares, con el fin de que empiecen desde temprano a familiarizarse con la historia del Perú, su arqueología y antropología. También queremos garantizar la continuidad de las publicaciones. Tenemos dos series: Cuadernos de Investigaciones y Arqueología y Sociedad. También queremos subir a nuestra página web estas publicaciones para masificarlas.

¿Qué tal es la acogida de público que tiene la Casona en sus talleres?

Buenísima. Hay cursos muy especializados que tienen una convocatoria importante. Eso quizás sea un reflejo de la ineficiencia de la formación académica universitaria. Los alumnos buscan un complemento de formación en museos, por ejemplo. Esto no es malo. Pero debería haber un correlato con el mundo académico. Hay otro tipo de cursos que también tienen un público numeroso, como los cursos de folclor, ballet, teatro, cine. El Centro Cultural es un espacio donde existe una movida cultural importante. Está ubicado en un sitio difícil, como el Centro de Lima, pero no es absolutamente inaccesible.

Además de dinero, ¿qué le falta a la Casona?

Quizás mayor difusión. Por ejemplo, tengo entendido que el elenco de ballet ha participado hace poco en un festival universitario en Colombia, el elenco de teatro acaba de venir de Argentina para participar de un foro de teatro latinoamericano. Toda esta presencia internacional de San Marcos no se conoce en el Perú, ni siquiera en Lima. Nosotros queremos mostrar que a pesar de las dificultades los elencos artísticos del Museo tienen impacto internacional.

Otro proyecto que dejó la administración anterior y que nosotros vamos a continuar es el de incorporar el Parque Universitario a la Casona. Tenemos la autorización hasta el 2011 luego de un convenio con la Municipalidad, para crear un boulevard de la cultura. Es cierto que es un sitio difícil debido a que es el cruce de las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay, pero se puede lograr. Estamos convencidos de que estas culturas emergentes que vienen de los conos tienen cosas importantes que decir. Tenemos que darles espacios.

¿Qué objetivos se ha trazado?

Primero, fortalecer la comunicación y la difusión de estos esfuerzos. San Marcos necesita mostrar sus aportes culturales positivos. No estar defendiéndose todo el tiempo de los ataques injustificados que la relacionan con el tema del terrorismo y los grupos revoltosos. San Marcos siempre va a ser resistente. El mismo Tello lo decía: Pido la palabra para oponerme, señor rector. Es decir, él siempre estaba debatiendo y discutiendo. Si hay infiltración de estos grupos, no solamente se da en San Marcos. Lamentablemente en algunos casos, San Marcos ha sido siempre una especie de esponja de los problemas de la sociedad. Pero si uno hace un balance, se da cuenta de que el 70% de los profesionales que dirigen este país se ha formado en San Marcos o ha pasado por San Marcos o ha enseñado en San Marcos.

¿Qué opinión le merece la salida del anterior director por haber asistido a la presentación del libro de Abimael Guzmán? Quizás no debió asistir, pero, ya que lo hizo, ¿no fue un exceso echarlo?

Cuando uno es funcionario público, desde luego que tiene la libertad de asistir a los lugares que mejor le parezcan y emitir sus opiniones, pero tiene que darse cuenta también de que está inmerso en un proyecto institucional. Si bien es cierto que el profesor García participó de la presentación a título personal, como persona interesada en esa problemática, eso ocasionó una campaña negativa en contra de San Marcos debido a la presencia de intelectuales que estuvieron presentes. Quizá pudo tener acceso a la publicación sin necesidad de ir a la presentación. No obstante, yo respeto la decisión del profesor García y creo que el trabajo que desarrolló al frente del Museo fue valiosísimo.

EL DATO

La cátedra Julio C. Tello se dictará en el Salón General del Centro Cultural San Marcos en el Parque Universitario, Centro de Lima, los martes y jueves de octubre y noviembre a partir de las 5pm. El ingreso es libre.

Jueves 6 de octubre. Doctor Miguel Marticorena Estrada. La Nación de Garcilaso y el piloto anónimo de Colón.

Martes 13 de octubre. Doctor Duccio Bonavia. La domesticación de las plantas.

Jueves 15 de octubre.  Doctor Elías Mujica Barreda. Los Andes: Transformando las limitaciones en oportunidades.

Martes 20 de octubre. Doctor Rodrigo Montoya. Movimientos indígenas en el Perú.

Jueves 22 de octubre. Doctora Sonia Guillén Oneeglio. Los Mallquis y la bioantropología en los Andes.

Jueves 29 de octubre. Doctor Carlos Araníbar. Anécdotas e Historia.

Jueves 5 de noviembre. Doctora Ruth Shady Solís. La civilización Caral.

Martes 10 de noviembre. Doctor Luis Guillermo Lumbreras. La Arqueología como ciencia social. Balance y perspectivas.

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