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ESPIONAJE CHILENO NO VINO DE MANDOS MEDIOS

Analista descarta enfrentamiento bélico
Generacción habló con el reconocido analista de temas internacionales, Farid Kahhat, acerca del reciente caso de espionaje chileno en el Perú y sus posibles implicancias en las relaciones con Chile, incluida la probabilidad de una guerra.
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ESPIONAJE CHILENO NO VINO DE MANDOS MEDIOS

-¿Es adecuada la forma en que ha reaccionado el gobierno peruano ante el espionaje chileno?

En lo esencial, sí. Sin embargo, yo creo que los adjetivos eran innecesarios precisamente porque el Perú tiene la razón. El interés del Estado debió ser que el debate se centrara en los hechos y no en los adjetivos; no en si fue correcto que García llamara “republiqueta” a Chile, por ejemplo. Más allá de eso, el gobierno hizo lo debido, porque era un tema que ameritaba una condena expresa además del pedido de que se realicen las investigaciones del caso en Chile.

Algunos dijeron que se debió asumir una postura más radical, como Ollanta Humala, quien dijo que se debía romper relaciones con Chile. Pero honestamente no creo que fuera necesario. El Partido Nacionalista se opone en general a los TLC, sean con Chile o Estados Unidos. En el caso de Chile argumentan asuntos de seguridad nacional.

Ni siquiera en la década del setenta, cuando tuvimos un incidente parecido, rompimos relaciones con Chile. Y en ese caso la situación fue peor porque no solo se descubrió a un topo de la FAP sino que se sorprendió a militares chilenos tratando de obtener información en la base militar de Talara. En conclusión, creo que la reacción del gobierno peruano ha sido acertada.

-¿Cómo califica la reacción del gobierno chileno, que al principio afirmó no tener nada que ver con el espionaje y que luego ha aceptado realizar una investigación?

Hay que tener en cuenta que Chile está en plena campaña electoral. A mediados de diciembre es la primera vuelta y a mediados de enero es la segunda vuelta. En ese contexto, era muy difícil que el gobierno chileno aceptara un espionaje. Lo más probable es que haya una investigación y que los resultados no se den a conocer hasta que termine el proceso electoral para evitar que el tema afecte las perspectivas de reelección de la Concertación y a su candidato, Eduardo Frei.

No obstante, el hecho de que Chile haya dicho en primera instancia que su gobierno no realiza acciones de este tipo da una idea de cual será el resultado de sus investigaciones. Es decir, están preparando el terreno para, en la eventualidad de que tengan que admitir el hecho, poder decir que los culpables son mandos medios actuando por cuenta propia sin una decisión política de arriba. Lamentablemente, no veo cómo el Perú pueda probar lo contrario.

-¿Es posible que Michelle Bachelet no tenga nada que ver?

A mí lo que me sugiere la idea de que esto no se manejó al nivel de mandos medios es la cantidad de dinero involucrada. Yo no creo que mandos medios puedan autorizar el uso de US$ 170 mil de fondos públicos. Cabe la posibilidad de que Chile alegue que el dinero salió de fondos privados, en cuyo caso también tendrían que decir quiénes fueron los empresarios que aportaron el dinero para sancionarlos de alguna manera.

Chile ya ha dicho que no es política oficial del Estado chileno realizar ese tipo de actividades. Con eso ha dado a entender que cualquier responsabilidad que se pueda descubrir no va a alcanzar a los mandos políticos. La gran interrogante es qué tan altas van a llegar las culpabilidades entre los miembros de las Fuerzas Armadas. Habrá que esperar sus conclusiones.

-¿Cómo cree que evolucionará el caso con el próximo presidente chileno, sea Eduardo Frei o Sebastián Piñera?

Yo creo que el resultado de las investigaciones se va a dar después de las elecciones, pero antes de la transferencia de mando. No creo que el gobierno de Bachelet se arriesgue a transferirle las investigaciones al próximo gobierno, que probablemente sea encabezado por el opositor Piñera. Si triunfa Piñera sería de alguna manera favorable para el Perú porque en todo caso estaría acusando a gente del gobierno anterior de otro partido.

-¿Hasta qué punto podrían deteriorarse las relaciones con Chile, si tomamos en cuenta antecedentes como las criticadas declaraciones del general (r) Donayre, la demanda peruana ante La Haya, la operación militar chilena Salitre y el reciente caso de espionaje?

Ninguno de los temas mencionados debería haber llevado a un deterioro de las relaciones entre ambos países. Las declaraciones del general Donayre fueron hechas a título personal, aunque estuviera uniformado y fuera comandante general del Ejército. La demanda peruana ante La Haya es la forma civilizada de resolver disputas territoriales cuando no hay voluntad de hacerlo de manera bilateral. Lo están haciendo Colombia y Nicaragua, lo hicieron en el pasado Nicaragua y Honduras.

-Pero Chile toma la demanda como un acto inamistoso, casi como una agresión.

Sin embargo, ha aceptado la competencia de la Corte de La Haya sin presentar excepciones preliminares y ha dicho que va a acatar el fallo. Esperemos que lo haga. Como decía, los temas mencionados en la anterior pregunta no tendrían que haber deteriorado las relaciones entre Perú y Chile más allá del efecto mediático que pudieran haber tenido.

El caso de espionaje es un hecho más serio, no solo porque se da después de los antecedentes mencionados, sino porque se produce en un contexto en que el gasto de defensa chileno triplica el gasto de defensa peruano.

-¿Cuáles serían los objetivos que persigue Chile al espiar al Perú?

Siempre es bueno saber qué planea el adversario, por más débil que sea. En caso de una guerra, saber cuál es el espacio cubierto por los radares. Es sabido que el sistema de radares con que cuenta el Perú no tiene capacidad para cubrir todo el territorio. Después, planes de compra, inteligencia peruana, quiénes son los miembros de inteligencia. Hay varias cosas que podrían ser de interés incluso para un país más poderoso como Chile.

-¿Existen probabilidades de que Chile ataque militarmente al Perú?

En mi opinión, son virtualmente nulas. Las hipótesis de guerra esgrimidas por ciertos sectores de ambos países no tienen pies ni cabeza. No se me ocurre qué buscaría Chile invadiendo al Perú. No sé qué podría obtener por medios militares que no podría obtener por medios no militares a menor costo, incluyendo el gas y el agua. Por último, podría invadir Bolivia, que tiene más gas que nosotros y es todavía más débil que el Perú.

Sin embargo, hay una hipótesis que es factible aunque no la más probable: un fallo de La Haya favorable al Perú que Chile no estuviera dispuesto a aceptar. Aunque quizás ni siquiera en ese caso habría guerra, porque lo que Chile haría es decir “bueno, yo tengo superioridad militar y por lo tanto me aferro a este espacio marítimo con toda la fuerza a mi disposición”. No habría guerra porque el Perú no va a desafiar esa medida de fuerza. Lo que el Perú podría hacer es llevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU y esperar que se apliquen sanciones a Chile.

Ese es el único caso en que Chile haría uso de la fuerza que me parece posible pero ni siquiera muy probable. Chile tiene capacidad de agresión, pero no tiene intención. ¿Qué pasa si las intenciones cambian en el futuro o si yo estoy equivocado respecto de las intenciones actuales chilenas? Nunca está demás contar con capacidad defensiva. Equipos antitanques más que tanques. Equipos antiaéreos más que aviones. Esto resulta más barato. Yo sé que esta postura no es muy popular entre los militares, pero a mi parecer es la más razonable.

-¿Este caso de espionaje es solo una ofensa para el Perú o además es una agresión?

Es un acto inamistoso, que es un término que se usa aparentemente en derecho. No es una agresión propiamente dicha. Sería un acto de agresión si hubiese una campaña militar.

-¿El caso del espía debe verse en el fuero militar o en el fuero civil peruano?

Hasta donde entiendo, creo que el fuero competente sería el militar, porque es un delito de función. Pero yo no soy abogado y no tengo cómo saberlo con certeza.

-¿Es posible que un espía actúe solo o habría una red de espionaje dentro de las Fuerzas Armadas?

Es posible que un espía actúe solo, pero es poco probable. Para empezar, porque un suboficial puede tener acceso a determinada información relevante, pero una vez que vende estos documentos no le queda mucho más para ofrecer. Entonces tiene que recurrir a otros miembros de las Fuerzas Armadas para obtener más información.

El hecho que parece sustentar la teoría de que se trataría más bien de una red es que a los espías se les paga por cada información brindada y en función de la calidad más que de la cantidad de información brindada. En este caso, a Ariza se le pagaba un sueldo fijo de US$ 3,000 mensuales. Esto hace suponer que Ariza era más bien el coordinador de un grupo de espías. Lo más probable es que haya pagado por información a otros miembros de las Fuerzas Armadas o que los haya convertido en informantes.

-¿Es costumbre que los países se espíen unos a otros?

Realizar actos de espionaje es contra el derecho internacional. Que se haga no quiere decir que sea legal. Se asume que se espíen países rivales. Estados Unidos y la Unión Soviética cada cierto tiempo expulsaban presuntos espías. Pero Chile y el Perú son países que tienen procesos de integración y que gozan de buenas relaciones. El gobierno de García intentó tener una buena relación bilateral con Chile y el asunto se ha ido complicando básicamente por el accionar chileno.

-¿En qué cree que terminará todo?

En el lado peruano, no importa a qué conclusiones llegue Chile, siempre habrá políticos y militares que protesten y digan que se debe revisar las relaciones con Chile. No creo que el tema desaparezca de la agenda nacional en un lapso muy corto. Lo más probable es que el gobierno peruano se tenga que dar por satisfecho con que Chile admita la culpa de mandos medios. No creo que esto llegue más allá.

Por el lado chileno, precisamente, lo más probable es que Chile admita responsabilidades solo de mandos medios. Si Chile hace eso, yo creo que a nivel oficial se va a dar por superado el incidente. No hay mucho más que hacer.

Sin embargo, si Chile llega a la conclusión de que no tiene absolutamente nada que ver con el espionaje, yo creo que en ese caso el Perú tendría que revisar sus relaciones con ese país. Pero ni siquiera el desenlace sería la ruptura de relaciones. Quizás sí un retiro del embajador por plazo indefinido, mantener las relaciones a un nivel de encargado de negocios y no contemplar nuevos acuerdos económicos.

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