Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
Una noticia estremece la conciencia planetaria. Esta viene desde Cuba. ¡Orlando Zapata Tamayo, uno de los numerosos disidentes cubanos que claman por libertad para su pueblo ha muerto! Luego de 86 días de largo sufrimiento como consecuencia de las torturas que hicieron escarnio de su naturaleza al punto de fragilizarlo al extremo de lo soportable, este valeroso joven cubano ha pagado con su vida su amor por la justicia y la libertad. Orlando Zapata Tamayo prefirió morir en lugar de conformarse y vivir en medio de lo que consideraba una degradante realidad.
Nadie que reclame para sí y para los suyos vivir bajo el imperio de la libertad puede hoy mantenerse ajeno e indiferente ante este hecho mayor de humanidad que nos dice que si uno no puede vivir en calidad de hombre libre, la muerte es preferible... ¿Cómo podría alguien mantenerme al margen de lo sucedido con este hombre? Y después de haber escuchado las trémulas y emocionadas palabras de la madre de quien es ahora un hermano mayor en la lucha por la libertad de esta isla que merece vivir en democracia para construir un futuro diferente.
¿Cómo mantenerme ajeno frente a este soberbio e inigualable ejemplo de rebelión pacífica, ante el asfixiante acoso de los opresores que reclaman para sí los réditos de una mal entendida justicia social? ¡No hay forma!... Pues el cubano Orlando Zapata Tamayo, desde su lecho de muerte, nos incita a todos aquellos que de una u otra forma estamos confrontados ante la restricción de nuestras libertades a rebelarnos siguiendo su principista ejemplo en aras de redimir la vida de auténtica civilización. Ya que nos dice que nada es posible, valga la redundancia, al precio de la libertad.
¡Que pesado tributo lega este joven cubano a sus compatriotas allá en la isla! Vaya ejemplo también para aquellos que, viviendo en regímenes susodichamente democráticos, tienen día a día que batirse a brazo partido para luchar y desterrar para siempre la amenaza de todo tipo de autoritarismo que pretende impedir que seamos autores y actores de nuestro propio destino. No permitan que en ningún campo de batalla donde se libra la lucha por las instituciones sobre las que reposan las libertades pierdan aquellos que las defienden, nos dice este mártir de la libertad.
En esta hora de duelo, desde el Perú, aquellos que creemos que sin libertad nada es posible, hacemos nuestro su ejemplo y mensaje... E incitamos a todos aquellos que no abdicarán jamás ni a la libertad ni a la justicia social a mantenerse alertas ante toda amenaza en contra de los pilares del régimen democrático en nuestro país que son las instituciones de más alto nivel en el Estado y las políticas. Mantengámonos alertas, el contexto electoral en el que todos estamos hoy inmersos exige de nosotros una actitud vigilante a fin de preservar la democracia y la libertad.