XXIII CONGRESO NACIONAL DEL APRA

Finalmente, luego de tres años de larga espera para la gran mayoría de sus militantes, el XXIII Congreso Nacional del Partido Aprista Peruano se llevará a cabo este 5, 6 y 7 de marzo. Atrás, más allá de las falencias que son de conocimiento público que ha mostrado la organización de este magno evento, quedan los días de lucha y protesta de todos aquellos que desde la segunda mitad del año 2006 exigieron, haciendo uso de diversos medios que estaban a su disposición, la organización del encuentro partidario de más alto nivel en esta organización política.

Así, cerca de seiscientos delegados se darán cita este primer fin de semana del mes de marzo para -entre otras cosas que para no pocos al parecer lindan con lo secreto- elegir al nuevo Comité Ejecutivo Nacional que se encargará de regir los destinos del principal partido político de nuestro país durante los tres años por venir. Lo que convierte a estos días que aproximan en un intervalo de tiempo digno de ser seguido a pie juntillas, ya que lo que suceda en el seno del APRA, como en otra ocasión también he dicho, tendrá repercusiones para el futuro de nuestra democracia.

Pues para nadie es un secreto que para que un sistema político como el nuestro que se desea por siempre democrático se sostenga, es importante que las organizaciones y los partidos políticos den muestras que el tiempo transcurrido desde su creación les ha permitido erigirse en instituciones que constituyen los verdaderos pilares de nuestro régimen democrático. Esto, hoy más que nunca. Ya que lo que hoy más necesita una sociedad como la nuestra es, entre otras cosas, contar con solidas instituciones a este nivel que le permitan procesar sus innumerables contradicciones.

Ardua es por lo tanto la tarea que tienen todos y cada uno de los delegados en este XXIII Congreso Nacional del APRA. El país -tienen que saber aquellos que tomarán en conjunto importantes decisiones- estará observando expectante la forma en la que se desarrollen los acontecimientos durante estos tres trascendentales días. Nada de lo que suceda ahí estará exento del escrutinio de la prensa... y de la mirada de numerosos ciudadanos que creen que desde el APRA es posible proponer la renovación y el cambio en el país.

En tal sentido, hacer algo a nivel político que vaya en contra del interés general sería no solo contraproducente para el mismo partido, sino también para el fortalecimiento de la democracia. ¡Manos a la obra! No es el momento para las dudas. O desencadenamos la genuina renovación de las élites políticas, permitiendo que un discurso alternativo emerja junto con ellas, o de lo contrario condenaremos a nuestro sistema político a una muerte quién sabe súbita. Negándonos así el futuro de libertad que requerimos para construir una sociedad de justicia social.