Banner Tuvivienda
Jueves 25 de abril 2024   |   Contáctenos
REVISTA

TRANSGÉNICOS: ¿VIABLES O IMPOSIBLES?

Se enciende el debate
La posibilidad de que un país megadiverso como el Perú sea invadido por productos genéticamente modificados ha despertado el debate acerca de su viabilidad y conveniencia. La aprobación de un reglamento que serviría como puerta de entrada para este tipo de alimentos ha sido el punto álgido de una discusión que recién empieza.
(0)
TRANSGÉNICOS: ¿VIABLES O IMPOSIBLES?

¿Alguna vez imaginó que el tomate que acompaña su incomparable plato de lomo saltado fue modificado en su estructura genética y contiene atributos de peces que le permiten tolerar altas temperaturas? ¿Pensó que la leche que toma en su desayuno fue obtenida de una vaca que ahora produce más leche porque su ADN fue transformado y contiene genes de otros animales?  

Aunque por ahora se trata de preguntas sin respuestas positivas para los peruanos, desde hace un tiempo, una variedad de especies –entre los que se incluyen los tomates y las vacas– ha despertado el interés de quienes atribuyen en ellos la solución a la hambruna que se desataría a raíz del calentamiento global y del incremento en el precio de algunos alimentos. Pero también ha generado el rechazo de quienes ven en ellos una amenaza para nuestra incomparable biodiversidad. 

Se trata de los famosos Organismos Vivos Modificados (OVM), comúnmente conocidos como transgénicos, que no son más que aquellos productos que han sido alterados en su estructura genética o ADN. Una palabra que a pesar de resultar ajena para muchos, ha copado decenas de titulares y portadas durante las últimas semanas, desatando –incluso– una férrea discusión entre dos importantes instancias gubernamentales. 

Pese a que el debate se ha encendido en los últimos años, con bríos de furia en nuestro país durante los últimos días, todo empezó en 1970 cuando un grupo de científicos descubrió que podía transferir el ADN de una especie a otra, sin imaginar que años más tarde, acusaciones de grueso calibre se posaría sobre lo que por entonces significaba un descubrimiento sin precedentes. 

Así, tomates más tolerables a las heladas debido a que contienen genes de peces árticos, o una especie de algodón que resulta más resistente a las plagas porque contiene el gen de la bacteria BT que lo hace inmune a ellas, sirvieron como carta de presentación de una revelación que hoy parece desdibujarse en medio de las críticas. 

Como ellos, cierta variedad de cerdos, vacas, soya, maíz, papaya, calabaza, pimiento, alfalfa, canola, e incluso flores como el clavel, se han convertido en prueba viviente de la manipulación genética, transformación que ha permitido contar –dicen sus defensores– con productos con características especiales, tales como una mayor resistencia, mayor productividad y hasta mayor valor agregado. 

Discrepancias gubernamentales 

Incluso, el propio titular del Ministerio de Agricultura (MINAG), Ismael Benavides, quien frente a la ola de críticas que buscan impedir que el ingreso de los OVM se logre en el breve plazo, no ha encontrado mejor respuesta de recordar que lejos de lo que muchos pensaban, los peruanos ya 'gozamos' de la presencia de los transgénicos en nuestras mesas. 

"Hoy los peruanos ya consumimos transgénicos. La soya con la que se elabora el aceite y el maíz que se importa para alimentar a los pollos también es transgénica y a nadie le han salido plumas ni cosas raras", fue la férrea defensa de quien ha sido tildado como uno de los principales 'interesados' en dar la luz verde a este tipo de alimentos; quien para añadir más leña al fuego ha alertado que la "producción de papas nativas también está en peligro si no se aplica la biotecnología". 

Así, lejos de despertar un entusiasmo unánime de consumidores, productores  y autoridades ante las bondades que se exaltan de las semillas modificadas, la posibilidad de que se publique el discutido Reglamento de la Ley de Bioseguridad, que dejaría puerta abierta a los transgénicos, ha servido para remover la discusión sobre una norma que dormía el sueño de los justos y permanecía en la sombra. 

En respuesta y tratando de emular al mejor de los escuderos de una batalla digna de nuestra historia, el flamante ministro del Medio Ambiente, Antonio Brack Egg, reconocido por su pasión por la biodiversidad peruana, no tardó en rechazar las pretensiones de quienes cruzan los dedos para que los OVM pasen a formar parte del menú de los peruanos. 

Y en una especie de penalti que puede valer el título de campeón en un torneo de fútbol, el benjamín de los ministros del actual Gabinete logró que la aprobación del mentado Reglamento de Bioseguridad –elaborado por el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), otro férreo defensor de los transgénicos– sea postergado. 

¿La razón? El propio presidente Alan García solicitó que el documento sea sometido a consulta en el seno de la sociedad civil, ya que desde ahí algunos actores reclaman no haber sido tomados en cuenta y se mostraban por ello preocupados ante el posible ingreso de los transgénicos. Así las cosas, la norma deberá contar con la venia de otras entidades científicas y, sobre todo, de los gremios de agricultores y consumidores que no fueron tampoco tomados en cuenta durante su elaboración. 

Los bemoles de la manipulación 

Precisamente, uno de los primeros en alzar la voz de alerta fueron los miembros de la Plataforma 'Perú, país libre transgénicos', gremio de consumidores que expresó su preocupación ante la posibilidad de que en el marco de las facultades otorgadas al Ejecutivo, se aprobara el Reglamento de Bioseguridad en el sector agricultura.

"Con esta norma se pretende facilitar la liberación de cultivos transgénicos en el país, lo que representa una amenaza para la diversidad biológica del Perú y, en especial, para la biodiversidad de cultivos básicos para la alimentación humana debido a los riesgos de contaminación genética de las especies locales. Esa liberación puede afectar la agroexportación, especialmente de los productos orgánicos debido al rechazo de un gran sector de los consumidores en el mundo", fue el argumento que sirvió de inicio para lo que hoy podría significar la suspensión del ingreso de los transgénicos al país. 

En ese sentido, los gremios agrupados en la Plataforma en mención han criticado la falta de transparencia en la elaboración y discusión del Reglamento de Bioseguridad a cargo del INIA. Es más, el MINAG –dice uno de sus últimos pronunciamientos– pretende imponer una norma que persigue la liberación de los transgénicos sin un proceso de consulta nacional con la participación de sectores académicos, profesionales, organizaciones de productores, consumidores y los provenientes de la sociedad civil.  

Por lo que, ante tales pretensiones, han exigido una investigación ante el "inexplicable comportamiento de la  delegación oficial  del Perú en el reciente Foro Mundial de Bioseguridad realizado en Bonn (Alemania), donde bloquearon la única iniciativa global que nos permitiría contar con un instrumento internacionalmente vinculante sobre responsabilidad y compensación orientada a sancionar a las empresas responsables de daños resultantes del uso de transgénicos". 

Ante lo que no se han demorado en solicitar que nuestro país apoye la implementación del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, para establecer así un instrumento vinculante de responsabilidad y compensación que deben asumir las empresas en casos de contaminación al ambiente y daños a la salud generados por los organismos genéticamente modificados.  

Más restas que sumas

De la misma opinión es la bióloga María Luisa Del Río, quien no ha dudado en sugerir que el Perú no debe renunciar a normas del Derecho Internacional sobre responsabilidad y reparación por los daños al medio ambiente cuando se opera por encima de las fronteras, ni mucho menos al principio contaminador – pagador, inscrito es nuestro marco legal nacional. 

"Argumentos que afirman que la producción de recursos genéticos de afuera, contribuirá a superar la pobreza y la adaptación al cambio climático, no tienen mayor sustento. Por eso, el futuro Régimen sobre Responsabilidad y Reparación de daños del movimiento transfronterizo de transgénicos debe ser vinculante", es la principal recomendación de la experta. 

En el mismo sentido, la Asociación de Exportadores (ADEX) sostiene que, ante la tarea emprendida por muchos países para promover el cultivo de alimentos transgénicos, en nuestro país, las autoridades y empresarios deben promover, de manera conjunta, el cultivo de productos orgánicos. Esto, en contra de la opinión de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la cual argumenta que los alimentos modificados genéticamente son inocuos para la salud del ser humano.

Y es que para Alfredo Menacho, presidente del Comité Agropecuario del gremio exportador, a diferencia de lo que sucede con el caso de los transgénicos, en los últimos años el cultivo de productos orgánicos en el país ha cobrado fuerza gracias a la creciente demanda que proviene, generalmente, del primer mundo, donde estos productos son muy bien catalogados y reconocidos, como en Europa. 

"Nuestro país ya exporta café, banano, algodón y cacao, además de otros productos orgánicos que se originan en un sistema de producción agrícola libre de insecticidas, sintéticos y preservantes. Paradójicamente, por falta de recursos, la mayoría de producción agrícola peruana es orgánica, lo que nos posiciona bien en el mercado, por eso debemos emprender una firme promoción de estos productos y no de los transgénicos", señala el empresario.

Ante la ola de argumentos a favor y en contra de lo que ni en sus peores pesadillas se imaginaron quienes cerca de tres décadas atrás descubrieron las 'maravillas' de la modificación genética, queda claro –afirman los opositores a los transgénicos– que sobre la liberación de los OVM, descansa una polémica respecto a sus riesgos en los ecosistemas, la biodiversidad y los efectos en la salud. 

Solo queda esperar que en esta pugna los muertos y heridos se cuenten con los dedos de la mano, porque un país como el Perú, uno de los mayores bancos genéticos del mundo, debe seguir manteniendo el lugar de privilegio que ostenta en cuanto a seguridad alimentaria. 

 

Participa:
COMENTARIOS
0 comentarios      
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan