PARO MINERO

El paro de mineros informales se inició el domingo 4 de abril en Madre de Dios con el bloqueo de la carretera Panamericana, la suspensión de actividades y enfrentamientos entre manifestantes y policías. El saldo fue de seis personas muertas, además de una gran cantidad de heridos y detenidos.

Pero nada de eso sucedió en dicha región de la selva, sino a miles de kilómetros: en el kilómetro 619 de la carretera Panamericana, a la entrada de la localidad de Chala, perteneciente a la provincia arequipeña de Caravelí.

Teódulo Medina, presidente de la Federación Nacional de Mineros Artesanales del Perú (FENAMARPE), denunciaba el mismo domingo que el decreto de urgencia Nº 012-2010 contra el que protestan tiene como verdadera finalidad decomisar los equipos de los pequeños mineros de Madre de Dios.

Por su parte, el presidente del Consejo de ministros, Javier Velásquez Quesquén, afirmaba el mismo día que el gobierno no estaba en contra de los pequeños mineros pero que el Proyecto de Formalización de la Minería tenía que ejecutarse sí o sí. Y que como parte de eso debían retirarse de la zona las grandes maquinarias como dragas o retroexcavadoras que contaminan y asesinan la fauna de los ríos.

Al mismo tiempo, el ministro de Ambiente, Antonio Brack, mencionó la existencia de empresarios bolivianos que serían los culpables de la grave deforestación en Madre de Dios y de la contaminación de los ríos de la región a causa del mercurio (insumo básico para la extracción del metal precioso), además del tráfico sexual de menores y demás males que ocasiona la minería ilegal.

CHALA, HORA CERO

El sábado 3 en la noche llegó a Chala un contingente de 200 policías enviado a resguardar la calma en la localidad. Sin embargo, las primeras escaramuzas no se hicieron esperar al día siguiente con el saldo antes mencionado.

Una de las víctimas fue una señora de casi 60 años que se encontraba encerrada en un bus y que sufrió un infarto debido a que los manifestantes arrojaron piedras a los vehículos en medio de la refriega contra los policías. ¿Quién les explica a los deudos el motivo por el que su familiar murió?

Otras víctimas inocentes que sufrieron un dolor de cabeza sólo por encontrarse en medio de un problema del que no formaban parte fueron los casi 2000 pasajeros atrapados en el interior de los buses y vehículos que debían trasladarlos a sus lugares de destino. 

Al amanecer del lunes 5, al ver que el problema no tenía visos de solución, algunos pasajeros intentaron continuar su viaje a pie debido a que la zona se iba quedando sin agua ni alimentos. Pero entre ellos había embarazadas, niños y ancianos que no podían caminar los 4 kilómetros que los separaban de la zona del transbordo, cerca del puente Caleta, en el lado norte de Chala.

Mientras tanto, los camioneros perdían la carga que transportaban (cebollas, paltas, frutas) debido al inclemente sol que empezó a malograr los productos alimenticios que tenían como destino Lima y el extranjero.

Ante la cantidad de viajeros atollados, el Gobierno dispuso un puente aéreo con aviones de la FAP, la Policía y el Ejército. 

Por su parte, los manifestantes se dignaron a deponer su medida de fuerza a partir de las 10 de la noche del lunes pero sólo por dos horas y únicamente después de que el gobierno liberase a 27 de los 28 detenidos en las manifestaciones del domingo. (El restante permaneció arrestado porque se le había encontrado explosivos.)

Y aunque el presidente del Congreso, Luis Alva Castro, comentó que se trataba de una “buena señal”, no faltaron en Lima los comentarios acerca de que una vez más el gobierno aprista cedía ante una demostración de fuerza por parte de manifestantes que privan del libre tránsito al resto de ciudadanos.

Pese a la tregua parcial del lunes, el gobierno dispuso que los vuelos de las fuerzas armadas y policiales se repitan hasta que todos los pasajeros varados en Chala sean rescatados.

EN LIMA

En Lima, unos 500 manifestantes marcharon por la avenida Abancay en el centro de Lima (obstruyendo el tránsito) e intentaron llegar hasta el Congreso para entrevistarse con Alva Castro. Como los policías no se lo permitieron, dejaron un escrito en el que puntualizaban sus requerimientos, que podían resumirse en uno: derogatoria del decreto Nº 012-2010.

¿TODO TIENE SU FINAL?

Hasta el martes 6, las negociaciones entre representantes del gobierno y de la FENAMARPE llegaron a un punto muerto. Los mineros aseguraban que no suspenderían el paro mientras el gobierno no derogase el decreto Nº 012-2010 que, según ellos, lesionaba sus derechos. Por su parte, el gobierno afirmaba que no se sentaría a negociar con los revoltosos “de ninguna manera” mientras las carreteras continuasen bloqueadas.

Con las cosas así, daba la impresión de que el paro minero se complicaría con el transcurrir de los días. Algunos recordaron el fantasma del Baguazo. Sin embargo, ese mismo día en la noche, Velásquez informaba a la prensa que el paro se suspendería 48 horas para dar inicio a un diálogo entre una comisión de alto nivel y dirigentes mineros.

La solución había llegado luego de que se firmase un documento entre ambas partes que establecía la constitución de: a) una comisión técnica que revise el Plan Nacional de Formalización de la Minería Artesanal, y b), una comisión de alto nivel encargada de la modificación del Decreto de Urgencia Nº 012-2010.

El miércoles en la tarde, Velásquez aparecía en la televisión rodeado de los dirigentes mineros y las autoridades regionales anunciando que los mineros habían decidido deponer su medida de fuerza luego de que el Ejecutivo prometiese analizar la modificación del decreto de urgencia. 

Una vez más el gobierno cede ante una acción ilegal y criminal como la toma de una carretera. ¿Qué seguirá?

¿QUÉ DICE EL DECRETO?

El decreto de urgencia Nº 012-2010 declara de necesidad pública, interés nacional y de ejecución prioritaria el ordenamiento de la minería aurífera en el departamento de Madre de Dios.

Para este fin suspende los petitorios mineros, establece zonas de exclusión minera, prohíbe el uso de dragas y artefactos similares, entre otras medidas.

El texto completo del decreto de urgencia Nº 012-2010 que consta de ocho páginas puede leerse en la página web del diario oficial El Peruano:

http://www.cepes.org.pe/apc-aa/archivos-aa/4a15e4303d8c04dde2018292e444138c/DU._N__012_2010._.pdf