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Viernes 29 de marzo 2024   |   Contáctenos
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CELEBRA PERÚ

Sabores de una nación
Un colorido pasacalle, muestra de nuestra cultura viva, preámbulo de un gran festejo. Así celebraron los clubes departamentales, con una fiesta con sabor a Perú, donde hombres, mujeres y niños, conocieron más de nuestro país, se hermanaron y sintieron las raíces de nuestros ancestros, entre humeantes platos, ollas de barro y delicias sin igual.
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CELEBRA PERÚ

El escenario: la avenida de La Peruanidad, en las proximidades del Campo de Marte. Un domingo frío de mayo pronto se vio colmado de calor, abarrotado de sentimientos de patriotismo.  El ambiente, entre danzas de la costa, la sierra y la selva, se hacía más festivo a medida que la mañana iba calentando. 

En un estrado oficial, autoridades de Estado observaban, mientras graciosas jóvenes, hábiles hombres y acompasados niños, ofrecían lo mejor de las danzas de sus pueblos. Desde la A de Amazonas, hasta la U de Ucayali, mostraron ponchos multicolores, máscaras, polleras, diminutas prendas y todas las vestimentas que calzan perfectamente en las formas del Perú.

Pero ello sería solo el preludio, pronto la atención se volcaría a la gastronomía de nuestros pueblos. Todos los gustos del país se concentraron en Sabores del Perú, el más importante festival gastronómico, donde se dieron cita todos los clubes departamentales, con lo mejor y más representativo de su gastronomía.

SABORES DEL PERÚ

Nuestra labor periodística dio paso a las debilidades propias que nacen de los antojos, gracias a los aromas y a la gran variedad de platos que fueron presentados e inmediatamente consumidos esa tarde. Los miles de asistentes a este evento organizado por la Asociación de Clubes Departamentales del Perú dieron rápida cuenta de todo lo allí expuesto.

Ancash mostró sus sabores: sus chupes, sánguches de jamón serrano, ceviche de chocho y deliciosos cuyes, fueron presa fácil de los convocados.  El espacio era insuficiente, yo misma tuve que dar marcha atrás y solo conformarme con ver los stands de las primeras regiones organizados de forma alfabética.

Arequipa, con su rocoto relleno y adobo de cerdo; Cajamarca con su caldo verde y su cecina shilpida, anteriormente degustada en un conocido restaurante de la avenida Brasil; Puno y su caldo de chuño negro; la generosa selva, a través de sus tacachos, juanes y sus sabrosos refrescos de aguaje y cocona; hasta el mismísimo Callao con su insuperable ceviche y los inigualables choritos a la chalaca; nos mostraban la mejor vitrina culinaria de nuestra patria.

Ni platos ni espacios fueron suficientes para satisfacer los gustos; quizás muchos quedaron relegados en las cocinas de sus pueblos.  Hay mucho por ofrecer: insumos de primera calidad, mezclas creativas, fusiones y modos de preparación, que seguirán alimentando nuestro bagaje culinario.

La mixtura de sabores, costumbres, aromas y tradiciones familiares, fue sin duda lo más resaltante de la fiesta. El norte dio cátedra con sus platos hechos a base de chicha de jora y ajíes de todas las formas. El pato y la gallina, las carnes más consumidas.

La sierra y el sur del país, destacaron la presencia de la papa, el cuy y la pachamanca; y hasta el mar, dio cuenta de sus frutos en una fiesta gastronómica para no olvidar.

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