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¡URGENTE RECONSTRUCCIÓN!

A un año de la tragedia en Ica
Transcurrido un año del devastador terremoto del 15 de agosto de 2007, la sensación de incertidumbre aún permanece en el ánimo de los pobladores de las zonas afectadas, a pesar de los más de mil millones que el gobierno central afirma haber invertido tras la tragedia. Gener@cción viajó a Ica para ver "in situ" la opinión de los ciudadanos y entrevistarse con las autoridades del lugar.
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¡URGENTE RECONSTRUCCIÓN!

La primera impresión que uno percibe al recorrer Pisco y conversar con su gente es de abulia e impotencia. Incluso desde antes de llegar a la ciudad. En el bus, además del temor por un posible accidente que lleva a algunos pasajeros a efectuar su propia prueba de alcoholemia al conductor, los comentarios generalizados son que, a un año del sismo, las autoridades no han hecho nada por los damnificados.

 

Los principales blancos son los representantes del gobierno central, del gobierno regional y, también, de los gobiernos locales; aunque no siempre en este orden. El ingenio de los peruanos es bien conocido y al momento de exigir sus derechos también este se pone de manifiesto.

 

“Nada hacen esos ociosos, les vamos a tumbar su casa y les vamos a dar 6 mil soles a ver si les alcanza para algo”, reclaman con amargura, refiriéndose al Bono de Reconstrucción otorgado por el gobierno central. “Y a algunos ni eso nos han dado, pura promesa nomás”, agregan desesperanzados otros.

 

Efectivamente, la problemática surgida en torno al Bono de Reconstrucción o Bono 6000, como también se ha denominado a esta ayuda promovida desde el Ejecutivo, pareciera ser uno de los principales obstáculos en las labores emprendidas por el gobierno central. Según el spot publicitario que se viene difundiendo por diversos canales de televisión, el gobierno habría entregado la suma de 117 millones de soles por concepto de dicho bono, que habría beneficiado a 18 mil 700 familias.

 

Sin embargo, la gente no está satisfecha. La mayoría de familias se queja de que no puede cobrar dicho bono. Otras lo han cobrado pero apenas han podido levantar cuatro muros de ladrillo pelado y un techo de plástico, debido a que los 6 mil soles no alcanzan para mucho cuando se trata de volver a empezar de cero: sin casa, sin trabajo, sin nada. Han habido familias que incluso han preferido vender sus bonos a falsos proveedores en cantidades que van desde los 3 mil hasta los 4 mil soles. La ley de la vida. Cuando hay muertos, los buitres son los únicos que salen ganando.

 

En todo caso, ha surgido un proyecto de ley que propone sumar el Bono 6000 con el Bono Familiar Habitacional, de 13 mil 400 soles. De este modo, con un monto de 19 mil 400 soles sí sería posible construir un módulo básico de vivienda que permitiría salir a los pobladores de las situaciones paupérrimas en las que muchos continúan viviendo, o sobreviviendo.

 

Otro problema que retrasa la reconstrucción es la falta de títulos de propiedad. Sin embargo, éste vendría arrastrándose hace décadas, puesto que, ya desde antes del sismo, muchas familias habitaban viviendas sin un título que avalase que fueran suyas. Luego de la tragedia, al derrumbarse estas casas, prácticamente se hizo imposible la entrega de ayuda al no poderse determinar con claridad quiénes eran los dueños.

 

La solución ha sido enviar a estos pobladores a zonas cercanas (Túpac Amaru Inca, en Pisco y Tambo de Mora y Pueblo Nuevo, en Chincha), pero antes tiene que aprobarse un proyecto de ley con el fin de expropiar tierras privadas en desuso y emplearlas para vivienda.

 

Esta vez las quejas de los damnificados van en el sentido de que se les está despojando de terrenos en cuyos espacios vivieron por más de cuarenta años. Pero, ¿cómo pueden demostrar que efectivamente esos terrenos les pertenecían si el terremoto arrasó con todo?

 

El spot de la discordia

En el mismo spot en el que se señala que el gobierno ha entregado 117 millones de soles por concepto del Bono 6000, se indica también que, en total, se han invertido mil 123 millones de soles en rubros como agua y saneamiento, infraestructura educativa, construcción y equipamiento de hospitales, dinero entregado al gobierno regional, entre otros.

 

Además, el Ministro de Vivienda, Enrique Cornejo, afirmó en días pasados que el proceso de reconstrucción de las ciudades devastadas está avanzado en un 40 por ciento. El propio Presidente de la República ha aparecido declarando en la televisión que, aunque no se encuentra contento, está tranquilo con los avances en la reconstrucción de las ciudades devastadas porque se está haciendo el mejor esfuerzo. Sin embargo, la realidad sería otra.

 

El Presidente del Gobierno Regional de Ica, Rómulo Triveño Pinto, asegura que el gobierno miente al publicar dichas cifras y que la reconstrucción está avanzada en un 40 por ciento, pero “sólo en la imaginación del ministro de Vivienda”. Incluso, un grupo de congresistas de la oposición ha planteado se interpele a los ministros para que expliquen qué se ha hecho con esos mil 123 millones de soles si todavía hay mucha gente viviendo en carpas y módulos temporales en las zonas devastadas.

 

Escolares, muñecos y sonrisas

Por su parte, el Coordinador General del Forsur Ica, Jorge Arévalo Acha, sostiene que si la población expresa su malestar con el avance de las obras es entre otras cosas porque, a pesar de que hay una serie de proyectos aprobados, el gobierno central no libera la partida para iniciar los trabajos.

 

“La burocracia limeña del Ministerio de Vivienda, de la PCM, en general de todo el gobierno central no hacen nada porque esto avance”, sostuvo en diálogo con el corresponsal de Gener@cción. “Diera la impresión de que a propósito no hacen nada. Desde que se aprueba un proyecto hasta que se suelta un sol pasan cuatro meses y si en algún estamento observan el proyecto, de nuevo hay que empezar todo. Así no se puede avanzar. Con razón la gente se queja”, se lamentó.

 

Efectivamente. La gente no deja de quejarse. El lunes 11 en la mañana, los pobladores de ocho asentamientos humanos del distrito de “Subjantalla”, tomaron por unos minutos las instalaciones del Forsur Ica, ubicadas a media cuadra de la Plaza de Armas, exigiendo el inicio del proyecto de agua, desagüe y electrificación aprobado en la sesión del Forsur Cañete con la presencia del Ministro de Vivienda, Enrique Cornejo Ramírez, y que beneficiaría a las cuatrocientas familias de dicha comunidad.

 

Ubicamos a la dirigente Jenny Condori Tampi, del asentamiento humano Carlos Ramos Loayza, en su humilde vivienda. “El 16 de junio en la reunión del Forsur Cañete se aprobó el expediente para ejecutar la obra, con cargo a corregir la ficha técnica, pero hasta el momento nada” nos comentó mientras daba de comer a sus dos pequeños hijos y dos más miraban nuestra conversación maravillados. “Solo eso nos falta para tener agua, desagüe y luz, ¿acaso somos animales para vivir sin nada? Cada vez que vamos, Arévalo nos dice que la otra semana. Está jugando con nosotros.” Trasladamos a Arévalo Acha la inquietud y ésta fue su reacción…

 

“Esa gente nunca ha tenido nada, ni agua ni desagüe ni luz, nunca, y ahora quieren aprovechar el sismo para protestar.” Le dijimos a Arévalo Acha que la aspiración de esa gente a mejorar sus condiciones de vida eran legítimas, a lo que repuso: “Tienen que esperar un poco, las cosas no se hacen de la noche a la mañana. Ica ha recibido una migración incesante de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica, porque allá hay más pobreza y ellos forman los pueblos jóvenes que más protestan. En último caso, el problema de la migración es un problema nacional, no exclusivamente nuestro”, indicó.

 

¿Quién tiene la razón? Es difícil saberlo con certeza, y en todo caso el problema no es quién la tiene, sino hallar las soluciones para salir del atolladero. Mientras tanto, las protestas continúan. Todos protestan. Hasta los niños. El miércoles 13, mientras Arévalo Acha efectuaba sus descargos ante el corresponsal de esta revista en su oficina del tercer piso del Forsur Ica, por la ventana entraron sonidos de bombos y cornetas y voces infantiles. ¿Quiénes eran? Arévalo Acha intentó cerrar la ventana, a la vez que minimizaba los ruidos, pero éstos aumentaron de intensidad. Nos pusimos de pie y nos asomamos por la ventana.

 

Lo que vimos fue una compacta multitud de unos doscientos escolares de entre nueve y catorce años del colegio Julio C. Tello que, acompañados de profesores y padres de familia, se encontraban apostados frente a las oficinas de Arévalo Acha portando carteles en las manos al mismo tiempo que coreaban consignas. Dejamos a Arévalo Acha sentado en su sillón con una mueca nerviosa y bajamos las escaleras hasta la calle. Entonces pudimos escuchar las demandas de los escolares. Pedían el retiro de los escombros de lo que había sido su antiguo colegio para que la donación enviada por el gobierno japonés permitiera construir uno nuevo.

 

La presidenta de la APAFA, Rosa Julia Pecho Pacheco, afirmó que ni el gobierno central ni el gobierno regional ni local,  habían hecho nada ni por su comunidad ni por su colegio. “La plata de los japoneses ya está acá, pero si el alcalde ni nadie recoge los escombros, ¿qué van a construir? Nuestros hijos tienen que estudiar entre tierra, piedras y basura que bota la gente”, afirmó Pecho Pacheco, mientras a unos metros dos niñas de catorce años sostenían sendos muñecos del presidente del gobierno regional de Ica, Rómulo Triveño, y otro del presidente de la República, Alan García.

 

¿Van a quemar los muñecos?, preguntamos, a lo que Pecho Pacheco contestó: “Ni fósforos tenemos, ¿con qué los vamos a quemar?, los vamos a tirar a la basura nomás”.  De regreso a su oficina, Arévalo Acha nos recibió con una gran sonrisa en el mismo lugar donde lo habíamos dejado… ¿Cómo utilizan a las pobres criaturas, no joven? Dígame si no es maldad, a ver.

 

Pisco desolado

 

En Pisco, la ciudad más afectada por el terremoto del año pasado, a pesar de las declaraciones del alcalde Juan Mendoza Uribe, el ánimo de la población tampoco es el mejor. El martes 12 en horas de la mañana, el presidente Alan García visitó sorpresivamente la ciudad con el objetivo -según voceros del gobierno- de supervisar el avance de las obras. Apenas se enteraron de su presencia, unos cincuenta pisqueños se apersonaron en el lugar para expresarle su malestar por lo que consideraron una burla y provocación, al recordar las afirmaciones del Presidente en el sentido de que Pisco resurgía de sus cenizas.

 

García respondió diciendo que consideraba injusto afirmar que el gobierno no había hecho nada por Pisco. Y volvió a recordar los mil 123 millones de soles que el gobierno habría invertido en las zonas afectadas. Además mencionó el caso de China, donde hubo un fuerte sismo y, a pesar de ser un país del primer mundo, todavía no se recogen los escombros. Añadió que es importante que el país entienda que manejar los recursos del estado es cinco veces más difícil que manejar recursos privados, debido a que existen mecanismos de fiscalización que hay que respetar.

 

Alan García arribó a la ciudad en compañía del Ministro de Educación, José Antonio Chang, con quien entregó los pabellones de los colegios Miguel Grau e Inmaculada Concepción. Luego se dirigió a las instalaciones de la Gran Unidad Escolar José de San Martín, la más grande de Pisco, donde verificó el avance de las obras, a la vez que brindó declaraciones a los periodistas. “Como estos, son veinte colegios que serán terminados en las próximas semanas, donde el ministerio de Educación ha invertido 80 millones de soles, y procederemos a retirar las mil 200 aulas prefabricadas que se colocaron con 29 millones de soles y que nos ha permitido salvar el año escolar.”, dijo.

 

Sin embargo, en contraste con esta danza de millones, los pobladores de Pisco no sienten que efectivamente la ayuda haya llegado hasta ellos. La mayoría continúa viviendo en carpas o módulos entregados por el gobierno, prácticamente a la intemperie. “Así no se puede vivir, nuestros hijos ya no soportan más el frío, ¿hasta cuándo vamos a continuar así? Ya ha pasado un año, ¿qué está esperando el gobierno?, ¿que haya más muertos?, ¿que la población se levante?”. Estos son los reclamos generalizados de la ciudadanía.

 

Ica

 

Por su parte, el Municipio de Ica organizó el miércoles 14 un simulacro de sismo con la participación de toda la población, desde escolares hasta ancianos. Todo transcurrió con normalidad. Aunque no todo fue positivo para el Concejo Municipal de Ica, pues el mismo día apareció en el diario iqueño “La Voz de Ica” un extenso informe de cuatro páginas denunciando que el alcalde de dicha comuna, Mariano Nacimiento, recibió un millón 850 mil soles en enero para comprar viviendas temporales y decidió congelarlos en su cuenta bancaria. Recién en julio, y cuando el dinero estaba a punto de regresar al gobierno central y perderse, resolvió entregarlo a los alcaldes distritales.

 

Apenas leímos la noticia en el diario local, nos dirigimos al municipio, ubicado frente a la plaza de armas, con el objetivo de conversar con Nacimiento para conocer su versión de los hechos, pero nos comunicaron que el alcalde estaba en una reunión sumamente importante con “notables directivos y técnicos especializados”. Entonces solicitamos dialogar con alguien que pudiera informarnos sobre la denuncia de “La Voz de Ica”. Así fue que llegamos a Domidel Díaz Casella, que se presentó como vocero del alcalde. La conversación fue en el salón municipal.

 

“Lo que dice el diario de que el alcalde se guardó en su cuenta bancaria el millón 850 mil soles es mentira”, comienza diciendo Díaz Casella con convicción. “Lo que pasó fue que se estuvo esperando de enero a julio a que el Forsur Ica determinara para qué estaban destinados esos fondos. Una vez que se supo, de inmediato el alcalde repartió el dinero entre los alcaldes distritales. Lo que pasa es que el Forsur Ica no hace nada. Arévalo Acha es el que primero indispone al alcalde, pero no hace nada. Está todo el día en su oficina mirando el techo”, dijo.

 

“Paro regional y movilización pacífica”

 

El jueves 14, un día antes de cumplirse un año del terremoto, se realizaron romerías al cementerio, misas y serenatas en recuerdo de los fallecidos en las ciudades de Pisco, Ica y Chincha. El viernes 15, día del aniversario del sismo, hubo un “paro regional y movilización pacífica” en protesta por el lento avance de la reconstrucción. A pesar de que Mario Huamán, Secretario General de la CGTP, viajó a Ica acompañado de una delegación de trabajadores de construcción civil, y aunque el gobierno envió una delegación de 300 efectivos de la DINOES para frenar un posible desborde popular, la marcha se desarrolló de manera pacífica, sin mayores sobresaltos. 

 

Es difícil precisar quién tiene la razón en esta lucha de voluntades y, a veces, de indiferencias. Como anotábamos párrafos atrás, quizá eso no sea lo más importante. Quizá lo más importante sea unirnos todos y poner el hombro, cada uno desde nuestra posición, para ayudar a estos hermanos que hoy más que nunca, tanto como hace un año, necesitan nuestra ayuda. Suena muy bonito y es fácil decirlo, pero quizá sea la única manera de mejorar. Como nos dijo la anciana que viajó a nuestro lado en el bus de regreso: “Todo tiene que mejorar, si no mejora ¿qué futuro les espera a nuestros niños?, como sea tenemos que mejorar nomás”.
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