Viernes 19 de abril 2024 | Contáctenos
Quien pensó que con el 11 de setiembre del 2001 Estados Unidos había conocido la dimensión de lo dantesco, más allá de los casi tres mil muertos que el ataque terrorista entonces causó, la catástrofe ecológica desencadenada por el masivo derrame de petróleo en el Golfo de México le muestra que ello puede ser aún peor. Pues el equivalente a entre 35 y 60 mil barriles de petróleo que se desparraman sin cesar cotidianamente ganan espacio al agua de mar y la contaminan, dañando quizá irreversiblemente el hábitat y la vida de las múltiples especies que ahí viven.
Si alguna duda cabe, sugerimos entonces referirse a las declaraciones del mismísimo presidente norteamericano Barack Obama, quien ha catalogado la envergadura de esta catástrofe de tal manera. Es más, Obama, conciente de la gravitación que tiene este problema para su país y para su administración, ha señalado con el dedo acusador, tal como la situación amerita, a quien hoy por hoy es el responsable directo de esta hecatombe medioambiental: la multinacional British Petroleum, más conocida como BP... Y ha dicho que la “BP pagará”.
Ha hecho bien el primer mandatario norteamericano en identificar públicamente a los principales culpables de este drama ecológico, cuya dimensión y repercusiones planetarias no se podrán calcular posiblemente hasta dentro de muchos años. La BP, con base central en Londres, portará sobre ella, junto con todos aquellos que resulten implicados directa o indirectamente en este caso, la ignominiosa responsabilidad de haber golpeado a una región ya de por si azotada por la furia de la naturaleza hace tan solo cinco años con el paso del huracán Katrina: Luisiana.
El mundo observa consternado lo que sucede hoy en el Golfo de México. Ve como la nación más poderosa del mundo se estremece y se conmueve ante la dolorosa evidencia de los hechos. Toma conciencia una vez más de lo infructuoso que podría resultar cualquier esfuerzo e intento humano por remediar lo sucedido, dado el tamaño del mal que crece día a día a medida que la marea negra se expande. Empatiza con los 17 mil miembros de la Guardia Nacional que serán movilizados, pero sabe que esto no será suficiente para hacer frente a este Armagedón ecológico.
El mundo toma nota de lo que en el Golfo de México sucede y afectará por lo pronto con el paso de los días y semanas, además de parte de los Estados Unidos como es el caso, también a su vecino del sur, México, quien deberá reaccionar prontamente para al menos así hacer frente a la amenaza que pende sobre ellos... El mundo en general y nuestro en país en particular pues deben aprender de la experiencia que esta parte del mundo tristemente brinda. El Golfo de México nos confronta ante el hecho de lo irreparable cuando de actuar con libertinaje y ligereza con la naturaleza se trata.