EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA

La educación es fundamental para el desarrollo de la democracia moderna, pero nadie se ha preguntado qué tipo de educación es la adecuada para el progreso de este sistema de gobierno y, por ende, para el beneficio de los ciudadanos.  

El modelo educativo peruano es el mismo que se utiliza en Estados Unidos: los niños son separados por edades, la maestra dicta la clase y controla la instrucción, el conocimiento que se proporciona está dividido en unidades pequeñas y predecibles. La única diferencia que existe es la cantidad de alumnos que tiene el aula. Acá es mayor.

Según este modelo tradicional, el aprendizaje está programado y dividido en disciplinas, para que luego se evalúe al niño con lápiz y papel. ¿Este tipo de enseñanza formará a los futuros ciudadanos que lucharán por una sociedad más justa y equitativa? No lo creo.

Para el filósofo estadounidense Allan Bloom, la educación superior de su país le ha fallado al sistema democrático porque no les ha proporcionado a los estudiantes una educación liberal. Además, Bloom señala que la labor de una universidad en una democracia es la de presentar al estudiante un sinnúmero de alternativas de cómo gobernarse y cómo vivir.

CUESTIONAR Y CREAR

Para el educador Robert Slater, existen dos habilidades fundamentales para que el niño en un futuro pueda triunfar en el mercado global de este siglo. La primera es la capacidad de cuestionarse o preguntarse el sentido de las cosas y la segunda es la creatividad.

Pero lo que ocurre en el modelo tradicional de enseñanza es todo lo contrario. Tanto al niño como al joven estudiante se le enseña a memorizar y a seguir instrucciones. Es inusual que se le permita al alumno formularse preguntas.

La educación superior en Estados Unidos es reconocida justamente por esa razón. Las universidades norteamericanas más destacadas en el mundo son las que ponen un mayor énfasis en la investigación y en la capacidad de sus alumnos para cuestionarse las cosas.

“NECESIDAD SENTIDA”

Por qué lo que se enseña en los colegios y universidades se basa únicamente en lo que los adultos creen que los niños y jóvenes deben saber. ¿No sería mejor que se basara en lo que los alumnos quieren saber, sin dejar de lado lo que deben saber?

De esa pregunta surge la teoría de la “necesidad sentida” de Allan Bloom. Él cree que si no sentimos esa necesidad de saber algo, el conocimiento que adquiramos será superficial. En la práctica eso es lo que realmente sucede. No hay duda de que el aprendizaje más eficiente y duradero es cuando sentimos la necesidad de aprender algo.

Una educación que no está basada en una “necesidad sentida” produce individuos dirigidos por otros y no autodirigidos. Una de las características de la democracia es la capacidad del ciudadano de autogobernarse. La educación tradicional no funciona con la democracia.

LA PROPUESTA

Slater, basándose en la educación liberal planteada por Allan Bloom, diseña un modelo no tradicional al que denomina “Escuela para la Investigación y la Creatividad”. Allí, los niños no estudiarán materias, sino que se desplazarán por líneas de investigación.

Una línea de investigación es, sustancialmente, una serie de preguntas que los estudiantes hacen sobre un determinado tema. Es decir, los alumnos empezarán la sesión realizando una pregunta general para luego preguntar cosas más específicas. Una especie de conversatorio.

Para Slater, la evolución de Internet puede perfeccionar este nuevo modelo de enseñanza. Él cree que mientras más computadoras se instalen en los colegios, la investigación se convertirá en la herramienta principal de los alumnos.

El sistema educativo en el Perú no va a cambiar en un futuro cercano. Para no ser pesimista: puede que algún día sea reformado. Lo fundamental es que los educadores incentiven al estudiante a cuestionarse las cosas y no simplemente a responder de memoria las preguntas del examen. Y que los profesores entiendan de una vez que los cursos de ciencia y arte tienen el mismo valor.