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REVISTA

VENDO FANTASMAS

Amuletos a muy buen precio
¿Quién no ha creído alguna vez en la existencia de fantasmas? Casas embrujadas, almas en pena, objetos que se mueven misteriosamente sin razón, la sensación de entrar a un lugar cargado de mala vibra, son algunos de los presagios de algo fantasmal.
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VENDO FANTASMAS

Pero si de pequeños estas ideas nos daban miedo y no nos dejaban dormir, hoy se han convertido en una fuente más, interesante y poco peculiar, de conseguir ingresos económicos a nivel mundial. Vendo un fantasma.

Hace unos días leí en una agencia de noticias que en Nueva Zelanda una mujer llamada Avie Woodbury vendió, a la muy jugosa suma de casi 2,000 dólares, dos ampollas de cristal que contienen los supuestos fantasmas de un anciano y una pequeña que vivieron en su casa hace décadas.

El evento generó el interés de los canales locales. La historia era muy interesante para quienes gustan de lo desconocido y fantasmal. En definitiva el tema vendía. Según la dueña de los famosos frascos, los compró a un exorcista de una secta que los había capturado en su casa y atrapado en dos contenedores llenos de agua bendita.

Inclusive, sabe que los fantasmas pertenecen a un anciano de nombre Les Graham, quien murió en la casa hace casi 100 años, y a una menor que corrió la misma suerte tras visitar la vivienda e intentar resucitar a Graham jugando con una ouija.

La dificultad para comer y para conciliar el sueño, hicieron que Avie se decidiera a vender tan extraño amuleto. Fue una compañía que comercializa sistemas eléctricos para dejar de fumar la que compró los mencionados frascos, a través de una página de ventas online, aduciendo que espantarían a los malos espíritus y atraerían la buena suerte. Qué curiosa historia. Ahora se pueden vender espíritus, inclusive a través de Internet.

DELITO FANTASMAL

Pero esta nueva forma de ganarse un dinerito pude traer peligrosas consecuencias. Comercializar con lo desconocido casi siempre termina en delito. Precisamente este es el caso de una ex enfermera quien habría estado vendiendo “espíritus infantiles” en Tailandia.  

La policía de ese país descubrió 14 fetos humanos en un almacén abandonado en la provincia de Ubon Ratchathani cerca de las fronteras con Camboya y Laos. Se presume que la enfermera Naengnoi Kaan compraba los recién nacidos a chicas que habían abortado ilegalmente y los guardaba en el mencionado lugar para luego venderlos como “luk krok”, que según el imaginario tailandés, dan buena suerte y ayudan a ganar la lotería. La mujer fue detenida y hoy suplica por una pena benigna.

Sin duda, la venta de almas y espíritus se ha convertido en un mercado muy productivo. En la época de nuestras abuelas quedaron las famosas calaveras guardianas, que no eran otra cosa que cráneos robados de los cementerios y vendidos como amuletos de protección. Ahora además de una calavera puede tener también un espíritu, para que cuide de su casa y su negocio.

Por supuesto, hay anexos a este rentable negocio. Los famosos cazafantasmas dejaron las series animadas y películas de Hollywood para iniciar sus labores en la vida real. Ofrecen liberarnos de malos espíritus, espantar las ánimas que viven en lugares e inclusive han creado su propia serie de televisión en la exploran antiquísimas casas y desmienten mitos urbanos. Toda una gama interesantísima y sobre todo muy rica en ingresos.

Los tiempos avizoran una continuidad de este mercado de venta y compra de almas. Como diría mi abuela, el ser humano ya no sabe qué vender para conseguir dinero. La comercialización de espíritus ha comenzado y con ella un grupo social de consumo que apela con fe a lo espiritual para alcanzar el éxito.

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