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REVISTA

LA REVANCHA DE ALEMANIA

Contra Inglaterra
A propósito de la goleada alemana sobre el seleccionado inglés en los octavos de final del Mundial Sudáfrica 2010.
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LA REVANCHA DE ALEMANIA

Corría el minuto 38 del excelente partido que alemanes e ingleses disputaban por los octavos de final. Los germanos vencían 2 - 1 con goles de sus atacantes Klose y Podolski. El descuento británico había llegado un minuto antes por intermedio del defensa Upson, quien de esta manera se reivindicaba tras el grave error que posibilitó que Alemania abriera el marcador.  

En eso, el volante inglés Frank Lampard efectuó un violento disparo de fuera del área que se estrelló en el travesaño del arquero alemán Nueur y se introdujo en su portería por lo menos medio metro. Empate. Fabio Capello, director técnico de la selección británica, celebró el gol, igual que el resto del comando técnico y los suplentes.

Sin embargo, ni el árbitro uruguayo Jorge Larrionda ni el juez de línea de esa banda cobraron el tanto. Lampard se llevó las manos a la cabeza en señal de desesperación. La estrella inglesa Wayne Rooney reclamó airadamente al réferi, junto con varios de sus compañeros. No lograron convencerlo. Las acciones simplemente se reanudaron.

Luego llegarían otros dos goles del equipo teutón que sellaron la goleada por 4 - 1 y marcarían la clasificación alemana y la eliminación inglesa. Pero a nadie se le iba de la cabeza el grave error cometido por Larrionda.    

Los memoriosos recordaron la final del mundial de 1966 jugado en Inglaterra, cuando los británicos marcaron un polémico gol que en realidad jamás traspuso la línea de meta.

En aquella ocasión el partido iba 2- 2 y tuvo que jugarse tiempo extra. En el minuto 11 del primer tiempo suplementario, el inglés Geoff Hurst recibe un balón dentro del área y dispara a la portería alemana. La pelota choca en el larguero, rebota en el césped sin cruzar la línea de gol y es despejada por un defensor alemán.

La final se jugaba en Londres, con todo el público a favor de los locales. Quizás por ello el árbitro suizo Gottfried Dienst validó el tanto a pesar de que por lo menos existían dudas de que el esférico hubiese traspuesto enteramente el arco germano.

Minutos más tarde, Hurst marcaría el cuarto gol inglés que sellaría la victoria de su seleccionado. De esa manera, el cuadro británico ganó su primer y hasta el momento único campeonato mundial de fútbol.

Años después, los jugadores ingleses reconocieron que el balón no había ingresado del todo en el pórtico alemán. Pero la historia no cambió. Por muchos años, los alemanes consideraron que les habían robado el partido y el campeonato.

Cuarenta y cuatro años después, lejos de tierras europeas, en Sudáfrica, el destino les dio la revancha que tanto esperaban. Fue un tiro muy parecido al de 44 años atrás. Pero en esta oportunidad el disparo de Lampard sí cruzó la línea de meta alemana, aunque Larrionda no cobró el tanto.

La vida te da sorpresas. Y el fútbol te da revanchas. Siempre. Quizás ahora los ingleses deban esperar unas cuantas décadas para cobrarse la suya.

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