Artemio debilitado en el Huallaga

En su edición del miércoles 14 de julio, el diario El Comercio publicó información que revelaría la verdadera identidad del jefe de Sendero Luminoso en el Alto Huallaga, el ‘camarada Artemio’, quien hasta entonces era conocido como José Flores León.

Según El Comercio, Artemio se llamaría en realidad Florindo Eleuterio Flores Hala, habría nacido en Camaná (Arequipa) el 8 de setiembre de 1961, ciudad donde habría cursado estudios hasta el tercer año de secundaria, cuando abandonó el colegio a los 17 años. No habría realizado estudios superiores.

En lugar de continuar estudiando, el adolescente Florindo (según El Comercio) se habría sumado al servicio militar obligatorio en el Batallón de Tanques número 221 de Locumba, en Tacna, donde sus instructores le enseñaron el manejo de armas que luego aprovecharía en el campo de batalla, pero luchando para el bando contrario.

El 31 de diciembre de 1980, a los 19 años de edad, Florindo habría dejado el cuartel de Locumba. Ese mismo año, el 17 de mayo, Sendero había iniciado sus acciones armadas en el pueblo de Chuschi, en Ayacucho.

Desde ese momento, la intensidad de los ataques del grupo terrorista no haría más que crecer: pintas subversivas, robos de dinamita y armas, voladuras de torres, incursiones en poblados de la sierra y de la selva, asaltos a comisarías y bases militares, asesinatos, genocidios...

En ese contexto, a mediados de 1984, la jefatura de Sendero, encabezada por Abimael Guzmán, le ordenó a un muchacho de 23 años que se trasladase al Alto Huallaga, exactamente a la zona de Aucayacu, para fundar el que luego sería conocido como el comité regional Huallaga. Ese muchacho de 23 años era Artemio.

Artemio debió enfrentarse entonces a las bandas de narcotraficantes peruanos y colombianos que dominaban las localidades de Uchiza y Tocache, en Tingo María, luego a las huestes del MRTA y finalmente a los policías y militares enviados al lugar para poner orden.

Las batallas entre unos y otros fueron sangrientas e interminables. Con el paso del tiempo, los narcos entendieron que el negocio en ese lugar había terminado, el MRTA fue derrotado y las bases policiales y militares fueron cerradas ante el repliegue del terror. Pero Artemio y su grupo no se movieron de la zona. Hasta hoy.   

ARTEMIO SE QUEDA SOLO

Durante décadas, la habilidad de Artemio para enfrentarse a las distintas circunstancias de la zona lo convirtió en un personaje indestructible. Artemio controlaba parte del negocio de la droga, mantenía un grupo cohesionado y se daba tiempo para extorsionar a las diversas empresas extractoras del lugar.

Sin embargo, en los últimos años recibió golpes contundentes de parte de las fuerzas del orden. En febrero del 2006 cayó abatido Héctor Aponte Sinarahua, ‘camarada Clay’, perteneciente a su círculo más cercano.

En noviembre del 2007 cayó muerto Epifanio Espíritu Acosta, ‘camarada JL’, otro líder senderista. En mayo del 2008 fue abatido Juan Laguna Domínguez, ‘camarada Piero’, otro cabecilla importante.

En agosto del 2009, la Policía capturó a Félix Victoriano Mejía Ascencio, ‘Mono’, considerado el tercero al mando. Días después, se capturó a Darwin Flores Viena, ‘camarada Marcos’.

Finalmente, en mayo de este año cayó abatido por las fuerzas policiales Víctor Vásquez Santa Cruz, ‘Rubén’, considerado el número dos de Sendero en el Huallaga al momento de su muerte.

Estas bajas y capturas, entre otros factores, han ocasionado que el Sendero Luminoso que lidera Artemio en el Huallaga se convierta en un grupo prácticamente liquidado, con cuadros demasiado jóvenes que carecen de la capacidad para organizar ataques armados de relevancia y que se limitan a incursionar de manera más bien pacífica en los poblados aledaños. 

CUANDO LOS HERMANOS SE ENFRENTAN

Pero la situación se pone todavía peor para Artemio. Según últimas informaciones, un contingente de subversivos pertenecientes al Sendero del VRAE se habría trasladado al Huallaga dispuestos a cruzar armas con los liderados por Artemio, aprovechando precisamente su debilidad.

¿Cuáles serían los objetivos del batallón enviado por Víctor Quispe Palomino, ‘José’, el líder de Sendero del VRAE? Dar muerte a Artemio y a sus hombres para controlar el negocio de la droga en el Huallaga y los cupos que se cobran a madereros, entre otros empresarios pequeños, medianos y grandes.

¿Están en condiciones de conseguir sus fines? Sí. El grupo encabezado por Artemio se encuentra diezmado, sin líderes capaces de organizar una estrategia para las ardorosas batallas que se suelen librar en la selva.

CINCO MILLONES POR CABEZA

En medio de este contexto, cayó como una bomba la noticia de que el gobierno estadounidense había ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares para quien proporcionase información que condujera a la captura de Artemio y José. Cinco millones por cabeza.

Aunque las autoridades nacionales se han encargado de subrayar que ese dinero ha sido puesto por el gobierno norteamericano a disposición del gobierno peruano como una contribución para la lucha contra el narcotráfico, lo cierto es que el dinero está ahí, pendiendo sobre las cabezas de los dos principales líderes senderistas todavía alzados en armas.

El futuro se presenta particularmente incierto para Artemio, sin duda más que para José. No sería de extrañar que en las próximas semanas o meses se estuviese informando sobre la captura o la muerte de aquel líder senderista a quien, años atrás, se viera bailando Zorba el griego junto a Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre y el resto de la cúpula histórica de Sendero.