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REVISTA

BANDURRIA: ¿MÁS ANTIGUA QUE CARAL?

Descubriendo el pasado de Lima
Con construcciones que se asemejan a las que se encuentran en los inmensos mares de arena de la civilización más antigua del Perú y de América: Caral, todo parece indicar que la antigüedad de Bandurria escribiría un nuevo capítulo en la historia de nuestro país. Descubramos juntos los misterios que aún encierra esta milenaria joya arquitectónica, también al norte de la capital…
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BANDURRIA: ¿MÁS ANTIGUA QUE CARAL?
Llegar a Bandurria exige abrirnos camino por la Panamericana Norte. En el kilómetro 141, a la izquierda de esta importante vía, por la zona conocida como Playa Chica, debemos seguir una vía afirmada de 1,5 kilómetros, que de a pocos nos conduce a impresionantes construcciones que revelan secretos remotos de nuestra agitada capital, la tres veces coronada Ciudad de los Reyes, Lima.
 
Ya ahí, a pesar de sus tamaños, nada impresionantes desde la lejanía, unas dunas no tardan en llamar nuestra atención. Ubicadas a poca distancia del acantilado y de los humedales de la Albufera del Paraíso, conforme nos acercamos a ellas, lo que parecían ser solo prominentes colinas de arena, dan paso a un sorprendente complejo arqueológico muy similar a la famosa Ciudad Sagrada de Caral.
 
Aunque, tan solo hace algunas semanas el arqueólogo Alejandro Chu Barrera, director de este proyecto arqueológico, sorprendió a propios y extraños al señalar categóricamente que Bandurria es el asentamiento más antiguo de la costa norcentral del Perú y, por ende de ser así, de toda América. Los secretos que esta civilización encierra no han sido develados del todo hasta el momento, esperando que la mano experta los exponga a la luz.
 
Es eso lo que hace el equipo de especialistas dirigido por este arqueólogo, quién ha logrado poner al descubierto algunas estructuras hasta hace poco inéditas, tales como la plaza circular y un centro ceremonial. Construcciones que nos recuerdan, por su forma y significado, a las ya mundialmente famosas halladas en Caral, sitio arqueológico, como se ve, al que Bandurria le disputa mayor antigüedad.
 
Este impresionante lugar, a decir de quienes hoy se han convertido en sus fieles guardianes, conserva un sinnúmero de sorpresas por descubrir. Sobre todo porque los estudios realizados con la técnica de ultrasonido en el año 2006 dieron por resultado que al menos 10 edificaciones permanecen aún ocultas bajo las dunas de este sitio arqueológico en el llamado Norte Chico de Lima. Una mirada hacia atrás Cronológicamente la construcción de Bandurria se ubica en el periodo denominado precerámico tardío o arcaico tardío que abarca desde el 3,500 a 1,800 años antes de Cristo, aproximadamente en un momento hace 5,000 años. Fecha en la que la civilización americana surgiría de manera originaria en la costa norcentral del Perú. Unos cientos de años antes de Caral.
 
Ya que para quienes estudian la zona Bandurria, este sí es uno de los asentamientos más antiguos de la costa norcentral del Perú. Pues se han obtenido “fechados” por el método del Carbono 14 que van desde los 4,530 (+/-80) años antes del presente para la ocupación más antigua, a otro de 3,440 (+/-15) años antes del presente que correspondería a la fecha del abandono del sitio, lo que equivaldría además –según las evidencias– a una ocupación continua del lugar por un periodo mayor al de un milenio.
 
Este lugar de impresionantes y diversos tonos color ocre, que contrastan con el calor que reverberan los caminos de arena que conducen a cada una de sus estructuras de estilo asimétrico, hechas de canto rodado, piedra y barro, puesto nuevamente en evidencia en el año 1973, a consecuencia de la irresponsable e irreparable destrucción del lado este de la ciudad, debido a la construcción del cauce para los desagües de la irrigación Santa Rosa.
 
En ese contexto, fue el ingeniero Domingo Torero quien se convirtió en el encargado de sacar de las sombras de la historia a Bandurria. Este se percató que esas aguas comenzaban a destruir el sitio arqueológico y dio la voz de alarma. Al llamado acudieron solícitos estudiantes de la Universidad de Huacho, además de pobladores, quienes lograron recuperar gran cantidad de restos humanos que se encontraban envueltos en fardos de esteras y telas entrelazadas con grandes piedras encima.
 
Luego de estos dramáticos hallazgos, le correspondió a la arqueóloga Rosa Fung Pineda, entre los años 1973 y 1977, continuar las investigaciones arqueológicas en Bandurria. Fueron sus trabajos los que ayudaron a confirmar la importancia del sitio arqueológico, investigación necesaria para entender el surgimiento de complejas sociedades en la costa peruana. Fung Pineda obtuvo además los primeros “fechados” seguros, correspondiendo a 4,500 años antes del presente el más antiguo de ellos.
 
EL PROYECTO EN DESARROLLO
 
Pero, es solo en julio del año 2005, más de tres décadas después del aciago episodio que destruyó parte del sitio, que surge el Proyecto Arqueológico Bandurria a cargo del arqueólogo Alejandro Chu y de un equipo de arqueólogos y estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quienes se encargan de poner en valor este sitio arqueológico monumental, que desde el 2002 se considera Patrimonio Cultural de la Nación.
 
Según nos comentan los guías del lugar, el área doméstica, el denominado Sector I, fue lo primero que se identificó en el sitio arqueológico. Su investigación fue la que definió el carácter aldeano de Bandurria. Aunque después de esas investigaciones se concluye que fue mucho más que una aldea, puesto que de un tiempo a esta parte, en el lado norte del lugar, se han descubierto estructuras que sirvieron para actividades cívico– ceremoniales.
 
Precisamente, es en el Sector I donde se descubre una densa ocupación doméstica. A una profundidad de hasta cinco metros existen estructuras residenciales, restos de alimentos y testimonios de actividades diarias que se han acumulado a través del tiempo. A pesar que los trabajos de la irrigación Santa Rosa destruyeron aproximadamente 11 hectáreas de esta valiosa zona, en el área restante se han identificado zonas de vivienda, un área de cementerio y basurales de la entonces Bandurria.
 
NUEVOS HALLAZGOS EN BANDURRIA
 
Al igual que la Ciudad Sagrada de Caral, Bandurria también cuenta con un área monumental, ubicada en el llamado Sector II, así como con estructuras construidas de canto rodado y barro, técnica constructiva hasta ahora no registrada para la costa peruana. Y, asociada a las pirámides se han encontrado plazas circulares hundidas, a las cuales se les asocian a su vez otros montículos de menor tamaño.
 
Precisamente, una de las tantas investigaciones arqueológicas realizadas en la cima del denominado Montículo 1, ha permitido descubrir una estructura arquitectónica de carácter ceremonial conocida como Atrio, conformada por un cuerpo central y dos largos brazos laterales, que en conjunto encierran un espacio central, que está precedido por otro espacio abierto frontalmente pero con límites laterales, a manera de un vestíbulo.
 
El Atrio fue edificado de canto rodado, unido con mortero o argamasa de arcilla. Su área interna presenta tres plataformas con una escalera central que da acceso a la parte más alta y representativa de esta singular estructura, que es un espacio de carácter sagrado desde donde se supone se realizaban ceremonias religiosas de un culto hasta hoy desconocido.
 
Sin embargo, en concordancia con estas ceremonias, las investigaciones de una estructura auxiliar al Montículo 1, denominada Estructura Menor 1, ha permitido identificar un conjunto arquitectónico más antiguo asociado a grandes cantidades de restos carbonizados, producto quizás del ofrecimiento de grandes cantidades de alimentos requeridos para las ceremonias, llevadas a cabo tanto en el templo anexo, como en esta misma estructura.
 
Y, si como bien dicen los informados estudiosos de Bandurria, los próximos descubrimientos continuarán develando un sinnúmero de secretos que aún permanecen guardados en las construcciones que todavía yacen bajo las dunas de arena. Solo queda esperar para que de a pocos sigamos deleitándonos con detalles de una historia que de seguro aún tiene mucho por contar sobre un lugar que se perfila como un importante foco de desarrollo turístico no solo para Huacho sino también para el país.
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COMENTARIOS
1 comentarios      
Espero que el gobierno peruano ayude con el financiamiento para la investigación de dicha ciudad ya que como peruanos debemos de apoyar y sentirnos orgullosos de nuestros antepasados ya que esa es nuestra esencia y por eso nos hace distintos.
30 de enero 2017
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