Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
Cuando el periodismo de investigación se había convertido en la cenicienta de los grandes medios escritos y televisivos por ser demasiado caro, conflictivo y poco rentable, un nuevo periodismo de revelaciones nace de la Internet.
Julian Assange, fundador de Wikileaks, convirtió las gotas de noticias en peligrosos ríos informativos que rompen estruendosamente con los secretos y los contenidos tutelados tales como videos, fotos y notas de prensa, entre ellos los producidos por empresas y gobiernos.
Wikileaks considera que los medios sólo repercuten lo que interesa a los poderes económicos y políticos. Por ello coloca su quehacer más allá de los marcos legales y oficiales y apuesta, según Assange, por un destino más transparente del periodismo, más respetuoso del derecho a la información en el entorno mediático internacional para los próximos años.
Tanto los Papeles del Pentágono que difundió Wikileaks como los de Afganistán y de Irak, tienen en común su enorme volumen, su impacto sobre la percepción pública de dos largas guerras en las que Estados Unidos está involucrado, lo que motivó la reapertura del debate sobre la libertad de información y el papel de los medios en la preservación de la transparencia en una sociedad democrática.
Sabemos que no toda información es periodismo. Que la difusión de lo que acontece debe ceñirse a normas y principios. Wikileaks entrega la información en bruto. Su enfoque y el de los periodistas profesionales son distintos pero complementarios. Unos los revelan y otros los contrastan.
Wikileaks es el producto más controvertido de una nueva era en la que Internet es una plataforma de expresión global y los medios que la usan comparten su naturaleza. Nuevos dilemas profesionales y éticos surgen respecto del uso y difusión de la información en los que los conflictos de valores menudean.
La confidencialidad y el secreto van desapareciendo y con ello la posibilidad de hacer de mentira verdad. Si todos podemos ser filtradores y todos los medios pueden ser difusores, el panorama cambió absolutamente. Assange ha descubierto y mostrado un camino. Con él o sin él la vía está abierta y muchos la seguirán.