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La miel de abeja

El alimento que nunca se malogra
Si es que existe sobre la tierra un alimento milenario, que el hombre ha sabido apreciar desde su descubrimiento, ese es la miel de abejas. Agua, sales minerales, carbohidratos, vitaminas, proteínas y enzimas, son en su composición, su mejor carta de presentación. Aquí un relato para dejarlos con la miel en los labios...
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La miel de abeja

Si debemos conceptualizar el tema, diremos que la miel es una sustancia muy dulce, con poder edulcorante, con virtudes dietéticas y terapéuticas. Es el producto alimenticio que producen las abejas a partir del néctar de las flores, de las secreciones procedentes de las partes vivas de las plantas o que se encuentran sobre ellas, almacenando y dejando madurar en los panales de la colmena. (1)

Desde la antigüedad, el hombre recolectó la miel de las abejas, como bien lo atestiguan las pinturas rupestres de la cueva de la araña en Bicorp en Valencia, España. De la edad de bronce, hay evidencias de que el hombre producía colmenas de forma artificial utilizando troncos vaciados de árboles o arcillas. Siendo, la abeja el único insecto domesticado.


Existen diversas referencias históricas sobre el descubrimiento y utilidad de esta sustancia a través de los siglos. Además de los que mencionan las citas bíblicas, muchos otros pueblos, como los antiguos egipcios o los griegos, se referían a la miel como un producto sagrado, llegando a servir como forma de pagar los impuestos.  

En excavaciones egipcias con más de 3,000 años fueron encontradas muestras de miel todavía perfectamente conservadas en vasijas ligeramente tapadas. Se tiene, incluso, referencias de que Hipócrates, Padre de la Medicina, recetaba miel para tener mayor longevidad, y esta, preferentemente la consumían los atletas de la época.

Su antigüedad, importancia, su valor nutricional y utilidad a través de la historia del hombre ha invitado a muchos investigadores a fijar su atención en ella. Y como no podría ser de otra manera, los investigadores peruanos han hecho también suyo el tema y le han dedicado más que tiempo, a extraer de la historia, de los cronistas y escritos dejados, algunos alcances sobre su existencia en nuestro país. Para ello, acudimos a Rodolfo Tafur, un chef, investigador, pero sobre todo amante defensor de nuestra historia, para que nos relate sobre de lo que la miel encontró…

EN LA SOCIEDAD INCA

La miel y la cera eran elementos de preservación de la vida. Los principales cronistas nos relatan que los Incas tenían como filosofía una frase que sintetizaban así: “Todo lo que preserva la vida, se respeta”, es por ello que  la miel de abeja –alimento no degradable- era considerado un regalo de los Apus, era conocida como “Mapa Mama”, cuya traducción es “aceite o cera madre”.  Se le consideraba como un manjar para el paladar, alimento natural para el cuerpo y de sabor exquisito.

Según el cronista indio Huamán Poma de Ayala, en el mes de setiembre, llamado también Coya Raymi Quilla, mes de la mujer o de la Qolla (mujer principal), se celebraba una de las festividades más importantes de los Incas; en ella se hacía la presentación de todas las mujeres que habían llegado a cumplir su Kikuchicuy o primera menstruación; en esa fiesta se consumía todo tipo de flores acompañadas de miel de abeja, puesto que a esta delicia se le atribuía la preservación de la belleza y lozanía en las mujeres.

Nuestra cultura heredó de nuestros antepasados el gusto y respeto por la abeja y su miel.  Entre los Incas, las abejas fueron insectos muy preciados, a estos lo llamaban Wayrurongo (joven mujer en flor). Aún en la actualidad, en las ciudades de Huaraz, Huancayo y otras del centro andino del Perú, creen que la cera tiene gran fuerza y es utilizada como ofrenda religiosa.

Se considera que La Madre o Diosa Inca, es la creadora de las abejas y que por ello, protege la miel. Lamentablemente no se ha encontrado representación antropomorfa de ella, solo se sabe que para ofrendas muy especiales se tiene que poner miel de abeja para así agradar a su Apu. Este espíritu todopoderoso aún está vigente entre los peruanos de las ciudades altoandinas y enquistadas en nuestra serranía.

A este insecto se le compara con la hormiga, en algunos sitios hasta le dan el nombre de “Sikimira” (hormiga), por su dedicación al trabajo y el respeto a su reina.

Una de las mieles más preciadas es la que nos brinda el departamento de Junín, sin embargo, son varios los departamentos del país donde el cultivo de abeja se hace sensible a nuestros sentidos, el aroma de la miel define la flor que le dio origen. No cualquier terreno es propicio para la apicultura, sino solo aquel que es rico en árboles melíferos, y para ello, Cerro de Pasco, Junín y Huánuco, llevan la delantera, tanto en flores como en árboles frutales.

Pocos conocen que los Mochicas eran muy amantes de la miel de abeja de los campos de tomate, a este producto resultante de la flor del tomate se le da una importancia medicinal muy apreciada. El rico balance de sus componentes era la base de que la miel sea tan ampliamente utilizada como complemento alimenticio en la nutrición de los Incas.

PROPIEDADES NUTRICIONALES

El alto contenido de carbohidratos (fuente de energía de rápida disposición) y la presencia de hormonas, vitaminas, aminoácidos, minerales y otros constituyentes orgánicos, le confieren a este producto un alto potencial de suplemento alimenticio que debe ser investigado (Romero M. M.N. 1997 La miel de abeja en los cultivos de tomates de Aztecas e Incas. Tesis de Doctorado en Historia Colegio de Posgraduados. Montecillo. México).

El valor nutricional y su exquisito sabor hacen de nuestra miel peruana, un producto de gran aceptación y demanda en nuestro país y en el extranjero. Y en estos departamentos además nos instruyen en los beneficios de la miel, en el quehacer apícola y ponen a nuestro alcance todos los productos nutricionales como la miel, la jalea real, el polen, propóleos, y también productos cosméticos elaborados a base de miel y jalea real sobre todo como champú, cremas, jabones, y hasta golosinas como mermeladas y dulces.

A lo largo de la historia, se ha escrito sobre las abejas, también se han realizado estudios científicos sobre la miel en los que se ha probado la riqueza que esta tiene en cuanto a minerales, vitaminas y aminoácidos. Sin embargo, no tuviéramos ninguno de estos beneficios sino fuera por el trabajo metódico y paciente del apicultor, quien tras largas jornadas de trabajo trae hasta nosotros el dulce sabor de la miel y el sutil aroma de las flores y los frutos que la alimentan, como la manzana, el durazno, el naranjo y la flor de maní, esta última muy preciada por dar a la miel un toque especial en su aroma y color.

(1) http://www.pronara.com.mx/productos/enciclopedia/miel.html

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