Todo se inició cuando, hace un par de semanas, la postulante de Fuerza 2011 se vio obligada a reconocer que recibió 10 mil dólares en el 2006 para su campaña para el Congreso de parte de Ana Martínez Moreno, hija del presunto narcotraficante Eudocio Martínez Torres, “Olluquito”.
En esa ocasión, la candidata Fujimori afirmó que “Olluquito” y su familia no eran narcotraficantes y que, si tuvieron problemas con la justicia en 1999, fue debido a que no aceptaron pagar a Montesinos la cantidad de dinero que el ex asesor les pidió para no involucrarlos con tráfico de drogas.
“Ellos fueron extorsionados por Vladimiro Montesinos”, declaró la hija de Fujimori. “Es por ese caso que yo me enfrento con Montesinos. La familia no aceptó la extorsión y fue presa. Para mí son personas inocentes. Yo estoy tranquila y me siento contenta porque gracias a ellos me di cuenta de quién era Montesinos”.
Hace unos días, Montesinos respondió a la aspirante presidencial en su cuenta de Facebook a través de su abogada Estela Valdivia. "Si la candidata presidencial Keiko Fujimori no se rectifica de las mentiras que ha inventado sobre la extorsión a la familia Martínez y continúa difamándome con sus bravatas, que se atenga a las consecuencias, pues ahora sí me olvidaré de la lealtad a su padre", publicó.
No es la primera vez que se produce un enfrentamiento verbal entre Keiko Fujimori y Vladimiro Montesinos. En diciembre del 2010, Montesinos respondió a otro cuestionamiento de Fujimori de esta manera, también en su cuenta de Facebook: "Yo estoy encarcelado, pero no estoy aburrido. Aburrido me sentía cuando tenía que cumplir los encargos que su papi me hacía, cuando ella vivía en Boston”. El ex asesor se refería a la época en que la candidata presidencial estudiaba en los Estados Unidos con dinero del Estado y de todos los peruanos.
Sin embargo, para la mayoría de analistas esta discusión mediática entre Keiko Fujimori y Vladimiro Montesinos se trata en realidad de una estrategia fujimorista que busca dejar en claro que no existe ninguna conexión entre Montesinos y la candidata presidencial o entre Montesinos y Alberto Fujimori, cuando en realidad el destino del ex presidente y el de su ex asesor parecen inevitablemente ligados.
La campaña electoral entra a su etapa definitiva y al parecer para Keiko Fujimori todo vale, incluso mentir, fingir o inventar escaramuzas con un personaje como Vladimiro Montesinos, a quien preferiría olvidar pero que, seguramente, exige que no se olviden de él, en retribución a los años de apogeo que vivió junto a su padre y para salvaguardar algunos secretos que al ex presidente y a la candidata les convendría mantener enterrados para siempre.