Generacción estuvo en una fugaz pero más que satisfactoria visita por la ciudad de los Incas. No se conforme con las fotografías que verá de nuestro recorrido y anímese a sentir en carne propia el encanto y la magia que tiene el Cusco.
Catedral del Cusco. Todos los domingos se realizan pasacalles y la gente, mezclados cusqueños y turistas, se acomodan en las graderías para disfrutar de los trajes coloridos y las danzas típicas.
Hermosa pileta de la Plaza de Armas del Cusco. Fue edificada luego de la conquista de los españoles. Desde este lugar se puede ver que la ciudad está rodeada de altos y hoy poblados cerros. Cusco parece realmente ser el ombligo del país.
El Templo de Koricancha visto desde afuera. Su visita es parte del tradicional city tour. En este lugar se mezcla la historia del Imperio incaico y la llegada de los españoles. Inmensas piedras se mezclan con estilos europeisados.
En el Koricancha las personas pueden tocar las mismas piedras que alguna vez tocaron nuestros antepasados, comprobar la genialidad de su técnica y conocer un poco más de cómo los españoles destruyeron gran parte de nuestro legado intentando descubrir oro y riquezas.
Fotografía tomada en el interior del Koricancha. El segundo piso está cerrado a los visitantes, sin embargo, el área abierta a los turistas es bastante amplia y permite conocer de cerca las construcciones incaicas.
Fortaleza de Sacsayhuamán. Es otro de los destinos que incluye el city tour y que revela la increíble capacidad de los antiguos incas para trabajar la piedra. El recorrido debe hacerse con tiempo para conocer con tranquilidad todos los rincones de la fortaleza.
En Sacsayhuamán también podrá fotografiarse junto a inmensas piedras, inclusive más grandes que las que encontrará en Macchu Picchu. Intente hacer el paseo con luz solar para que aprecie mejor el contraste entre el verde de la vegetación y el plomo de la piedra.
Uno de los miradores de Sacsayhuamán. Podrá ver con vista panorámica, la ciudad del Cusco, inclusive la misma Plaza de Armas.
Camino a Písac, otro destino del city tour. Písac es considerada una de las más espectaculares muestras de restos arqueológicos del Cusco, por la armonía que tiene entre su estructura y la naturaleza.
Hay un camino bastante cómodo para que los turistas puedan llegar hasta las edificaciones de Písac. Se cree que el lugar constituyó un centro importante desde donde se administraba la producción del Imperio incaico.
Písac está construido en lo alto de un cerro desde donde se puede divisar fácilmente el pueblo y dominar gran parte del Valle Sagrado. Su ubicación está perfectamente calculada. Según investigaciones, Písac, el Cusco y Piquillacta, forman un triángulo equilátero en el que cada punto dista 33 Km de distancia entre sí, y los tres se encuentran ubicados a 3,300 m.s.n.m.
Ollantaytambo es quizá uno de los restos arquitectónicos más impresionantes del recorrido. Las construcciones están perfectamente bien conservadas y tiene la vista panorámica más variada. Los visitantes pueden caminar sin dificultad hasta la cima de la montaña y ver el pueblo de Ollantaytambo, aún conservado. También es posible reconocer la cantera desde donde los incas traían las piedras “rodándolas” hasta el lugar.
Chincheros es un pueblo ubicado a 28 kilómetros del Cusco y forma parte del Valle Sagrado. Es un lugar encantador cuya población aún conserva las mismas características de sus ancestros. En el lugar, los visitantes pueden compartir directamente con los pobladores, conocer sus costumbres y disfrutar de su compañía. Sus calles son angostas pero llenas de historia.