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INOPORTUNOS TAMBORES DE FEDERALIZACIÓN

Regionalización, macrorregiones y desarrollo
En las últimas semanas hemos escuchado en los medios de comunicación dos palabras que podrían significar un gran cambio para la realidad del país: federalización y regionalización. Y aunque tienen matices diferentes la idea principal es la misma: separación.
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INOPORTUNOS TAMBORES DE FEDERALIZACIÓN

El Perú es una república presidencialista democrática constituida por 25 departamentos o regiones guiadas por un gobierno central. Precisamente este centralismo de poder no es bien visto por determinados sectores que preferirían tener la sartén por el mango, y es cuando los planteamientos de convertirnos en una federación hacen mella en la unión de los pueblos.

 

El federalismo es una doctrina política que establece la asociación de diferentes organismos delegando algunas libertades o poderes propios a otro organismo superior y que conservan una cierta autonomía debido a que algunas competencias les pertenecen exclusivamente. En este grupo tenemos, por ejemplo, a Alemania, Argentina, México, Brasil, India, entre otros, países cercanos y lejanos al nuestro, con realidades muy diferentes o similares.

 

Si bien el descontento contra un Estado centralista y centralizado ha sido una constante en el sentir de muchos pueblos peruanos, las desventajas de asumir un sistema federal en un país en vías de desarrollo como el nuestro, son innumerables.

 

Una desventaja del federalismo es a nivel organizacional en cuanto a la efectividad para realizar tareas conjuntas. A esto se suma la multiplicidad de jurisdicciones, funciones, el incremento del gasto, además de las posibles barreras de libre circulación de personas, bienes y servicios dentro del país. Todo esto genera problemas de coordinación que restan efectividad a la acción del gobierno y convierten al Estado en oneroso.

 

EL PESO DE LA HISTORIA

 

Semanas atrás, el presidente regional de Puno, Hernán Fuentes Guzmán, generó el rechazo de sus co-autoridades, al proponer convertir al departamento altiplánico en un estado independiente. Esta idea fue calificada como “aberrante y separatista” además de ser “un desafío a la unidad del pueblo peruano”.

 

Incluso, Fortunato Calli, alcalde provincial de El Collao, aseguró que la población aymara no comparte estas ideas porque están fuera de la ley. “Nosotros hemos nacido en un territorio aymara y queremos mantener nuestra propia identidad, pero dentro del Estado peruano. Nunca hemos pensado en separarnos, porque somos peruanos (…)  La bandera única que tenemos, al margen de haber sido elegidos por diversas tiendas políticas, es la peruana”. El rechazo fue unánime.

 

Sin embargo, la historia del Perú nos revela que no es la primera vez que aparecen ideas separatistas.  El 2 de mayo de 1896, con un naciente Loreto, hubo una primera tentativa de declararse Estado Federal a nombre de Nicolás de Piérola en su campaña electoral. También está la revolución del capitán Guillermo Cervantes que durante seis meses mantuvo Loreto independiente con la intención de reivindicar el olvido de Lima, y el levantamiento del teniente Hildebrando Tejedo en 1932.

 

Estas ideas siempre calan en la población en momentos difíciles y ante el aparente olvido de las autoridades centrales. En el 2006, la amazonía loretana hizo escuchar su voz en una audiencia regional. El problema de la contaminación en la cuenca del río Corrientes y la paralización de pozos petroleros fueron puestos en agenda, aflorando reclamos y rencores contra el centralismo hasta proponerse enmiendas constitucionales o un referéndum para convertir la región Loreto en un estado asociado.

 

DESCENTRALIZACIÓN Y MACRORREGIONES EN AGENDA

 

Otra opción es la lograr una verdadera descentralización a través de la regionalización, que no impida mantener un Estado unitario.  Precisamente el mes pasado los presidentes regionales de Lima, Ayacucho, Junín, Ancash y Pasco se reunieron con el presidente del Congreso, Luis Gonzales Posada, y acordaron fijar sesiones mensuales para establecer una “alianza estratégica” que impulse la descentralización.

 

Poco después, junto a sus demás colegas regionales, se reunieron con el presidente Alan García, quien aprovechó la oportunidad para lanzar una propuesta poco usual: impulsar la descentralización fiscal para formar grandes regiones. Incluso planteó que Lambayeque y Cajamarca formen una macroregión, al igual que La Libertad, Amazonas y San Martín. ¿Qué tan posible es esta propuesta?, más aún, ¿qué tan beneficiosa puede ser?

 

La aplicación de una nueva distribución geográfica produciría una modificación de la realidad de cada provincia. Para algunos expertos en temas de descentralización, una “correcta” regionalización disminuiría la burocracia, mejoraría los modelos de gestión pública así como la distribución de recursos y la adaptación del gasto dependiendo de sus ingresos genuinos. Permitiría la libre competencia de inversiones entre las regiones, se optimizaría el control sobre el gasto público, la recaudación fiscal y el presupuesto.

 

Es cierto que las ventajas de una correcta regionalización serían muchas, pero ¿estamos preparados para este cambio? La actual dosis de madurez política y de gestión en el Perú no se condice con los requisitos para un cambio de esta magnitud, sobre todo cuando hay voces pidiendo una federalización que podría generar confusión.

 

De otro lado, no pueden obviarse los factores negativos de una regionalización que calan mayormente en las raíces, usos y costumbres de una población que podría oponerse a pertenecer a una nueva región por temor a perder su identidad regional. La resistencia de las dirigencias ante una posible pérdida del manejo de los ingresos, tributos e inclusive la jurisdicción judicial y legislativa.

 

El presidente regional de Huancavelica, Federico Salas Guevara, opina que la regionalización sería un equívoco para el país. En gobiernos anteriores, Huancavelica formó parte de la Región Huari junto con Ica y Ayacucho, pero – según comentó - como era el departamento con menos población, su presupuesto era mucho menor y los dejaban como “entenados”. Esto no puede volver a ocurrir.  Por ello, es importante que la propuesta parta de una macroregión piloto en la que se puedan implementar los cambios y mejoras necesarias, dejando atrás los chauvinismos regionales que no nos dejan caminar hacia la formación de un país moderno y con una descentralización efectiva.

Regionalización, macroregionalización, descentralización. Lo importante es que de darse este cambio, sea de manera progresiva y con la activa participación de las regiones, solo de esta manera no se cometerán los mismos errores de gobiernos anteriores y se callarán las voces que piden una federalización del país, que nos puede llevar nuevamente al retroceso.

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