El primer grito de la independencia del Perú, pronunciado por el general Don José de San Martín el 28 de Julio de 1821, fue una declaración con ardor y sabor: “…Por la justicia de su CAUSA que Dios defiende”. Esta proclama quedó grabada en la mentalidad del poblador peruano, que horas más tarde fue invitado al “Convite para
Esa noche, cuenta la historia, en
UNA CAUSA POR
José de San Martín, quien sería conocido más tarde como el Santo de
Cercada como estaba, no hablemos ya de las personas, ni siquiera alimentos para paliar las necesidades del pueblo estaban autorizados a ingresar. En medio de esa implacable y planificada carestía, sin trigo, maíz, ni por ende pan alguno con que alimentarse, la población limeña en su desesperación echaba mano de lo poco que había a su disposición. Para suerte suya, como en otros momentos de nuestra historia, la papa, ese tubérculo bendito incorporado a la culinaria universal por el gastrónomo francés Parmentier, no faltaría.
Pronto, al igual como sucedería décadas después con otro plato emblemático de la cocina peruana como es
Ya con la distancia del tiempo transcurrido, no es difícil imaginar y describir el placer que pudo sentir el paladar del convidado promedio al banquete de la independencia, al que con justicia podemos denominar uno de los grandes hitos de la gastronomía peruana. Pues, el limeño demostrando que lo simple también puede y es bueno, ofrecía como plato principal esa masa, acompañada de seguro de muy poca cosa, porque casi todo en eso momento escaseaba.
El prestigio de este plato crecería como reguero de pólvora, como creció la convicción de la conciencia independentista en Lima y en el resto del país. Y ya con un ejército realista de huida hacia la sierra central y sur, con una Lima que le abría las puertas a productos hasta entonces vedados,
EN EL HUÁSCAR
No solo
También en altamar, en las cartas de los restaurantes de los primeros barcos que zarpaban del Callao hacia Londres, y de los que llegaban a nuestro primer puerto desde aquella ciudad,
Se sabe, pues se cuenta con datos fidedignos, que la tripulación del glorioso monitor Huáscar, bajo el mando del almirante Miguel Grau, consumía como plato especial,
ENTRADA TRIUNFAL
Era sin duda un plato contundente y de exquisito sabor para el paladar de quien la degustara. Y que por su fácil preparación, hacia fines del siglo XIX se consumía por doquier en el territorio patrio. Excepto en
Con el tiempo, cada región aportaría su particularidad, usando para esto productos originarios de su suelo. Como ejemplo, tenemos
Podemos consumirla en nuestros hogares, restaurantes, como parte de bufetes de 5 tenedores, en los que sus múltiples variaciones, tantas como la imaginación permita, exponen tamaños, formas y colores diversos, con adornos o sin ellos. Logrados con el toque de limón muy marcado, con un poco más de ají según el gusto, con una cremosa mayonesa como acompañamiento si se quiere, decorado con huevo rallado o trozos de palta.
Empresarios peruanos que han trascendido nuestras fronteras y se han establecido en diversos lugares del mundo, introducen
Por todo lo expuesto,
FESTIVAL DE
En el Año Internacional de
Estamos en las instalaciones del Club Ancash, uno de los tantos clubes departamentales afincados en la capital, donde se realizará este mes, en pleno Año Internacional de
“Ancash es cuna de la agricultura nacional”, nos firma Angélica, para añadir que “el futuro alimenticio del Perú está en la sierra, sino échele una mirada a
“Empezaremos desde temprano con una Causa de trucha” nos dice Rolando, el cocinero a quien Angélica cariñosamente llama “el chato”, mientras sancocha y pica finamente el nutritivo pescado, para luego mezclarlo con mayonesa y huevo duro cortado en pequeños cubitos. Más allá, en otro rincón de la cocina, Julia, “la chiclayana”, mezcla la papa amarilla con el jugo de limón y el ají mirasol ya licuado, añadiéndole con mucho criterio sal y pimienta. Una vez la masa lista, la acomoda sobre un plástico a fin de darle la forma de un pionono, sobre la que “el chato” vierte con destreza la mezcla a punto de sazón. “He ahí la primera Causa”, nos dice orgulloso.
Julia, nuestra “chiclayana” no se quiere quedar atrás y dice, “haré algo de mi tierra, una Causa ferreñafana, en la que se necesita más ingredientes y tiempo”. Veamos dijimos. Sorprendidos la vemos sancochar un plátano bellaco maduro, con cáscara y todo. Junto a esa olla, en otra de mayor tamaño, papa y camote comparten hervor. En otra, un hermoso choclo serrano es sancochado. Mientras el pescado, la vedette del plato, es cocido, al más puro estilo norteño, al vapor. Julia toma un recipiente, coloca una ‘cama’ de Causa hecha a base de papa amarilla, y sobre ella hace reposar el trozo de pescado, el que es cubierto con cebolla previamente cocida con ají mirasol y un chorrito de vinagre y pimienta. Luego el choclo, el plátano y el camote adornan el manjar.
Este 20 de abril “será un día para pasar en familia degustando platos a base de papa y aprovechando la visita de investigadores que compartirán con nosotros los avances sobre el cultivo de la papa nativa, y podremos ver la obra
Otra vez el aroma nos envuelve y distrae nuestra atención. “
BASE DE
• 1 kilo y medio de papa amarilla
• ½ taza de aceite
• 2 limones
• 1 cucharada de ají amarillo
• Sal y pimienta al gusto
Instrucciones
Sancochar las papas en agua con sal, una vez cocidas pelarlas y prensarlas hasta hacer un puré, amasar con el aceite, el jugo de los dos limones y agregar la cucharada de ají amarillo previamente molido sin pepas ni vena. Sazonar con sal y pimienta al gusto.
La variedad de rellenos será de acuerdo a la creatividad y buena disposición del cocinero. Y según