Cuatro días después de que su hija Keiko Fujimori fuera derrotada en las urnas por Ollanta Humala, el ex presidente Alberto Fujimori fue internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) visiblemente demacrado y con 15 kilos menos de peso.
Con más de 70 años a cuestas, Fujimori no solo tiene una lesión cancerígena en la lengua por la cual ha sido operado en varias oportunidades, sino que también sufre hipertensión y problemas circulatorios que generan hinchazón en sus piernas.
Tras permanecer internado unos días, fue enviado nuevamente a su prisión en la sede de la Diroes, pues el cáncer que padece no es terminal y su estado físico se debe a una depresión severa en la que se encuentra sumido desde hace tiempo. Es más que posible que la derrota de su hija haya agravado el estado anímico de Alberto Fujimori y por ende su salud mental.
Las voces a favor y en contra de un indulto por razones humanitarias no se dejaron esperar. El informe médico del INEN que ratificó que el ex presidente no padece cáncer en su etapa terminal fue letal para que el indulto presidencial vuelva a fojas cero.
No obstante, el jefe del Departamento de Cirugía en Cabeza y Cuello del INEN, Pedro Sánchez e Ingunza, dejó en claro que el ex jefe de Estado "es un paciente de alto riesgo por haber presentado cuatro lesiones sangrantes en la cavidad bucal".
Por su parte, el doctor Hugo Lozada, jefe de la Unidad de Salud Mental de Neoplásicas afirmó que si bien Fujimori está siendo tratado con fármacos antidepresivos, hizo hincapié en que es un enfermo que padece de un cáncer de alto riesgo que lo hace susceptible a nuevas recurrencias en la enfermedad y que la reclusión carcelaria que afronta ayuda a que el cuadro se agrave: “Indudablemente nosotros vemos con mal pronóstico el tipo de evolución".
Fue el electo congresista y vicepresidente de la República, Omar Chehade, quien a pocas horas de conocerse el triunfo de Humala, planteó el traslado de Fujimori a un penal común para cumplir su condena de 25 años. Esta propuesta fue inmediatamente respaldada por el reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa. Para el Premio Nobel de Literatura 2010, el ex mandatario está en una “cárcel dorada” donde ha gozado de beneficios indebidos. Sin embargo, Ollanta Humala echó por tierra esta posibilidad al afirmar que Omar Chehade ha expresado una opinión meramente personal.
Aunque el electo presidente aseveró que el eventual indulto a Fujimori no está en agenda, ha sido claro en señalar que nadie debe morir en la cárcel, a excepción de los abusadores de menores. “En el Perú están tratando de meter este tema en agenda y no es un tema de agenda (...) He señalado que nadie debe morir en la cárcel y creo que a buen entendedor, pocas palabras”.
¿A buen entendedor, pocas palabras? ¿Eso significa que indultará a Fujimori? ¿Merece el ex mandatario condenado a 25 años ser indultado? ¿Sería una buena o pésima señal del gobierno humalista? ¿Ayudaría a la reconciliación nacional o tendría un efecto devastador? Son preguntas cuyas respuestas de seguro están siendo analizadas por el ex comandante hoy presidente.