Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
El Síndrome de Excitación Sexual Persistente es una disfunción caracterizada por la presencia de tensión genital y excitabilidad pero sin que exista deseo, que convierte el placer de tener un orgasmo en frustración y desesperación.
A primera vista pudiera ser la fantasía de cualquier hombre: una mujer siempre dispuesta. Pero en realidad es todo lo contrario: una pesadilla hecha realidad. Lejos de resultar grata, la sensación es desagradable y molesta, ya que en general el sentimiento no es el de una excitación sexual normal y placentera.
Sobre este síndrome que afecta solamente a mujeres todavía se conoce muy poco, por lo que no se sabe a ciencia cierta sus causas. Fue documentado por primera vez por la doctora Sandra Leiblum en el año 2001. Esta disfunción no tiene relación alguna con la hipersexualidad, la necesidad incontrolable de tener relaciones sexuales, también conocida como ninfomanía.
El Síndrome de Excitación Sexual Persistente es una anomalía que hace fluir más sangre de la debida en los genitales. Se cree que es consecuencia de una irregularidad en los nervios sensoriales y que afecta más a mujeres entre 40 y 50 años que están atravesando la postmenopausia o aquellas que siguen tratamientos hormonales. También se cree que se da en mujeres que han abandonado los antidepresivos que en algún momento les fueron recetados.
SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO
Las personas afectadas experimentan una excitación física muy intensa que puede permanecer durante largos períodos de tiempo, algunas veces días o incluso semanas. La relación sexual, la masturbación y el orgasmo pueden calmar temporalmente los síntomas, pero estos retornan en cuestión de horas.
Las mujeres se excitan fácilmente y ante cualquier situación como por ejemplo viajar en tren o en cualquier transporte público, pero además experimentan debilidad y tienen dificultad para concentrarse en tareas simples y cotidianas.
Esta disfunción interfiere negativamente en la vida de las afectadas al impedirles llevar un ritmo de vida normal, por lo que muchas de ellas terminaron alejándose de sus parejas y dejando sus trabajos, sufren depresiones constantes y el suicidio está presente en sus pensamientos.
Contrariamente a lo que se podría imaginar, el Síndrome de Excitación Sexual Persistente suele causar una reducción general de la satisfacción sexual acompañada de sentimientos de lástima, culpa, frustración, ansiedad y angustia.
El tratamiento de esta afección se enfoca más en el control que en la eliminación del problema, ya que todavía no existe una cura total. Inicialmente se puede anestesiar o enfriar el área y proporcionar alguna relajación a la musculatura del piso pélvico, todo esto acompañado de un tratamiento psicológico y el uso de psicofármacos.
Este es uno de los trastornos que más inquieta a los sexólogos, especialistas en salud mental y, por supuesto, a las mujeres que lo padecen, debido a que la cura completa es aún inexistente. Es importante el respaldo y comprensión de la pareja y del entorno familiar en general.
Ha transcurrido una década desde que se comenzó a documentar este síndrome, ojalá en la próxima década ya se haya descubierto un tratamiento que elimine por completo esta traumática afección.
