A decir de Alberto Tejada, urólogo y especialista en el tema del consumo adecuado de este fármaco, la venta indiscriminada e irresponsable por parte de las boticas y farmacias, que no solicitan receta médica a sus clientes, son uno de los factores que influyen en el consumo inadecuado de la denominada “pastilla milagrosa”. Todo un nuevo problema social.
A escasos 2 días de que GENER@CCIÓN, en su edición N° 63, alertó sobre el consumo indebido de este fármaco por parte de los jóvenes en nuestro país, Lima se vio sacudida por la muerte de un hombre de menos de 50 años, quien, carente quizás de la información adecuada para ingerir el Viagra, sufrió un infarto que le segó la vida. Luis Alberto Bolívar, un ingeniero químico que hacia tres años se había separado de su esposa para iniciar una relación amorosa con Fiorella Giovanna Cortez, sufrió las consecuencias de las contraindicaciones por consumir la “pastilla azul”.
“Las personas que sufren de hipertensión, como al parecer era el caso de este señor, no pueden consumir el Viagra, esta es una de las contraindicaciones, así como también le son a aquellas personas que consumen vasodilatadores coronarios o están físicamente deterioradas”, refiere Tejada, quien realiza estudios sobre este medicamento desde su aparición en el año 1998.
130 MUERTOS…
La falta de información, dice Tejada, quien recibió a GENER@CCIÓN en su despacho de la alcaldía de San Borja, produjo 130 muertos ni bien la “pastilla azul salió a la venta en el mundo. Los casos de las víctimas mortales se registraron en Singapur y Estados Unidos”. El especialista refiere que en el Perú, pese a que no se cuenta con estadísticas precisas, también han sucedido casos de muertes por la mala administración o su combinación con otros medicamentos o drogas, pero que estos se han mantenido en silencio.
GENER@CCIÓN se comunicó con
“En general el Viagra lo usan los ejecutivos, casualmente con un temperamento dominante, entonces aquí ya se genera un consumo no regulado ni indicado”, dice Alberto Tejada, tras agregar que el medicamento no genera dependencia orgánica, sino más bien sicológica. Sin embargo, señala el experto que “la venta sin receta médica, aún cuando el producto lo exige, es una responsabilidad del Estado, al que le corresponde verificar que se cumpla esta normativa”.
“El Estado debe tomar cartas en el asunto para supervisar las farmacias y boticas. En nuestro país, venden sin receta cualquier medicamento; creo que en lo único que ponen cierta restricción es en la venta del diazepam, que es un fármaco con propiedades ansiolíticas y sedantes. Todos los medicamentos pueden tener un efecto indeseable”, subrayó Tejada, destacando que es, en ese sentido, el Estado, el ente que debe tomar las medidas correctivas, porque son medicamentos de venta obligada con recetas. GENER@CCION permanecerá vigilante ante esta nueva amenaza pública.