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Viernes 29 de marzo 2024   |   Contáctenos
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PERÚ

La Gran Empresa
Los desafíos implícitos en el hecho de considerar al Perú como una gran empresa son explicados por el autor. Razones no le faltan, mucho camino nos queda por recorrer. Veamos por qué.
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PERÚ
Podemos definir a una empresa como una comunidad de trabajo que se une para producir bienes, servicios, o la conjunción de ambos, dirigidos a satisfacer necesidades que existen en la sociedad. Cumple un rol social (satisfacer necesidades) y un rol económico (busca rentabilidad). Cuenta para esto con los recursos materiales, recursos humanos y el sistema de trabajo. Haciendo extensiva esa definición a un país, donde el gobierno tiene como objetivo usar adecuadamente los recursos para encontrar el desarrollo, podemos definir al Perú como una gran empresa. Constituida por sus recursos humanos, naturales y la estructura de gobierno.
 
Si el Perú constituye una gran empresa, resulta obligatorio que su gestión esté orientada por conceptos modernos de administración: según los expertos existen doce enfoques (paradigmas) que nos permiten analizar una empresa. Entre estos podemos mencionar la teoría de la agencia, la teoría institucional, de los costes de transición, dependencia de recursos, de contingencia, ecología de las poblaciones, del conocimiento, por citar algunas. Definido el Perú como una gran empresa, resulta fundamental definir su objetivo y este puede ser el de constituir una Sociedad donde reine la justicia, la cual constituye una de las virtudes humanas mas elevadas. Pero, en el Perú solo habrá justicia si hay trabajo, libertad y alimento. Donde además deberá reinar el imperio de la ley, el respeto de los derechos fundamentales de los peruanos.
 
En ese contexto resulta necesario identificar los stakeholder. Es decir los grupos de interés: los mismos que pueden ser intereses internos y externos. Entre los grupos de interés internos podemos identificar al gobierno, partidos políticos, empresarios, medios de comunicación, intelectuales, sindicatos, profesionales, militares y policías, ciudadanía en general. En los externos encontramos a los países limítrofes, empresas multinacionales, organismos multilaterales, entre otros. Muchos conflictos sociales se generan por no tener en cuenta este concepto.
 
El Gobierno nacional tiene que tener la habilidad y capacidad de desarrollar el pensamiento estratégico y a la vez impulsar el pensamiento operativo. En el estratégico está obligado a desarrollar las estrategias de mediano y largo plazo y a la vez fortalecer su liderazgo para poder consolidar una visión de futuro que sea compartida por todos los peruanos. En este operativo se tiene que establecer un programa de acción que busque implementar con éxito las políticas nacionales. Una de las tareas consiste en analizar frecuentemente el entorno internacional, sobre todo los aspectos geopolítico, comercial, financiero, tecnológico, por citar algunos.
 
De esta manera, el pensamiento estratégico debe consolidarse, utilizando herramientas como la prospectiva que nos da la posibilidad de construir escenarios futuros. De allí debe surgir la Visión y la Misión que luego deben traducirse en objetivos, estrategias y acciones que en conjunto constituyen un plan estratégico nacional.
 
Dentro de ese plan nacional debe contemplarse el desarrollo humano, es decir, de los peruanos sin ninguna clase de distingo: Para ello resulta necesario impulsar una consolidación del sistema educativo que integre todos sus niveles, cuya misión consista en desarrollar las competencias de nuestros compatriotas, el sistema de salud para garantizar una población sana y organizar programas de liderazgo. Con esto lograremos consolidar el capital social, elevando su autoestima a fin de alcanzar la conquista del peruano por si mismo. Así, el desarrollo humano debe orientarse a eliminar la pobreza, desaparecer la exclusión social, logrando la inclusión dinámica del país en el escenario globalizado, utilizando para esto herramientas como las tecnologías de información y comunicación.
 
De la misma forma, las finanzas públicas merecen un manejo responsable y profesional. Su distribución debe darse con equidad, orientándola siempre, a los proyectos de inversión con alta rentabilidad social y económica, pues si algo escasea siempre es el dinero. En ese sentido, el aspecto tributario requerirá un tratamiento que contemple la ampliación de la base tributaria, es decir los contribuyentes.
 
Para nadie es un secreto que el Perú cuenta con ingentes recursos naturales, energéticos, minerales, resaltando nuestros bosques y mares, y nuestra megabiodiversidad, los que deben manejarse pensando que estos constituyen nuestro capital: y no mirarlos como si fueran simple y llanamente una renta. Nuestro futuro está supeditado a su manejo exitoso y no olvidemos que constituyen parte de nuestra ventaja comparativa.
 
Dentro de los aspectos importantes que también encontramos en nuestro país está el de la construcción de infraestructura. Dado que nuestra geografía está preñada de dificultades, lograremos superarlas solo a través de una visionaria política de construcción de caminos, canales de irrigación, comunicaciones de vanguardia, cables de energía, puertos y aeropuertos. Así consolidaremos “la conquista del Perú por los peruanos”.
 
Para esto, urge el fomento de la Ciencia y Tecnología, la generación de conocimiento, la democratización del crédito, el fomento de la comercialización nacional e internacional, vale decir todo lo que implica desarrollar el espíritu emprendedor en nuestro país. El gobierno tiene que ser capaz de poder entender y controlar el sentido oportunista de los diferentes agentes del mercado, especialmente el de los concesionarios de los servicios públicos. Por ello, es necesario que identifiquemos el core competence (habilidades esenciales) en base a los que podemos determinar las actividades primarias, generando así una ventaja competitiva y hacer que esta sea sostenible y permanente.
 
Muchas de las actitudes que tienen los funcionarios públicos y privados de nuestro país no cambian. Esto, a pesar de que somos concientes que es necesario transformar lo existente. Eso ocurre por que existe la lógica dominante que se define como "la forma en la que los directivos entienden el negocio y toman sus decisiones básicas sobre la asignación de recursos". Hay muchos aspectos que tenemos que desaprender para hacer nuestros nuevos conceptos; la relación entre el desaprendizaje y el aprendizaje se explica por una función no lineal, para lo cual resulta útil apelar a la teoría del caos.
 
Como país debemos pues consolidar una cultura organizacional que tenga como objetivo el aprendizaje constante. No olvidemos que “el proceso del aprendizaje organizacional revelado por la curva de aprendizaje es un fenómeno económico universal”. Romper paradigmas como la impuntualidad, la indiferencia, la corrupción, la ley del mínimo esfuerzo, la discriminación, el conformismo y la indisciplina también son un reto presente. En general, los desafíos que tiene el Perú como un país emergente, es garantizar un nivel de vida digno para todos los peruanos. Es decir, pensar que como una gran empresa encierra en su espíritu la esperanza de un amanecer radiante y vigoroso que inspira a seguir luchando por el noble ideal de hacer patria, de hacer del Perú: la gran empresa.
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