Las actividades que lleven a cabo los gobiernos tienen que tener en cuenta que el ser supremo es el hombre. Razón por la cual, todas las medidas que implementen tienen que estar orientadas a consolidar su desarrollo, buscando que este sea integral. En este sentido, una de las tareas fundamentales que tiene todo gobierno consiste en proteger la salud de su población.
Para conseguirlo, se tiene que fortalecer el sistema de salud, haciendo que su desempeño global se caracterice por tener una mejor capacidad de respuesta, al igual que equidad en la contribución financiera. Además de esto, urge mejorar el acceso a los servicios de agua potable y luz eléctrica, así como incrementar la nutrición y reducir el analfabetismo.
Para que los usuarios puedan acceder a los servicios de salud, se tiene que tener la capacidad de enfrentar las barreras económicas, geográficas y étnico-culturales. Los estudios actuales nos indican que por cuestiones económicas un alto porcentaje de peruanos no puede atenderse, resaltando que el costo del servicio tiene como componente la tarifa de consulta, exámenes auxiliares, el medicamento. Siendo este último el de mayor peso especifico.
Al decir esto, se tiene que poner énfasis en el hecho que todo paciente valora también el transporte, el tiempo y el salario que deja de percibir por ir a atenderse. La comunicación y el transporte hacen que no se haya cubierto la demanda a nivel nacional. Indudablemente, la geografía juega un papel importante en este menester.
Los índices de mortalidad infantil y mortalidad materna son dramáticamente alarmantes. En el caso de las madres se nota que la mortalidad es originada por hemorragia, infección, hipertensión. Siendo el impacto de estas secuelas mucho mayor en las zonas rurales que en las urbanas, donde mal que bien se cuenta con servicios de salud.
Es también necesario decir que a pesar de existir gran cantidad de farmacias, hay un limitado acceso a los medicamentos. El nivel de uso se ha reducido como consecuencia de sus costos prohibitivos. Además ante la flexibilización del registro sanitario, pocos laboratorios han certificado sus buenas prácticas, atentando contra la calidad de las medicinas, en un contexto de creciente automedicación.
El nivel de cobertura de salud es reducida. Poca población tiene posibilidades de acceder a los servicios del seguro social, servicios privados, los de la sanidad de las fuerzas armadas y de la PNP. Un gran porcentaje depende de los servicios públicos de salud. Mientras que un alto porcentaje tampoco no tiene posibilidades de acceder a ningún tipo de servicio.
El sistema de gestión muestra una ausencia de política de Recursos Humanos. De esto da fe el hecho de que los trabajadores no tienen estabilidad laboral y no tienen derecho a vacaciones ni beneficios sociales: Además no hay sistema de promoción por méritos, ni mucho menos salarios adecuados. Los conceptos básicos como planificación, reclutamiento, selección, socialización, capacitación y desarrollo, evaluación y desempeño, promociones despidos y transferencias, no son considerados.
Es notorio que el sector presenta una gran desarticulación y duplicidad de funciones entre diversos órganos estatales (Promudeh, Ministerio de la presidencia, Ministerio de defensa, Ministerio de Defensa, Ministerio del Interior, Ministerio de salud, ESSALUD). En este contexto, el Ministerio de Salud no cumple, un rol de liderazgo en la formulación de políticas de salud intersectoriales.
Existe así un claro divorcio entre la organización del sub-sector Minsa y la organización política del país a nivel de regiones, departamentos, provincias y distritos. Podemos afirmar que MINSA no tiene un liderazgo en el sector, originando una fragmentación intersectorial. Vemos que su organización interna esta debilitada por la presencia de programas y proyectos financiados por la cooperación internacional que actúan de manera paralela. Según la OPS, el Perú es uno de los países de la región que invierte menos en salud
Ante esta situación amerita que el Sector Salud sea situado en los primeros lugares de la agenda política, buscando que en el consenso político, sea concebido como una política de Estado, es decir una política de largo plazo. MINSA tiene que asumir la conducción y rectoría del sistema nacional, fomentar la inversión pública y privada en la infraestructura, con el objetivo de garantizar un servicio con calidad, acorde con la tecnología de punta que actualmente existe.
En lo que concierne a la tecnología de punta, es menester poner atención en el uso de la telemedicina, explorando sus diversas aplicaciones para incrementar el nivel de cobertura, sobre todo en las zonas rurales. Combinando el gran potencial que tienen las telecomunicaciones y la electromédica, que en los últimos años ha dado pasos espectaculares. Alcanzando desarrollos que permiten a los especialistas de la salud contar con diagnósticos más precisos, a fin de realizar prácticas quirúrgicas con alta eficiencia.
En el desarrollo de la política de salud, por su importancia, la gestión del mantenimiento hospitalario, debe tener alta prioridad, dotándole de los recursos económicos y humanos necesarios, para que puedan afrontar con éxito esta tarea. Hay que tener en cuenta que sobre ella se sustenta la calidad del servicio. Así mismo, por el alto nivel de inversión que implica los equipos electromédicos, la cultura de la prevención operativa también juega un rol protagónico.
El uso de la tecnología debe extenderse al manejo de los inventarios, las finanzas, gestión de los empleados, así como a las historias clínicas, el control de alimentos, de acceso a los medicamentos, al igual que la seguridad electrónica. Así, ayudados por los sistemas de información, muchos procesos se deben automatizar para mejorar la gestión. Utilizando para esto el CRM (Customer Relationship Management), encontraremos el camino para lograr la satisfacción de los usuarios que actualmente se encuentran muy insatisfechos por la calidad de servicio que vienen recibiendo.
Por todo ello, el actual Sistema Global de Salud necesita cambios radicales y fundamentales. Estos deben planificarse y ejecutarse en el corto plazo, teniendo en cuenta que la población, que constituye el recurso más valioso de nuestro país, espera ser atendida con respeto, calidez y profesionalismo.
