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REVISTA

OCTUBRE 2008

Mes de temblores
A pesar de los buenos reflejos que demostró el presidente Alan García luego de la bomba que resultó la aparición de los "petroaudios", saliendo la misma noche a cortar cabezas y deslindar responsabilidades, el gobierno ha salido bastante herido tras la explosión. La elección de Yehude Simon en reemplazo de Jorge del Castillo no ha disipado el humo. Sus detractores nos recuerdan sus supuestos vínculos con el MRTA y exigen la desclasificación de su expediente judicial. Mientras tanto, uno de los causantes del petardo, el ex ministro aprista Rómulo León Alegría, continúa libre. ¿Quién lo dejó ir?
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OCTUBRE 2008

La historia se gestó el domingo 5 en un programa periodístico de televisión, mientras el país entero se aprestaba a dormir tras una semana convulsionada por la estrepitosa caída de las bolsas de valores alrededor del mundo que alcanzó a la Bolsa de Lima, amenizada también por las noticias que daban cuenta de los golpes bajos que se lanzaban los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain… Los peruanos estamos acostumbrados a peores cosas, así que no nos pareció nada del otro mundo.

 

Sin embargo, esa noche, el ex ministro del Interior y analista político, Fernando Rospigliosi, se propuso sorprendernos. Apareció en “Cuarto Poder” y soltó la bomba: un conjunto de audios en los que se escuchaba al miembro del directorio de la compañía estatal Perú Petro, Alberto Químper Herrera, al ex ministro de Pesquería del primer gobierno aprista, Rómulo León Alegría, y al representante legal de la empresa noruega Discover Petroleum en el Perú, Ernesto Arias Schreiber, finiquitando el negociado por debajo de la mesa, vía celular, de la concesión de la buena pro para explotar cinco lotes petrolíferos a favor de la empresa extranjera antes mencionada. Todo esto, cómo no, cobrando “honorarios de éxito” de entre 100 y 200 mil dólares una vez realizada la faena. O “el faenón”, según sus propias palabras.

 

Esa misma noche, el presidente García salió a dar la cara flanqueado por el entonces primer ministro, Jorge del Castillo, y el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, para anunciar la destitución inmediata de Químper Herrera. Además, aceptó la renuncia del presidente de Petro Perú, César Gutiérrez, a cuya institución habían alcanzado las esquirlas. “La mejor manera de responder a estas ratas es actuando de inmediato para depurar nuestro gobierno y nuestro Estado de cualquier acto de corrupción”, enfatizó García, resaltando la palabra “ratas”, para luego exigir la detención de los implicados en este escándalo.

 

Quien también puso su cargo a disposición fue Valdivia, pero García no aceptó la renuncia. No en ese instante. Recién al día siguiente le dio las gracias por los servicios prestados y un apretón de manos. ¿El motivo? Hace dos años, Valdivia nombró a Químper como representante de su portafolio en el Directorio de Perú Petro. Y una vez estallado el estruendo, cuando se le interrogó acerca de por qué puso en el cargo a este abogado de 71 años de voz singular, Valdivia contestó que lo hizo “por amistad”. La respuesta no satisfizo a nadie. Tampoco a García, que lamentó la salida de Valdivia y lo calificó de “hombre honesto”, pero igual lo devolvió al barrio.

 

TRES TRISTES RATAS

 

Dejando en claro que sus casi 80 años de existencia como partido político no han ocasionado mella en la velocidad de sus reacciones, el APRA expulsó inmediatamente de sus filas a León y también a Químper. Al mismo tiempo, el titular del tercer juzgado anticorrupción, Jorge Barreto Herrera, emitía la orden de captura contra ambos, y agentes policiales acudían a sus respectivos domicilios en su búsqueda, aunque sin éxito. ¿Las presidencialmente llamadas ratas lograban escurrirse?

 

Pues sí… hasta el momento sólo una. Químper Herrera fue detenido la noche del martes 7 por personal de la Policía Judicial en la Clínica Maison de Santé, en Surco, donde se había internado esa misma tarde tras presentar un cuadro de presión arterial elevada. “Don Bieto”, como era llamado por León Alegría en los audios de la corrupción, fue trasladado a la sede de Requisitorias de la Policía, en La Victoria. En todo momento estuvo bajo los cuidados de un médico legista y un cardiólogo.

 

Mientras tanto, el abogado Ernesto Arias Schreiber fue detenido el lunes 13 en horas de la mañana. Esa noche la pasó en la División de Requisitorias de la Policía y el martes 14 fue enviado ante el fiscal anticorrupción Óscar Zevallos, quien lo interrogó por más de tres horas. Sin embargo, ese mismo día, luego de tomarle sus declaraciones, el juez Barreto dejó en libertad al abogado de 78 años debido a que, a diferencia de Químper, quien se acogió al derecho al silencio, Arias Schreiber sí accedió a contestar las preguntas que le formuló.

 

Quien no fue hallado, pese a que allanaron su domicilio en Miraflores, sus oficinas y otros cinco inmuebles en donde se sospechaba que podía estar, fue León Alegría. La Policía repartió fotos suyas en los puestos de control migratorio del aeropuerto y en las zonas de frontera, pero tampoco hubo éxito. Entonces comenzó a hablarse de una posible fuga del personaje hacia Buenos Aires. La noticia corrió como reguero de pólvora, León Alegría se encontraba lejos del alcance de la justicia peruana…

 

¿Quién facilitó o permitió su huida? Difícil precisarlo. Pero si nadie lo hizo, hubo al menos negligencia por parte de las autoridades policiales y judiciales en ese aspecto. Puestos a pensar mal, la conclusión podría ser que a alguien perteneciente a las altas esferas del poder simplemente no le convenía que León Alegría fuese capturado. ¿A quién? ¿A quiénes? Vaya usted a saber. La situación se prestaba a cualquier especulación.

 

Mientras, el viernes 17 fue propalado por televisión un video casero en el que podía verse al prófugo ex ministro del partido de la estrella alegando inocencia y fustigando al jefe de Estado por haberlo vapuleado y estigmatizado. Pero no solo mencionó a García, sino también a Luis Alva Castro, a Rosario Fernández y a Jorge del Castillo por sumarse a su “linchamiento público”. Sus lloriqueos alcanzaron hasta a la prensa, “por mancillar su nombre y enlodar su honra”. A todos nos conmovió el corazón.

 

Por su parte, la empresa noruega Discover Petroleum emitió un comunicado firmado por su presidente, Jostein Kjerstad, negando de manera categórica haber pagado sobornos para ser favorecido por Perú Petro. Lo que sí aceptó fue haber trabajado con los tres principales implicados en el escándalo, esto es, León Alegría, Químper Herrera y Arias Schreiber. “Somos nosotros los que hemos sido engañados”, concluían en la carta.

 

¿NO ES MÁS QUE UN HASTA LUEGO?

 

Entretanto, la oposición no perdía tiempo en el Congreso. El mismo día que “Don Bieto” era apresado, voceros de las bancadas de Unidad Nacional, del fujimorismo y del humalismo, presentaban una moción de censura contra el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo. Se iniciaba así la caída del fiel escudero de Alan García y posible candidato aprista en las elecciones generales del 2011. Sin embargo, el Premier no estaba dispuesto a entregarse fácilmente.

 

En un gesto audaz para unos y desesperado para otros, irrumpió en el hemiciclo del Congreso, el jueves 9 en horas de la mañana, acompañado de su Gabinete en pleno, para ofrecer explicaciones a los legisladores sobre el caso de los petroaudios. ¿Cuál fue la respuesta de la oposición? Retirarse del hemiciclo y dejar con la palabra en la boca al todavía Premier. Tampoco halló respuesta en su bancada.

Incluso el presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, le quitó la palabra para informarle que la decisión del Congreso era citarlo para el martes 14 y acto seguido suspendió la plenaria. Del Castillo se quedó en el hemiciclo rodeado de sus ministros, mirándose las caras. Pero no iba a quedarse con las ganas de hablar. ¿Qué hizo entonces?

 

Convocó a una conferencia de prensa en la sala Mohme del Congreso. Primero, dejó en claro que la gestión de los ministros no podía verse afectada por “dos bribones”. Luego, detalló que “ningún ministro se aferra al cargo, pero tampoco vamos a aceptar el agravio”. Después, especificó que habían ido al Congreso a hablar, “pero no nos dejan”. Y dio por concluida la conferencia. No contestó preguntas. Dijo lo que tenía que decir y se marchó. ¿A dónde?

 

A Palacio de Gobierno, escoltado por sus ministros. Allí, el Gabinete en pleno puso su cargo a disposición del Presidente de la República. Ahí no acabó todo. A Del Castillo le quedaba una última carta bajo la manga. Esa misma noche, dirigió un mensaje a la nación desde la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros, en Miraflores, siempre rodeado de su Gabinete. Leyó una alocución de tres minutos, pero eran sólo palabras. No había nada que hacer. Su suerte estaba echada.

 

El viernes 10 en horas de la tarde, mientras se conocía de la muerte de 13 soldados y dos civiles (entre ellos un menor de cinco años) tras un atentado narcoterrorista en la provincia huancavelicana de Tayacaja, y la Bolsa de Lima registraba la peor caía de su historia (-10,8%), García Pérez aceptaba la renuncia del Gabinete Del Castillo. Hubo pisco souer, emotivos discursos de despedida, sonrisas, apretones de manos. Ya sabemos que las despedidas siempre son tristes… aunque sea en el Salón Dorado.

 

¿Hizo bien el presidente en aceptar la renuncia de su Consejo? Sin duda. No habría sido atinado exponerlo a la inminente censura en el Congreso. Además, de esa manera capeaba en alguna medida el más grave temporal en estos dos años de gobierno y despejaba el clima enrarecido de dudas y especulaciones. ¿Hizo bien Del Castillo en presentar su renuncia? Hizo bien. Asumió dignamente la responsabilidad política que le correspondía, pese a que lo más probable es que no tenga responsabilidad directa en los hechos que derivaron en su salida. Aunque, es cierto, no es la mejor despedida para un Primer Ministro cuya gestión se debe calificar como eficiente desde todo punto de vista. Pero así es la vida. Y la política.

 

REY PUESTO Y OLVIDO…

 

Esa misma tarde, el presidente Regional de Lambayeque comenzaba a estar en boca de todos. Los rumores que lo aludían como reemplazante de Jorge del Castillo en el puesto de Primer Ministro cobraban fuerza. Parece ser que la calidad de su gestión a la cabeza del Gobierno Regional de Lambayeque y la necesidad de sintonizar con las expectativas de la población a través de un líder eficiente y con emoción social, contaron para esto.

 

Efectivamente, el martes 14 a partir de las 5:10 pm, Alan García tomaba juramento al gabinete Yehude Simon. Luego de dar inicio a la ceremonia, el jefe de Estado dio a conocer los tres objetivos principales del nuevo Consejo. Primero, defender al país de la crisis económica internacional. Segundo, luchar contra la corrupción. Tercero, batallar por la disminución y erradicación de la pobreza en el país.

 

Todo bien. Nada más que debió mencionar también la lucha contra el narcoterrorismo, que hacía solo unos días había dejado el saldo de 13 soldados y dos civiles asesinados tras un enfrentamiento en la provincia de Tayacaja, en Huancavelica, y, dos días después, otros dos soldados muertos en Vizcatán, Ayacucho. Y la lucha contra el narcotráfico propiamente dicho, que crece y campea en la selva… y que ahora alcanza a autoridades civiles, como el alcalde de Pucallpa, Luis Valdez Villacorta, quien fue detenido un día antes de la juramentación del nuevo Gabinete, acusado de lavado de dinero al habérsele hallado un desbalance patrimonial de ¡71 millones de dólares!

 

Ya se había hablado de esto en Generacción. En una entrevista que concedió el especialista en temas de subversión y narcotráfico, Jaime Antezana, sostuvo que “la amenaza que hoy tenemos que enfrentar, y que es mucho más poderosa y peligrosa que el terrorismo, es el narcotráfico”. Guerra avisada no mata gente…

 

EL ADIOS Y LOS BIENVENIDOS

 

Seis son los nuevos rostros que presentó el Gabinete Simon. Pedro Sánchez Gamarra, en Energía y Minas, en reemplazo del renunciante Juan Valdivia. Óscar Ugarte Ubilluz, en Salud, por Hernán Garrido Lecca. Remigio Hernani Meloni, en Interior, por Luis Alva Castro. Elena Conterno Martinelli, en Producción, por Rafael Rey. Carlos Leyton Muñoz, en Agricultura, por Ismael Benavides. Y Carmen Vildoso Chirinos, en el ministerio de la Mujer, por Susana Pinilla.

 

Permanecen en sus cargos José García Belaunde, en Relaciones Exteriores; Ántero Flores Aráoz, en Defensa; Rosario Fernández, en Justicia; José Chang, en Educación; Jorge Villasante, en Trabajo; Mercedes Aráoz, en Comercio Exterior; Verónica Zavala, en Transportes; Enrique Cornejo, en Vivienda; Antonio Brack, en Ambiente, y Luis Valdivieso, en Economía.

 

La ceremonia transcurrió con normalidad. Jorge del Castillo fue invitado por el Presidente de la República para recibir los aplausos de la concurrencia a manera de despedida y desagravio. Los demás ministros salientes, también. La única sorpresa fue al final, cuando los flamantes ministros posaron para las fotos de rigor. Había solo dos apristas con carné en el nuevo Consejo: Enrique Cornejo y Jorge Villasante.

 

Este hecho llamó la atención a algunos, aunque era evidente que, tras la aparición de unos audios corruptos en los que se veía implicado un ex ministro aprista, el partido de gobierno tenía que verse afectado de todos modos. Llenar el nuevo Gabinete de “compañeros” a ritmo de La Marsellesa y ondeando pañuelos blancos habría equivalido a un suicidio político. Otra prueba más, según los analistas, de los buenos reflejos de García.

 

Sin embargo, ya antes de que juramentase al cargo, Simon Munaro enfrentaba las primeras embestidas, provenientes en esta oportunidad de los representantes del fujimorismo. Carlos Raffo, el infaltable en las audiencias del juicio a Fujimori, exigía, un día antes de la juramentación del nuevo Gabinete, que se desclasificase el expediente judicial en virtud del cual Simon fue enviado a prisión por el gobierno de Fujimori poco después del golpe del 5 de abril de 1992. Su propósito: que “todo el país conociera las verdaderas razones por las que fue sentenciado”… y calificó al Premier de “terrorista arrepentido” y “ex vocero del MRTA”.

 

Era por demás previsible que el fujimorismo hiciera una acusación de ese tipo contra un político como Simon Munaro, quien inició su carrera pública formando parte de la izquierda radical en tiempos en que la violencia de Sendero Luminoso y del MRTA desolaba los campos y las ciudades en casi todo el país, sembrando muerte y destrucción. Simon pasó ocho años en la cárcel acusado por el fujimontesinismo de supuestos vínculos con el MRTA. En ese entonces, acababa de fundar el partido Patria Libre, que se decía, era el brazo legal de los seguidores de Víctor Polay Campos. Luego sería amnistiado por el gobierno transitorio del recordado Valentín Paniagua.

 

Sin embargo, hay algo que es preciso aclarar. Simon fue indultado, no absuelto de los cargos que se le imputaban. El indulto significa el perdón por los delitos cometidos y, por consiguiente, la aceptación de los mismos. La absolución, el reconocimiento de que no se han cometido delitos. En todo caso, Simon parece haber madurado como político y ahora, alejado de los radicalismos, ha venido haciendo una buena gestión en la presidencia regional de Lambayeque, al punto de que fue reelegido por dos períodos consecutivos en la ciudad donde creció y estudió la primaria, la secundaria y la universidad.

 

Sin embargo, quizás deba curarse de la lengua larga que parece haber cultivado en la tierra del arroz con pato. El miércoles 15, solo un día después de juramentar al cargo de premier, Simon afirmó en entrevista con RPP que antes de diciembre (esto es, después de la cita APEC) dos ministros de los “antiguos” se irían a su casa, pues “están cansados y han recibido mejores ofertas laborales”. ¿Fue correcto que lo dijera?

 

Otro de los problemas que habrá de sortear el Premier, entre muchos otros, es la pugna entre el Ministro del Interior, Remigio Hernani, y el director de la Policía, Octavio Salazar, quienes al parecer no simpatizan. Y cómo hace para encontrar al escurridizo León Alegría en esta semana en que la periodista de espectáculos Magaly Medina, encarcelada en el penal de Santa Mónica, denunciaba ser víctima de una cortina de humo para encubrir el escape del ex ministro aprista. Pero esa también es otra historia…

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