El Museo de Arte y de Historia de
Por ello la colección con la que cuenta se organizó en base a cinco ejes temáticos: Historia de
Su inauguración, en el marco del “XXXIX Congreso de Americanistas”, que convocó en Lima a casi 2,000 investigadores y estudiantes de diversas partes del mundo, no es un hecho aislado. La presencia de Luis E. Valcárcel como presidente honorario del congreso, la de José Matos Mar como presidente, el homenaje a José María Arguedas y las sesiones dedicadas al campesinado contemporáneo, folklore y artesanías, muestran la importancia que adquirió el estudio del pensamiento andino y sus creaciones en esos años.
Ello lo revela una de las recomendaciones fíales del congreso, la de promover en cada uno de los países participantes la protección del folklore, estableciéndose que el mismo es parte del patrimonio cultural americano y que no se puede ser objeto de explotación comercial indiscriminado. Esto en nuestro medio, desde luego, no dejaba de ser un correlato de la atención con visos nacionalistas otorgada a la población rural por
Una de las orientaciones que definió la tendencia del museo desde sus inicios, fue la apuesta por la valoración y el estudio del arte popular tradicional o folklore. Esto dio lugar, asimismo, a la constitución de una de las más completas y valiosas colecciones que alberga objetos de cerámica, mates, retablos, imaginaria, talla en piedra, textilería, etc., en los que se refleja –además de la historia, maestría y destreza creativa de sus artífices-, las inclinaciones ideológicas de quienes, con gran energía, esfuerzo y atenta mirada, recorrieron los focos de producción artística tradicional más representativos del país en afán de reunir sus ejemplares mas importantes.
En el texto de presentación, Francisco Stastny destaca la que considera es una de las secciones más significativas: Se trata de la colección Alicia Bustamante y la de Pablo Macera. La célebre colección del arte popular conformada por Bustamante, después de múltiples mudanzas, ha encontrado en la histórica Casona un lugar de reposo, donde podrá ser dignamente exhibida, conservada y estudiada.
La primera en su género, esa colección es sin duda también una de las más hermosas y a la cual le correspondió desde la década de 1940, el papel. Histórico de despertar el interés por el arte y la vida de la población nativa del Perú. La colección de Macera, en cambio, otorga al objeto folklórico la dimensión histórica. Con rara habilidad él ha sabido encontrar algunos de los eslabones perdidos del folklore peruano y gracias a sus piezas las secuencias comienzan a perfilarse con claridad. Además de las colecciones mencionadas, la sección de folklore contó para su inauguración con otras de Raúl Apesteguia, Julio Olivera, Juan Luis de Aliaga, Imogen Sieveking y Carlos Rodríguez Saavedra.
El planteamiento del guión museográfico de la sala de Arte Popular realizado por Francisco Stastny dejaba entrever el amplio conocimiento que había alcanzado este destacado investigador en este género, que ya se había puesto de manifiesto en las exposiciones realizadas durante su gestión como director del Museo de Arte de Lima y que luego quedaría plasmado en una seria de texto que publicó en el Museo de Arte y de Historia de San Marcos, pero sobre todo en una de las mayores obras escritas hasta este momento sobre el tema, el libro Las artes populares del Perú.
Este fruto de su acucioso trabajo, presenta el análisis del devenir histórico, una revisión teórica y propuesta metodológica para su estudio. Revela además el interés que su autor profesaba, centrada en descubrir una seria de continuidades entre el antiguo pensamiento andino, la cultura hispánica traída por los españoles y el arte popular contemporáneo, y que tiene claros antecedentes en las indagaciones del pintor indigenista José Sabogal e influencias de los estudios de su contemporáneo, el historiador Pablo Macera.