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Martes 16 de abril 2024   |   Contáctenos
REVISTA

EL PERÚ AVANZA: ¿HACIA DÓNDE?

Preocupante escenario
Un cuestionamiento serio al eslogan presidencial es necesario a fin de evitar dar un salto al vacío. Ha llegado el momento de establecer una línea demarcatoria entre lo que es una buena y una mala gestión.
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EL PERÚ AVANZA: ¿HACIA DÓNDE?

A menudo, en los diarios, en la televisión y radio, podemos leer, ver y escuchar insistentemente la frase “El Perú Avanza”. Al recorrer las provincias del Perú,  la misma frase la apreciamos en paredes, muros y cercos, escrita con grandes letras. Por cierto, en forma  muy destacada y vistosa, como para que no pase desapercibida a la vista de los viajeros y pobladores. No nos cabe la menor duda que el gasto realizado para difundir esta frase es a todas luces muy importantes, el cual seguramente ha sido asumido tanto por fondos privados y/o públicos. 

Al margen de esa inquietud financiera, la gran interrogante que tenemos millones de peruanos es,…si en verdad el Perú Avanza… el presidente Alan García podría decirnos ¿hacia adonde?... Porque a esta altura de su período gubernamental, los ciudadanos de a pie no conocemos cuál es su Visión de futuro, ni tampoco recordamos que nos haya mostrado un plan de desarrollo nacional que sea inclusivo y que involucre en verdad a todos los peruanos.

 

Por tal motivo, a pesar de los  ingentes recursos con que cuenta el gobierno,  este no ha sido capaz de solucionar los urgentes problemas nacionales, ni mucho menos sentar las bases para consolidar políticas de Estado a largo plazo que permitan atender y/o  mejorar sectores tan importantes como los de  la educación y la salud.

 

En el primer caso, el gobierno ha olvidado que la educación constituye la base del desarrollo productivo y humano de nuestro país. Sin embargo el sistema carece de recursos humanos y financieros para garantizar su calidad en los niveles básico, técnico y universitario. Y es bien sabido que los docentes en general están  empobrecidos y  amenazados por una crisis económica y moral.

 

Por otro lado, no hay incentivos para fomentar Ciencia y  Tecnología que genere una cultura orientada hacia la innovación y la creatividad. Tan es así que la infraestructura educativa en edificios y laboratorios, de colegios y universidades estatales -por citar unos ejemplos- lucen lamentablemente en visible estado de  abandono.

 

Con respecto al sector salud, la situación tampoco no es de lo mejor.  Se deja ver ahí un sistema desarticulado y carente de  liderazgo, cuya problemática no es abordada con la seriedad que le corresponde: es por este motivo que no se esté atendiendo -entre otros- la salud mental, a pesar de que de cada 100 peruanos 30 presentan problemas de este tipo.

 

Si seguimos repasando la situación del país, vemos además que existen  muchos pueblos no integrados al Perú formal y al mundo. Esto, dada la carencia de caminos y medios de comunicación. En cuanto a los primeros, constatamos que las carreteras de interés nacional están desatendidas, y de las vías de penetración ni que hablar. Notándose que no existe la intención de fomentar corredores económicos y turísticos interregionales.

 

Vemos también, en nuestras regiones naturales, que existen tierras sedientas y con ansias de dar sus frutos. Urge entonces desarrollar una política para “sembrar agua”; lo cual se ve seriamente afectado, por el  ineficaz cumplimiento de la política de concesiones mineras, que no toma en cuenta un ordenamiento territorial que respete las cuencas y  las reservas de los parques nacionales, la biodiversidad, la ecología y los pueblos nativos… y en general las actividades ganaderas y agrícolas.

 

Si analizamos el sector energético, vemos que también existe ahí incertidumbre en las políticas de Estado. Esto, se refleja en el mal manejo de  fuentes de energías no renovables como el gas y  la falta de inversiones para la  generación hidroeléctrica amenazada también por  los cambios climáticos.

 

También nos llama profundamente la atención que uno de los entes dinamizadores de la economía, que sirve de soporte del aparato productivo como son las  Pymes, esté muy desprotegido, al carecer estas de  apoyo tecnológico, capacitación, y acceso al crédito y  mercados. En cuanto a la política laboral, esta no se queda atrás. Con pena comprobamos que  sigue siendo la del “cholo barato” y en otros casos del “cholo regalado”: Asimismo,  los beneficios sociales de los trabajadores están ausentes. El empleo digno, parece un sueño para el pueblo: y los hechos nos demuestran que solo está orientado para ser alcanzada por una pequeña elite privilegiada.

 

Los procesos  de acometer la reforma del Estado y la consolidación de la descentralización son débiles. A diario vemos que la politización y burocratización de los programas sociales se ha acrecentado, y que sus beneficios no llegan a los más necesitados. De otro  lado, Instituciones como el Congreso de la República han acentuado su desprestigio; en  tanto en el Poder Judicial, la justicia -valga la redundancia- se ha quitado la venda de los ojos, y su balanza se inclina hacia los que tienen el poder. A ello se suma que  el sistema financiero no constituye el motor de las iniciativas privadas, ya que impone tasas de interés altas y prohibitivas.

 

En el campo político  vemos que, en adición a los problemas que las Regiones tienen, los que se deben muchas veces a la carencia de preparación en gestión pública, estas deben soportar la intromisión del Gobierno Central que pretende crear Súper Gobernadores con capacidad de manejar programas sociales… tarea que le corresponde realizar a los Presidentes Regionales.

 

En ese mismo orden de cosas, nuestra  política exterior necesita consolidarse, las fuerzas armadas y policiales requieren de urgente y prioritaria  modernización a fin de garantizar nuestra seguridad y el orden interno. Ya que hoy lamentablemente en lo que concierne la seguridad interna, todos somos testigos que esta siendo avasallada por el narcotráfico y la delincuencia. Urge revertir esta situación.

 

La lucha contra la corrupción, que hubiera merecido otro tratamiento, dada su importancia en la buena marcha del Estado, ha sido reducida a una pose y un gesto. Sino recordemos que para tal efecto, se creó la denominada  Oficina Nacional de Anticorrupción (ONA), la misma  que por su inanición terminó siendo desactivada. Otro tanto ocurrió con el tan mentado “Pacto Social” que se volatilizó sin pena ni gloria, ni mucho menos dejó rastro alguno.

Finalmente, debemos recordar que el presidente García en su primer gobierno  nos ofreció “un futuro diferente”, con los resultados ya conocidos. Por ese antecedente y  el escenario que nos ha  tocado  vivir, decir que el Perú avanza, nos preocupa muchísimo. Sostenemos por eso que de no mediar ninguna corrección a la forma como se está gobernando, podríamos dar un salto al vacío y entrar así en un peligroso proceso de   ingobernabilidad. Lo cual nos lleva afirmar que este gobierno, lejos de sustentar su gestión en la justicia, lo hace en la codicia… de allí que los conflictos sociales cada día se incrementan. El pueblo siente que solo están contentos los amigos del Presidente.

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