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Martes 23 de abril 2024   |   Contáctenos
REVISTA

LA LÓGICA DOMINANTE

Viejos Paradigmas en la Universidad peruana
De que el sistema universitario peruano ha colapsado, no cabe ninguna duda, pues todos estamos de acuerdo al respecto. Todos sabemos que el actual sistema debe ser transformado.
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LA LÓGICA DOMINANTE
De que el sistema universitario peruano ha colapsado, no cabe ninguna duda, pues todos estamos de acuerdo al respecto. Todos sabemos que el actual sistema debe ser transformado. Sabemos que urge hacer las reformas necesarias para que una institución tan importante como es la universidad cumpla con sus objetivos fundamentales que es el de formar profesionales capaces, convirtiéndose al mismo tiempo en el centro de investigación y desarrollo de proyectos cuyos efectos se hagan sentir positivamente en la comunidad.
 
Urge pues que el sistema universitario se convierta en el adalid de la ciencia y tecnología que hoy necesita consolidar el país, a fin de proyectar desde ahí un plan de desarrollo nacional. Lo que equivale a decir que la ciencia y la tecnología deben convertirse en la actividad transversal de las diversas actividades económicas y productivas que se desarrollan en nuestra sociedad.
 
Por estas razones es que casi siempre dos preguntas fundamentales son las que nos planteamos a propósito de las universidades en nuestro país. A saber, la razón por la que en nuestra sociedad es tan difícil transformar a estos centros del saber; y la que concierne al hecho de por qué, a pesar de que desde las universidades se observa la transformación que se da en la sociedad, les cuesta tanto a estas  actuar y participar en estos procesos de cambio.
 
Para responder a estas interrogantes, quizás resulte pertinente referirse al concepto que se conoce como la lógica dominante: "La forma en la que los directivos entienden el negocio y toman sus decisiones básicas sobre la asignación de recursos" (Prahalad y Bettis, 1986: 490). Pues, "la lógica dominante se forma mediante esquemas de participación, mapas cognitivos o esquemas mentales que fueron determinados por las experiencias previas de los directivos". A esto habría que añadirle, nos dicen los autores, la "estructura de creencias" y los "marcos de referencia", pues constituyen aspectos sustanciales a la lógica dominante.
 
Esquemáticamente, prosiguen, se ve que la lógica dominante como un filtro de información tendría la forma de un embudo. Esto es útil, pues la atención de la organización se centra sólo sobre datos que se juzgan relevantes por la lógica dominante, mientras que los demás datos son ignorados. Los datos relevantes son filtrados por la lógica dominante, al igual que lo hacen los procedimientos analíticos que los directivos usan para ayudar al desarrollo de la estrategia. Estos datos filtrados se incorporan a la estrategia, sistemas, valores, las expectativas y el refuerzo del comportamiento de la organización.
 
Analizando desde esta perspectiva nuestro sistema universitario, podríamos decir que hay aspectos fundamentales que se deben transformar. En primer lugar, el concerniente a la administración estratégica del recurso humano: Al respecto se debe tener en cuenta la planificación, reclutamiento, selección, socialización, capacitación y desarrollo, así como la evaluación y desempeño, al igual que las transferencias, promociones o despidos. En la actualidad, en lo que concierne  a estos aspectos no se manejan criterios técnicos.
 
En segundo lugar, lo que respecta al plan de inversiones, que debe de tener un impacto en el crecimiento de la infraestructura física, académica y cultural del centro de saber. En tercer lugar, en lo que concierne al proceso de investigación, urge desarrollar una actividad profesional seria orientada a optimizar esta actividad. En cuarto lugar, una mejora sustantiva en el proceso de selección de alumnos, así como en el que concierne a la generación de recursos propios y fuentes de financiamiento y el que tiene que ver con el de la acreditación de las escuelas profesionales.
 
También resulta fundamental entender que en el proceso administrativo que se lleva a cabo en la universidad se encuentra el aspecto académico, la investigación y el propiamente administrativo: Ya que resulta necesario consolidar la actividad administrativa que se realiza a fin de darle a las diferentes autoridades, tales como rectores, decanos y directores, una formación en el campo de la administración en aras de que puedan realizar con éxito sus funciones.
 
Hay dos aspectos más que requieren especial atención. El primero concierne a la pobre interrelación que hay entre la universidad y la sociedad en nuestro país. Pocos proyectos son los que hay en la actualidad que se realicen a partir de una interrelación fructífera entre universidad y sociedad. Esta es una situación que hay que revertir. El segundo, los bajos niveles de remuneración obliga a los docentes universitarios a buscar otras fuentes de ingresos enseñando en varias universidades al mismo tiempo: Lo que va en desmedro de su necesaria actualización profesional.
 
A esta altura podemos decir que para plantear cambios sustanciales en la conducción estratégica de nuestras universidades definitivamente debemos empezar un proceso de desaprendizaje, a fin de dejar atrás viejas estrategias y actitudes que nos inducen a realizar actividades que resultan contraproducentes  para el desarrollo académico y administrativo. El aprendizaje y desaprendizaje pues forman parte de la necesidad de cambio que nos plantea la lógica dominante.
 
Así, el sistema universitario debe responder a una política de Estado, en la que el gobierno mantenga una actitud vigilante sobre la calidad educativa, el manejo adecuado de los recursos financieros y la capacidad de absorción de los profesionales por parte del mercado laboral, orientada al mimo tiempo a buscar una interrelación en el sistema educativo que logre integrar los diversos niveles de educación desde la básica hasta la universitaria, pasando por la secundaría y la técnica.  En ese sentido, la creación de nuevas universidades debe ser rigurosamente analizada, pues no se pueden crear más universidades cuando no existe capacidad para financiar su funcionamiento, cuando escasea el recurso docente que permita garantizar un nivel mínimo de calidad educativa.
 
Ya que hoy encontramos universidades públicas, privadas sin fines de lucro, al lado de las privadas con carácter de sociedad anónima. Encontramos diferentes niveles de calidad educativa, niveles de pensiones diametralmente desiguales. Donde el común denominador entre ellas es el desorden, graficado por el hecho de que las misma s carreras tienen diferentes planes de estudios, diversas exigencias académicas y, sobretodo, diferentes niveles de pensiones.

El sistema universitario peruano urgentemente necesita sacudirse de sus viejos dogmas, pensamientos y de su forma de hacer las cosas. Urge un cambio total, que a la vez sea espectacular y radical a fin de que la universidad peruana de convierta en una propulsora de la transformación de nuestra sociedad.

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