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REVISTA

DERECHOS HUMANOS Y DEMOCRACIA

Después de 60 años
El 10 de Diciembre de 1948 la Organización de las Naciones Unidas promulgó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A este momento trascendental en la historia de la humanidad, se le recuerda como el punto de quiebre en lo que concierne a la defensa de los derechos fundamentales de toda persona, ya que ante el mundo se instituía su estatus inalienable.
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DERECHOS HUMANOS Y DEMOCRACIA
Constituyó este momento el reconocimiento al esfuerzo que a lo largo de la historia desplegaron un sinnúmero de seres humanos que lucharon por impulsar esta noble causa, llegando al punto de ofrendar la vida por ella. Rindió  tributo también a gestas como la Revolución Francesa que instauró para la humanidad la triada compuesta por la igualdad, la fraternidad y la libertad.
 
Fue un acto de justicia para con la humanidad entera y, en particular, para con los grandes hombres que lideraron gestas enfrentándose a la injusticia, a todas las formas de opresión y, sobre todo, a las expresiones infrahumanas como el esclavismo, la intolerancia religiosa, la persecución política y el sentido equivocado de la existencia de una raza superior.
 
La defensa de los derechos humanos, no quepa duda por lo dicho, constituye en esta forma una de las más altas responsabilidades de las naciones, pues constituye la base de lo que se entiende hoy por calidad de vida. Todo gobierno tiene, por ende, la responsabilidad de hacer que la vida sea digna, elevando tal, para sus ciudadanos.
 
El gobierno peruano no constituye una excepción a esta noble regla. Nuestro gobierno que se reclama humanista debe situar, en esta forma, en el primer lugar de sus prioridades, el valor y la dignidad del pueblo peruano. Reafirmando en consecuencia su convicción de que el valor y la dignidad de todo ser humano es el fin primero y último de toda acción política.
 
Fundando al mismo tiempo su acción sobre el principio "autotélico", oponiéndose radicalmente a todo tipo de opresión, dictadura, explotación, racismo y discriminaciones entre los hombres, porque el respeto de los derechos humanos y el Estado democrático están íntimamente ligados. Ya que la coexistencia de ambos permite desarrollar un ambiente de paz y permanencia entre la colectividad en general.
 
Al hacer esto, establecerá las bases de la justicia para todos los peruanos. De ahí, el acceso a la tierra que sustenta, al techo que cobija, la libertad que ennoblece y la educación que libera son consecuencias naturales de estos principios. La dignidad de los hombres y mujeres se protege y se consolida erradicando  la exclusión social, forjando así una nación donde existan oportunidades para todos.
 
 
Afirmando esta aspiración, es necesario decir que en la sociedad peruana los más desprotegidos son los niños, las mujeres y los ancianos. Hacia ellos se deben  orientar los programas para garantizar un nivel de vida adecuado… a fin de liberar a las mujeres en las zonas rurales del gran peso de la carga familiar, de la desnutrición y del analfabetismo.
 
Confrontando los altos índices de mortalidad infantil, que condenan a muchos niños antes de nacer al sufrimiento: No cabe duda que defender los derechos humanos equivale a defender el principio antropocéntrico que, considerando al hombre como el inicio y fin de toda acción, está ligado al logro de la reducción de la pobreza y el analfabetismo, el respeto del medio ambiente y la vida en general.
 
Así, el gran reto que tenemos los peruanos es adquirir la capacidad de desarrollar una sociedad en la que podamos vivir en paz, respetándonos unos a otros, estableciendo un marco de diálogo y comunicación permanente, de tolerancia y respeto. Es importante que los peruanos aprendamos a reconocernos y a valorarnos a fin de poder consolidar la gobernabilidad en nuestro país.

De esta manera, las coaliciones que debemos propugnar deben basarse en los objetivos nacionales y los más sublimes ideales, tales como promover la justicia y la solidaridad, los que deben inspirarnos para dejar atrás la crisis que nos agobia. Respetarnos unos a otros nos llevará a construir una nación donde reine el amor que, aliado a la inteligencia, nos permitirá alcanzar la sabiduría…

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