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REVISTA

LA NOCHEVIEJA

De pavos y tradiciones llena la mesa está
No podríamos empezar de otro modo que hablando sobre quien acompaña casi todas nuestras cenas en las fiestas de fin de año. Su origen mexicano es bien sabido. Conocido como uexelot en lengua azteca, estuvo presente desde 1550 en el Viejo Mundo, pero no emergió de la nada. Llegó a España gracias a los evangelizadores de la Orden Jesuita. Desde noviembre en el Día de Acción de Gracias, hasta la Nochevieja, el pavo deleita las mesas del Perú y de muchos países de Europa y América.
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LA NOCHEVIEJA
Cuenta la tradición que Benjamín Franklin quería cambiar la imagen simbólica del águila calva en el escudo de Estados Unidos por la del pavo. Este intento, aunque pareciera descabellado, no resultaba incongruente ya que este fue el alimento básico de los primeros colonos ingleses que a bordo del Mayflower, desembarcaron en noviembre de 1620 en las costas de Massachusetts.
 
Hoy, varios siglos después, los últimos jueves de noviembre, en la Fiesta de Acción de Gracias, fecha especial para los norteamericanos, se reúnen las familias y preparan pavo relleno para compartir y dar gracias.
 
En la Navidad, fiesta católica por excelencia, hay regalos, saludos afectuosos, música y dependiendo de los lugares, también hay piñatas, fuegos artificiales, dulces, brindis, tradiciones, feriados, ofertas y por supuesto el consabido y obligado banquete o cena navideña.
 
Aquí, en el Perú desde hace dos siglos, las familias distinguidas, casi todas descendientes de españoles, optaban por elegir el pavo que consumirían en Navidad y lo llevaban consigo, para que, bajo su cuidado, se alimentara con nueces que lo mantendrían bien nutrido y aportarían un sabor peculiar a su carne.
 
El ultimo día del año, el 31 de diciembre, más que una cena en familia y en torno a la mesa, como en Navidad o Thanksgiving, ingerimos una serie de alimentos, bebidas o frutas, que nos invitan a tener ‘un mejor año’, ‘viajes incesantes’, ‘amor por doquier’, ‘trabajo y dinero en abundancia’ y otras tantas frases de buen augurio, en un orden de costumbres, tradiciones y supersticiones.
 
OTRA VEZ EL PAVO
 
En esta parte de la historia, queremos mencionar que el pavo, con su suave textura, desplazó a otras carnes que se consumían en la Europa del siglo XVI, como el faisán o el pavo real, y mejor aún, se ubicó como una de las carnes mas finas y de consumo exclusivo para las clases privilegiadas de ese entonces. Se cuenta, en este contexto, que en 1570 se hizo el primer banquete con pavo, para celebrar la boda del Rey Carlos IX de Francia.
 
Actualmente en Estados Unidos, elpavo va acompañado con un relleno hecho de pan de maíz y salvia. Se presenta tradicionalmente con una jalea o salsa de arándano rojo. Además suelen servirse, la batata dulce y el puré de patata con una salsa hecha del jugo del pavo, al igual que una variedad colorida de postres, siendo el pastel de calabaza el más popular junto con los de pecana y manzana. En México se prepara acompañado de una salsa de chocolate, deliciosa variante que enaltece su gastronomía.
 
EN LA ÚLTIMA NOCHE DEL AÑO
 
Junto a la llegada de un nuevo año, las expectativas forman parte de nuestras naturales necesidades: Nuevos propósitos, enmiendas, planes y proyectos, buenos deseos, ansias de éxito, entre otras cosas, se entremezclan y nos hacen común al resto de la humanidad.
 
Se dice en muchos hogares y obedeciendo a costumbres transmitidas de abuelos, a padres, a hijos y a nietos, que de la manera como se reciba el año venidero, es la misma manera en que uno vivirá el resto del año.
 
Siguiendo estos paganos preceptos y en nombre de continuar transmitiendo tradiciones, la cena forma parte de esa creencia; por ello prefieren destinarse para la cena de la Nochevieja, los mejores platillos, aunque estos extralimiten nuestros presupuestos, a fin de asegurar éxito y bonanza. Sin embargo, y aunque pareciera una contradicción, las humildes lentejas son plato obligado en este destellante menú. Ello, porque su presencia significa abundancia.
 
Y entre las frutas, las uvas son las abanderadas, doce de ellas –como los meses del año- bastan para, cual lotería, hacernos vislumbrar un futuro promisorio. Las más buscadas son las verdes, uvas Italia, las llaman aquí en el Perú, mientras que en el resto del mundo pueden variar sus colores y gustos característicos.
 
Lo cierto es que una de las cábalas mas difundidas en el mundo occidental cuelga de un racimo. Este es un hábito que surge en los años 20 cuando unos viñateros catalanes necesitaban desprenderse de un excedente de uvas de sus cosechas.
Alrededor del mundo, las fiestas de fin de año, congregan grandes cantidades de gente que, unidas a través de un mismo espacio geográfico, la televisión o los medios que hoy nos permiten la globalización, celebran sin escatimar esfuerzos, dinero, energías. Todos ellos, todos nosotros, adheridos a nuestras costumbres somos observadores o participantes, según sea el caso, del Thanksgiving, el Hanukkah, la Navidad, la Nochevieja y el Año Nuevo.
 
TRADICIONES CULINARIAS
 
Hasta este momento solo las lentejas, cocidas en nuestro plato, o crudas en nuestros bolsillos; las uvas, como parte de una superstición y el pavo como invitado central en la cena de fin de año han sido los alimentos mas mentados en nuestro relato. En algunos países, se suele repetir el pavo o el lechón del 24 de diciembre. Sin embargo, a diferencia de la Navidad en el mundo occidental, en el Año Nuevo, la cena no obedece a un patrón.
 
Por ejemplo, en Bolivia, la Picana, plato característico de la Nochebuena, una suerte de sopa de varias carnes, aromatizada con hierbas, bien provista de verduras y especias, a la que se agrega vino y en algunos casos peras y pasas, es –a gusto de la familia- repetida en la ultima cena del año. En Australia, Francia, Italia, España y gran parte de Europa, los platos forman parte de un suntuoso buffet, con turrón y helados incluidos.
 
Si bien es cierto que la celebración del Año Nuevo obedece a calendarios, creencias y religiones, la gran coincidencia entre el hemisferio norte y sur, la cultura oriental u occidental, o los hijos de Yahveh, Buda, Alá u otro dios; es que hay un derroche de alegría, cargado de esperanza y buenos deseos.
 
Como en el Año Nuevo Chino, que se celebra entre el 21 de enero y el 21 de febrero, sin fecha definida, en el cual se sirven 10 platos durante 15 días de celebración y en donde la familia es lo más importante de la fiesta. O como en el caso de algunas ciudades de España en el que se regala tres avellanas a un ser querido, para la salud y la buena fortuna. El secreto está en guardarlas durante todo el año.
 
O la celebración del Año Nuevo Judío, el 12 de setiembre, en el que se comen alimentos que reflejen dulzura y abundancia como pan y manzana remojados en miel. Además de compartir cabeza de pescado, granadas y zanahorias. Y… ¿Por qué no mencionar el Año Nuevo Indígena? en el que se celebraba la abundancia y la fertilidad en la tercera semana de junio, bebiendo chicha de maíz y ofreciéndosela a la tierra.
 
Es así, que descorchando una botella de champagne, si las condiciones lo permiten, comiendo o compartiendo la buena suerte a partir de frutas o lentejas, llenando la mesa de postres, pasas y pecanas. O sencillamente saboreando el más cálido de los besos, despilfarrando abrazos o regalando nuestros mejores deseos por doquier, le damos la bienvenida al 2009 augurando que la tierra y el mar nos sigan regalando a manos llenas sus frutos.

Que quienes habitamos este mundo, no solo aprovechemos estos dones sino que tengamos la capacidad de compartirlos con los que menos tienen y que multipliquemos las bendiciones que sin nosotros merecerlas, a diario recibimos. Un buen año para todos.

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