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AREQUIPA PARA EL MUNDO

Mucho más que rocoto…
Bellas construcciones en sillar que reflejan la hermosura de lo que manos peruanas pueden hacer para cautivar a sus visitantes, exquisitos platos que convierten a su gastronomía en una de las más representativas y exquisitas del país, junto a un sinnúmero de atractivos naturales, convierten a la Ciudad Blanca en un lugar de obligada parada… Acompáñenos a descubrir sus encantos…
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AREQUIPA PARA EL MUNDO
Aunque el Misti ya no luce aquella copa de nieve que lo hizo famoso y quedó perennizada en las postales que recorren el mundo, Arequipa –cuna del volcán más popular de nuestro país– guarda un sinnúmero de atractivos que no solo encandilan a los peruanos sino también a visitantes extranjeros. Y es que no en vano es considerado uno de los principales atractivos turísticos, después de Cuzco y Lima.
 
Ubicada a poco más de 14 horas de nuestra capital, la inconfundible Ciudad Blanca, presenta una geografía variada, que se inicia en el desierto costero y concluye en los Andes, alcanzando gran notoriedad en la altura y particularidad de sus volcanes, como el Misti (5,825 msnm), y sus nevados, como el Ampato (6,288 msnm) y el Chachani (6,075 msnm). Además de contar con dos de los cañones más profundos del mundo, el Cañón del Cotahuasi y el Cañón del Colca.
 
 
Según cuenta la historia, el nombre de Arequipa se encuentra unido a una vieja leyenda. Y es que en una oportunidad, el Inca Mayta Cápac pasaba con sus soldados por estas tierras y decidió acampar, pero al dar la orden de partir, algunos de sus hombres le solicitaron quedarse, a lo que el Inca respondió, en quechua, ‘Ari quepay’, que significaba ‘Sí, quedaos’, vocablo que derivó en lo que hoy es el nombre de esta ciudad: Arequipa.
 
LOS ENCANTOS DEL SILLAR
 
Conocida como la Ciudad Blanca por sus hermosos muros blancos de sillar, una piedra de origen volcánico, su Plaza de Armas y sus alrededores, declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco hace ocho años, guardan entre sus confines templos y casonas coloniales de estilo barroco mestizo, así como el Monasterio de Santa Catalina, una ciudad española en miniatura, con callejuelas de piedra, hermosos patios y plazas.
 
Rodeada de portales elaborados con granito y con bóvedas de ladrillo y cal, la Plaza de Armas ‘characata’, que durante el día está abarrotada de palomas, luce una fuente de bronce, en cuya cima se erige la figura de ‘Tuturutu’, un soldado que en el siglo XVI se encargaba de dar a conocer las novedades en el pueblo.
 
 
Pero, uno de los principales atractivos del corazón de la ciudad, es sin lugar a dudas la Catedral, cuya belleza se puede apreciar en toda su magnitud desde cualquiera de los tres frentes que rodean la Plaza de Armas. Considerada uno de los primeros monumentos religiosos del siglo XVII, su principal atractivo recae en el material que se utilizó para su construcción: el sillar. Y aunque fue seriamente afectada por el terremoto del 2001, permanece en pie esperando a que nuevos visitantes caigan rendidos a sus pies.
 
BELLEZA NATURAL
 
Considerada la segunda ciudad más importante del país, los encantos de Arequipa no se circunscriben a bellas construcciones que necesitaron de la intervención de la mano del hombre; dos de los cañones más profundos del mundo forman parte del lugar que vio nacer a hijos tan ilustres como Mario Vargas Llosa o Hernando de Soto.
 
Adentrándonos hacia el extremo nororiental de la ciudad, a poco más de tres horas en auto, ubicamos uno de sus más imponentes e impresionantes atractivos: el Valle del Colca, que bajo la confluencia de los ríos Colca y Andamayo, tiene en el volcán Ampato (6,288 msnm) a su punto más elevado.
 
La profundidad del Colca es de aproximadamente 3,430 metros y su belleza se extiende sobre un terreno de 100 kilómetros de largo. Poseedores de una gran diversidad de flora y fauna, desde este valle resulta fácil divisar a uno de los animales más representativos del lugar: el cóndor, que junto al cernícalo, al halcón peregrino y a la perdiz serrana completan el coro de aves que adornan el impresionante cielo azul de esta parte del sur peruano.
 
Pero, muy a pesar de lo que este valle nos puede ofrecer, el Cañón del Cotahuasi, con una profundidad de 3,535 metros, se convierte en el más profundo del mundo, superando al Gran Cañón del Colorado, en Estados Unidos.
 
A PEDIR DE BOCA
 
Y si de sellar con broche de oro su viaje se trata, nada mejor que complacer a su paladar. Para ello, la cocina arequipeña –una de las más variadas del país– no dudará en mostrar toda su artillería para complacer al más exigente de los comensales.
 
Desde los chupes, que se sirven según el día de la semana, hasta el tradicional adobo arequipeño, pasando por la exquisita ocopa, el escribano, el pebre o el sango, con el rocoto relleno (Gener@cción, Edición 77) como corolario, la gastronomía de esta parte del Perú se convierte en la principal demostración de lo que manos peruanas pueden hacer para cautivar a quien visite nuestro país.

Así las cosas, Arequipa tiene todo lo que el turista –nacional o extranjero– añora encontrar: construcciones sin igual, belleza natural y platos a pedir de boca… Solo es cuestión de que su próximo viaje tenga a la Ciudad Blanca como parte de su itinerario… ‘Ari quepay’ lo espera…

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