Pablo, por tanto, no es un improvisado. Es un periodista de vocación y oficio. Tal vez por eso es que ha preferido la entrega de los 86 audios que involucran a jerarcas del gobierno de Alan García en probables delitos de corrupción y su difusión masiva a través de su publicación en Internet, antes que ser parte de la complicidad que se enmascara en el silencio so pretexto de cuidar la gobernabilidad.
Porque ¿qué tipo de gobernabilidad busca este gobierno?, ¿la que nace de los negocios oscuros y la corrupción de cuello blanco? El actual gobierno está haciendo todos los esfuerzos para batir sus propias marcas de gran corrupción logradas durante la primera gestión de Alan García.
Los nuevos audios son muy reveladores. Muestran diálogos de prebendas, regalos, licitaciones, citas, que configuran una red de corrupción que ha coronado varios faenones, que si no es en este gobierno, se tendrán que investigar y sancionar a fondo en el próximo, tal y como han mencionado diversos líderes de la oposición.
Gracias a Alan García el país está una vez más envuelto en las tinieblas de la oportunidad perdida. A pesar de haber tenido dinero, comprensión de los medios, apoyo empresarial y una oposición de baja intensidad, el presidente García no ha emprendido ni una reforma de fondo.
Más bien ha destruido la institucionalidad reemplazando las organizaciones públicas con visitas de empresarios a Palacio de Gobierno so pretexto de buscar inversión. Lo único que se ha logrado es que retorne la pobreza, la corrupción y la desinstitucionalización y cómo no, el faenón como expresión del éxito en los negocios que se forjan en la fritura del aceite de la corrupción.
Pablo O´Brien ha logrado en ese sentido quebrar la entraña hipócrita de un gobierno que quería, a como de lugar, que se impida, la difusión de estos audios, de allí los proyectos de ley que buscaban destruir la libertad de prensa y expresión.
Felicitaciones a Pablo O´Brien que ha demostrado que en nuestro país aún hay periodistas que entienden su misión y se desenvuelven al margen de las presiones del poder.