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Jueves 28 de marzo 2024   |   Contáctenos
REVISTA

UNIDOS POR EL SOL Y LA ARENA

Huanchaco y Trujillo
Con el sello de Ciudad de la Eterna Primavera sobre sus espaldas, Trujillo se ha consagrado como uno de los destinos favoritos de miles de veraneantes que han encontrado en Huanchaco un rincón para disfrutar del sol.
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UNIDOS POR EL SOL Y LA ARENA
El reloj marca las seis de la tarde y el característico celeste del cielo trujillano comienza a adquirir intensos matices rojos y naranjas que convierten a los atardeceres de esta ciudad en uno de los más impresionantes de todo el litoral peruano, lo que aunado a la placentera calma que por esas horas reina en uno de los balnearios más importantes del norte del país, convierten a la capital de La Libertad en un privilegiado destino para estos días de verano.
 
Y es que las paradisíacas aguas de Huanchaco y la fama que esta ciudad norteña ha adquirido gracias a su tradicional vínculo con la primavera y la marinera, convierten a Trujillo en un obligado punto de visita para quienes por estos días buscan refugio entre el sor, el mar y la arena.
 
A escasos 15 minutos de la Ciudad de la Eterna Primavera, este importante balneario liberteño, no solo cautiva a los visitantes con su impresionante puesta de sol, sino que las decenas de caballitos de totora que inundan sus aguas y sus orillas, terminan por engalanar la vista de quien haya recalado por esta parte de la costa peruana.
 
HOMBRES DE MAR
 
Es un antiguo pueblo de pescadores, donde sus hombres se hacen a la mar sumergidos en estas peculiares embarcaciones que, construidas con tallos y hojas de totora, fueron usadas por los Moche y los Chimú, al punto que quedaron perennizados en sus cerámicas y en las paredes de uno de sus atractivos turísticos más importantes: Chan Chan.
 
Ligado a la pesca desde tiempos ancestrales, Huanchaco fue un puerto que durante la época colonial perdió su importancia, exactamente tras la fundación del puerto de Salaverry, allá por el año 1870; pero fue recuperándola de a pocos, al punto que el puente de más de 100 metros construido en 1891 se conserva hasta ahora y es uno de los principales atractivos del balneario.
 
Un balneario donde nuestros ojos no solo se deleitarán viendo como los hombres de mar navegan y pescan en caballitos de totora, sino que también resulta preciso disfrutar de un incomparable día de playa con un mar que se calienta gracias a los intensos rayos solares que caen sobre sus no tan calmas aguas, convertidas en el refugio perfecto para centenares de surfistas que han logrado domar a sus olas.
 
MÁS QUE PLAYA Y ARENA
 
Pero los encantos de Huanchaco, la playa más concurrida de Trujillo, van más allá y sobre lo alto de la colina, desde donde se obtiene una impresionante vista del balneario, se encuentra el Templo de la Virgen del Perpetuo Socorro, que hoy luce inconfundibles paredes amarillas.
 
Cuenta la historia que  este templo fue construido sobre una huaca Chimú y en entre sus paredes conserva como fiel tesoro la escultura de la Virgen de la Candelaria del Socorro, que llegó a Huanchaco el 2 de febrero de 1537 tras ser obsequiada  por el Rey Carlos V.
 
Y si de comer se trata, este balneario se ha convertido en el lugar ideal para los amantes  de la comida marina. Aquí, numerosos restaurantes ubicados frente al mar ofrecen deliciosos platos, preparados con pescados y mariscos recién salidos del mar.
 
Así, si se le antoja disfrutar de un placentero descanso, peculiares hoteles acogen a quienes tras un día de intenso sol, optan disfrutar de una placentera noche, y junto al sonido de las olas y la brisa marina, terminará entregándose a los brazos de Morfeo.
 
MÁS ENCANTOS PRIMAVERALES
 
Y como los encantos de Trujillo no se circunscriben solo a lo que Huanchaco ofrece a los veraneantes, el centro de ciudad es una interesante opción para adentrarse en la historia del lugar y de nuestro país.
 
Bien conservadas casonas, con históricas fachadas pintadas en azules, amarillos, granates y naranjas que permanecen en pie siendo mudos testigos del paso de los años y rodean su Plaza de Armas, que luce flanqueada por viejas e impresionantes palmeras.
 
Pero, es su Catedral –con inconfundibles paredes amarillas matizadas con el blanco de sus orlas– la que se roba la atención de los visitantes. Sus dos asombrosas cúpulas, una con una campana y la otra con un tradicional reloj, no tardan en llamar la atención de quien recorre las tradicionales calles trujillanas, sin contar las extraordinarias manifestaciones artísticas que en pan de oro adornan el interior del templo.

Calles que están a la espera de más visitantes, pues existen innumerables razones y pocos pretextos para no visitar Trujillo, y mucho menos para no darse un chapuzón en las aguas de Huanchaco… La Ciudad de la Eterna Primavera lo espera...

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