Como una fotografía extraída de una bella postal, así es la imponente imagen de Colán, hermoso balneario piurano ubicado a más de 70 kilómetros de la calurosa y variopinta cuna del tondero, desde donde partimos rumbo a uno de los refugios preferidos por los amantes de esa mágica combinación de arena, sol y mar.
Para acceder a tan paradisíaco lugar es necesario viajar durante una hora camino a la provincia pesquera de Paita. Desde ahí, escasos 15 minutos son más que suficientes para divisar la playa, que desde muy tempranas horas de la mañana goza de la presencia de majestuosos rayos solares.
Rodeada de inmensas palmeras, que se mueven al ritmo de una perfecta brisa marina que deja sentir el aleteo de traviesas gaviotas que revolotean a nuestro alrededor, resulta imposible no rendirse ante los encantos que más de un amante del verano ha encontrado en Colán, famosa por albergar uno de los primeros santuarios construidos por los españoles en América del Sur: la Iglesia San Lucas, cuya estructura inicial data del siglo XVI, se encargará de darle una cálida bienvenida a su ingreso hacia la ribera.
PLACENTERO DESCANSO
Con una adecuada infraestructura hotelera, propia de los mejores balnearios, esta playa norteña se ha convertido en uno de los lugares preferidos por turistas nacionales y extranjeros, que encuentran un sinnúmero de razones para quedarse unos días por el lugar.
Basta un pequeño recorrido por los alrededores y sus calles de arena para comprobar que hoteles, bungalows y otros tipos de hospedajes son propicios para un placentero descanso.
Y así como resulta fácil encontrar un buen lugar para el descanso, también hallará los mejores restaurantes turísticos y 'guariques' para disfrutar de la deliciosa gastronomía piurana. Ceviches, tiraditos y chupes con pescados y mariscos recién salidos del mar junto a los tradicionales tamalitos verdes, forman parte de la variopinta carta que se ofrece en locales como La Macaria, uno de los más reconocidos y populares de la zona.
Pero más allá de su cautivante culinaria y de los atractivos de sus alrededores, Colán posee un mar perfecto, ideal para la práctica de diversos deportes acuáticos. Por lo que los amantes del windsurf y de la motonáutica han encontrado en las incomparables olas de esta playa al compañero ideal de sus aventuras, a donde llegan a perfeccionar la práctica de su pasatiempo favorito.
Así, entre el brillo de los últimos rayos solares de la tarde, que se resisten a desaparecer pero que otorgan un color especial a la tarde, dejamos atrás la belleza particular de uno de los balnearios preferidos por miles de veraneantes que no tienen que esperar la llegada de la estación más calurosa del año para rendirse a sus encantos, pues casi como por capricho divino, aquí el verano no se detiene.
LA MAGIA DE YACILA
Lejos del encanto que ofrece Colán, el mirador de Paita -desde cuya ubicación se aprecia el esplendor de esta provincia pesquera en toda su dimensión- nos abre camino hacia otra de las playas más concurridas en una ciudad donde el sol parece detenerse: Yacila, una apacible caleta de pescadores que durante los meses de verano, básicamente, se convierte en un balneario de obligada visita para los turistas.
A 74 kilómetros de la ciudad, esta playa también se ubica en Paita, pero a diferencia de Colán, brinda a sus visitantes la alegría de sus carnavales en febrero, el mes más caluroso del año; pero también ofrece un paisaje de ensueño al encontrarse enmarcada entre cerros y rocas, por lo que posee particulares locaciones para la práctica de deportes extremos, como el rápel o la escalada en roca.
A lo que se suma el encanto de una hermosa duna de arena de 15 metros de altura, ideal para los aficionados al sandboarding, o las impresionantes olas tubulares para los practicantes del bodyboarder; además de un exclusivo muelle para la pesca deportiva y una playa en forma de media luna, perfecta para los paseos a media tarde, cuanto los últimos rayos de sol tiñen el lugar de un brillo especial.
Con seductores atractivos que pasan por enormes valles verdes rodeados de inmensos algarrobos y dóciles jumentos, hasta majestuosos y tropicales desiertos, aunados a un litoral rodeado de cálidas playas ideales para disfrutar de un placentero fin de semana, Piura se convierte en un importante y paradisíaco destino turístico.
Una ciudad que aunada al inconfundible sabor de su seco de chavelo, acompañado de un inigualable clarito recibe con los brazos abiertos y a ritmo de buen tondero a quienes se presten a visitarla...