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REVISTA

¿TODOS CONTRA TODOS O TODOS PARA UNO?

Plan VRAE
Continuando con el informe especial sobre el Programa de Desarrollo del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), Generacción pone a disposición de sus lectores la crónica de dos asambleas celebradas en la zona el miércoles 18 y el jueves 19 de febrero, en las que participaron autoridades civiles y militares, presidentes de Comités de Autodefensa, representantes de instituciones estatales y de programas sociales, entre otros.
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¿TODOS CONTRA TODOS O TODOS PARA UNO?

Se habla constantemente de la pobreza y la violencia que azotan la zona como consecuencia de la presencia de los remanentes de Sendero Luminoso y del narcotráfico (entre otras causas), pero una cosa es escuchar o leer acerca del tema y otra es ver los efectos de esta compleja problemática con los propios ojos.

 

La miseria salta ásperamente a la vista a aquellos que se internan por primera vez en el valle. Se la puede mirar directamente en los ojos de los niños que corren descalzos por las veredas de tierra, en el andar aburrido de los jóvenes, en los gestos cansados de los ancianos. La primera interrogante que da vueltas alrededor de la cabeza de uno, además de los mosquitos, es ¿esta gente podrá lograrlo?

 

PICHARI, BASE MILITAR

 

La institución que convocó las reuniones fue la oficina del Comisionado para la Paz y el Desarrollo de Ayacucho, encabezada por Marcial Capelletti Jáuregui, quien no pudo llegar a tiempo por encontrarse en Lima. Quien dirigió las reuniones fue el comisionado adjunto, el antropólogo Carlos Condori Castillo.

 

 

La primera reunión se llevó a cabo en la Base Militar de Pichari. Participaron los gobernadores de Pichari, Llochegua, Sivia, Kimbiri y San Francisco, y los tenientes coroneles EP Samuel Calle y Mauro Núñez en representación del general EP Ricardo Moncada Novoa, jefe de la recientemente creada Región Militar VRAE. Novoa asumió el cargo a principios de año tras la salida del general EP Raymundo Flores Cárdenas.

 

El primero en hacer uso de la palabra es Condori, un tipo afable pero de pocas palabras, que sin embargo se transforma rápidamente en un orador inspirado.

"Consideramos que aunque hay una voluntad política innegable por parte del gobierno central de fortalecer la presencia del Estado en el valle, y a pesar de que se ha logrado expulsar a los remanentes senderistas de Vizcatán, no se nota una integración de fuerzas para conseguir la victoria absoluta", dice.

 

"Este es un problema local", continúa. "Los gobernadores aquí presentes realizan una labor desarticulada. Los Comités de Autodefensa (CAD), igual, andan por su lado. Las comunidades nativas, al margen. Los cocaleros, ni se diga. Por eso la acción militar aparece como un hecho casi aislado. Por eso se habla de la militarización del VRAE".

 

La militarización del VRAE. Es la punta de lanza que empuñan los detractores para despotricar del plan. La zona se ha llenado de militares armados que atemorizan a la población, dicen. No se puede ocultar, en efecto, una cierta ausencia de liderazgo social.

 

Ante el retroceso de los gremios cocaleros, que años atrás ostentaban un poder de convocatoria que ahora han perdido, el Estado debería reafirmar su presencia. Se está empezando a hacer, pero de manera muy lenta.

 

"La carretera avanza a paso de tortuga", prosigue Condori. "La electrificación debió llegar en marzo del 2008, pero ni siquiera va a llegar en marzo del 2009. Hay voluntad política, pero no de todos los sectores. Las acciones cívicas ayudan bastante, pero no lo son todo".

 

Es cierto. Entregando bolsas de alimentos y mochilas llenas de cuadernos y lapiceros, arrancando las muelas dañadas a los pobladores y enseñándoles a lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, no se va a conseguir progresos significativos. Es un comienzo, pero solo eso.

 

El gobernador de Pichari, Hernán Tafur Navarro, ex presidente del Comité de Autodefensa de Kimbiri en los peores años de la violencia, y testigo y protagonista de decenas de enfrentamientos con los subversivos, levanta la mano. El gobernador de Sivia, Luis Guevara Ortega, quien hace las veces de moderador, le concede la palabra.

 

"Nosotros los gobernadores somos errantes porque no tenemos local propio", dice Tafur. "Tampoco se nos puede exigir mucho. No tenemos papel para la máquina de escribir. Ni qué decir de una computadora. Ganamos 853 soles mensuales como sueldo, pero la Gobernación no tiene presupuesto. Yo no tengo secretaria. He puesto a trabajar a mi sobrina y apenas le doy una propina".

 

El gobernador de Kimbiri, Eli Guevara Ortega, alza la mano. El moderador le cede la palabra. Guevara se dirige a Calle y a Núñez, que siguen la reunión muy atentos, con los fusiles sobre la mesa. "Las Fuerzas Armadas deben comunicar a las autoridades civiles cuando van a hacer una operación, porque muchas veces llegamos y ya están los militares metidos en la zona, sin avisar a nadie. Eso crea un conflicto con la población, que se resiente con ustedes y con nosotros".

 

Luego se dirige a mí, el único periodista en el lugar. "La prensa también debe ayudar. A veces dicen que todos en el VRAE somos narcotraficantes o terroristas, pero no es así. Este es un valle pacífico. Hay narcotraficantes y senderistas, pero no todos lo somos. Deben informar la verdad".

 

En ningún caso es recomendable hacer generalizaciones, sin duda. No obstante, en un rápido recorrido por el valle no es difícil ver los cultivos de coca frente a las casas y en algunos casos la hoja de coca ya arrancada secándose junto a la carretera, sobre plásticos de diez por diez metros.

 

El gobernador de Sivia lo entiende de la siguiente manera. "Así como existen miembros de los CAD que entran como infiltrados del narcotráfico y del senderismo, lo mismo sucede con gobernadores y tenientes gobernadores, que muchas veces no se sabe de qué lado están". ¿A quién le habrá caído el guante? Difícil saberlo, pero ninguno de los gobernadores se atrevió a mirarse a los ojos.

 

Núñez ensaya una explicación histórica. "Quizás tengamos que remontarnos unos años atrás. Cuando capturaron a Vaticano, la mitad de la población de Campanilla se fue a vivir a otro lado, pues vivían del dinero del narcotráfico".

 

Para Calle las cosas tampoco están del todo claras, aunque algo intuye. "La subversión y el narcotráfico tienen mil ojos y mil oídos y quizás sea cierto", sostiene, con voz estentórea, poniéndose de pie. "Quizás uno de los presentes acá en la reunión sea uno de esos ojos y oídos. No lo sabemos". Un silencio sinuoso y húmedo recorre el lugar como una serpiente.

 

MOLINA NO CAMINA

 

En Huamanga, antes de partir rumbo al VRAE, intenté comunicarme con el presidente regional de Ayacucho, Enrique Molina. Pero don Enrique no salió jamás de su oficina. Su secretaria me dijo que le era imposible atenderme puesto que se encontraba sumamente ocupado. Otra afirmación alrededor de la cual tampoco caben dudas es la que sostiene que don Enrique no hace absolutamente nada por el VRAE debido a que considera que el problema es del gobierno central y no de los gobiernos regionales.

 

Condori tiene algo que decir al respecto. "Los presidentes regionales de Ayacucho, Cusco y Junín sacaron un comunicado diciendo que el plan VRAE había fracasado y que ellos tenían un plan alternativo. Pero hasta la fecha no lo muestran. Solo se dedican a criticar y no ayudan en nada".

 

"El señor Molina brilla por su ausencia", secunda el gobernador de Sivia. "Jamás viene al VRAE. Seguramente tendrá miedo, porque nunca lo hemos visto. Sería bueno que saliera unos días de su escritorio y viniera a ver la realidad del valle".

¿Qué necesita el valle, en realidad? La lista es larga. Comisarías y personal policial que no sucumba ante los dólares del narcotráfico. Escuelas sólidamente construidas, debidamente equipadas y profesores bien pagados. Hospitales, centros de salud y postas con la infraestructura adecuada y médicos y enfermeras laborando en condiciones mínimas de higiene y salubridad.

 

También, asfaltado de pistas y carreteras para que los productos salgan del valle con rapidez y seguridad. Luz eléctrica que permita el ingreso de maquinaria agrícola y la industrialización de productos como el café y el cacao, entre otros. Agua potable y desagüe para que la gente no tenga que beber caca disuelta ni hacer sus necesidades fisiológicas en la chacra de donde salen los alimentos que comen.

 

Puestos de trabajo con sueldos decentes, seguro médico y vacaciones pagadas para que los pobladores comprueben que existen oportunidades de sobrevivir y mejorar su calidad de vida sin recurrir a la siembra de la hoja de coca.

 

"Además de todo eso, necesitamos una universidad o institutos de educación superior", completa el gobernador de Llochegua, Edgar Ricra Arrieta. "Más agencias del Banco de la Nación para realizar pagos y cobros, el ingreso masivo de los programas sociales, etc. El pueblo de Llochegua quiere cambios. Ya no hay mensajes tipo ‘coca o muerte’, como antes. Hay muchos que tienen su parcela de coca y quieren sembrar cacao y café, pero no tienen dinero para hacer los reemplazos".

 

EL DESCANSO DE LOS GUERREROS

 

Vitales en la guerra contra Sendero Luminoso en los 80 y 90, en la actualidad el trabajo de los Comités de Autodefensa es mínimo. Casi no cooperan con las Fuerzas Armadas, y si lo hacen es más por obligación que por convicción.

 

Conversando con algunos de ellos, la conclusión a la que se llega es que simplemente no quieren meterse en esta nueva guerra. ¿Por qué? Quizás algunos tengan puestos sus intereses en el narcotráfico, quizás estén cansados. Los más viejos dicen que ya cumplieron su ciclo y que ahora les toca a las Fuerzas Armadas.

"Los CAD se han transformado en un trampolín para obtener un crédito o para llegar a un puesto político", dispara Calle desde su sitio. "Otros son nada más que espías de los terrucos y de los narcos. No se puede confiar en ellos como antes".

 

Núñez interviene: "a veces los mismos CAD se hieren para decir que ha sido en un enfrentamiento contra terroristas, cobrar la indemnización y luego postular a un cargo político. Los CAD se han desvirtuado como organización".

 

El gobernador de San Francisco, Wilfredo Navarro, también pide la palabra. El moderador se la cede. Aunque todos quieren hablar, es notable constatar que no pierden la compostura ni el orden en ningún momento. "El terrorismo y el narcotráfico son problemas derivados de la pobreza. Hay gente que no tiene qué comer y eso la empuja a actividades ilícitas. Cuando los jóvenes terminan el colegio no tienen qué hacer, porque no hay universidad ni trabajo. ¿Qué opciones les quedan?"

 

El dinero del narcotráfico incluso hace caer en la tentación a los soldados casi adolescentes destacados a la zona, quienes muchas veces desertan por los 70 ú 80 soles diarios que les ofrecen por ‘trabajar’ como mochileros o sicarios. El experto manejo de armas, el relativo conocimiento de la zona y la información privilegiada que poseen de las costumbres al interior de las bases militares los convierten en una mano de obra muy requerida por los traficantes.

 

LAS SIETE PLAGAS

 

Edgar Ricra se pone de pie y enumera casi aburrido las problemáticas de su zona. "Llochegua tiene problemas de narcotráfico, subversión, seguridad, pobreza, analfabetismo, desnutrición infantil y enfermedades tropicales. Por ello vamos a pedir una audiencia a nuestro presidente Alan García, para que nos escuche".

 

No todo es negativo en el valle. Sivia ha conseguido, a través de su alcalde y su gobernador, la instalación de una comisaría distrital. Ambas autoridades firmaron un convenio con el señor Remigio Hernani, ex ministro del Interior, para instalar la delegación policial, que ya cuenta con local e infraestructura básica. El gobernador de Sivia espera que el cambio de ministro no frene esta obra.

 

Calle es uno de los últimos en hablar. "Lo más fácil es pedir, criticar, reclamar. Pero una autocrítica a veces nos cuesta demasiado. Tenemos una oportunidad histórica con el país. Cada uno debe hacer su trabajo lo mejor que pueda sin mezquindades".

 

La reunión se prolonga por varias horas. Al finalizar, Calle invita a los presentes a un almuerzo en un restaurante del distrito. Mientras los demás comemos, ocho soldados con sus fusiles en la mano resguardan cada una de las dos puertas del local. Otros almuerzan rápidamente con los cubiertos en una mano y las armas en la otra. Cuando estos terminan, hacen el relevo con los de afuera.

 

Mientras como el puré de papas con asado de carne que he pedido, le pregunto a Calle, sentado a mi izquierda, si existe realmente la posibilidad de un ataque. El teniente coronel, también con el fusil en la mano y cuatro granadas en el pecho, me contesta: "cualquier cosa puede suceder. Estamos en zona de emergencia, no lo olvides".

 

LLOCHEGUA, RESTAURANTE EL PARAÍSO

 

Para llegar a Llochegua se tiene que cruzar dos tramos del río Apurímac, primero en una canoa motorizada y luego en un pequeño bote llamado "pichuzo". El cielo luce completamente despejado, y el sol, que ha salido con fuerza, reverbera en las aguas turbias. César, un hombre de unos 60 años cuyos ojos pequeños reflejan haber visto mucho, conduce ambas embarcaciones ayudado por su nieto Martín, de 11, que observa fascinado mi cámara de fotos de la misma manera que yo miro maravillado su río, su selva.

 

La asamblea tiene lugar en el restaurante El Paraíso, frente a la plaza de tierra y pasto amarillo. Unos 15 soldados se apostan en las dos puertas del local con los fusiles en la mano, igual que el día anterior en Pichari. No es preciso repetirle la pregunta a Calle. Estamos en zona de emergencia. Cualquier cosa puede suceder.

 

A diferencia de la reunión del día anterior en la Base, donde éramos menos de 10 personas, a esta han asistido más de 40. Casi todas son autoridades, representantes de instituciones estatales y programas de ayuda social, miembros de CAD. También hay unos pocos pobladores.

 

Luego de unas palabras a modo de bienvenida por parte del gobernador de Sivia, habla Rodrigo Quispe Galarza, jefe zonal de Cofopri (Organismo de Formalización de la Propiedad Informal), que presenta un video que resume los trabajos realizados por la entidad.

 

"En el 2008 hemos hecho entrega de 4,775 títulos en todo Ayacucho", dice Quispe. "Este año se planea entregar más de 4,000 títulos en Kimbiri, Llochegua y Pichari. Lo que falta son agencias del Banco de la Nación para acelerar ciertos trámites." En la pared que hace las veces de pantalla, puede verse a Omar Quesada, director de Cofopri, haciendo entrega de los cartones y recibiendo como trueque toda clase de ponchos, sombreros y chales.

 

En una zona en donde impera la ley de la selva, en algunos casos los títulos de propiedad no solucionan nada, pues las invasiones de terrenos agrícolas son comunes. Sin embargo, cabe resaltar la llegada de programas estatales como Juntos, Avanza Perú, Crecer. Anteriormente, frente a la ausencia de programas como estos, quienes estaban más cerca de la población eran los subversivos y los narcotraficantes.

 

Precisamente, una de las entidades presentes en el VRAE es Devida (Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas). La doctora Gladys Pacheco Huamán, representante de Devida en Huamanga, empieza su breve exposición trayendo un saludo de Rómulo Pizarro desde Lima.

 

"Devida no promueve la erradicación de cultivos de coca", asevera. "Lo que promovemos es el desarrollo social. Para eso se ha creado el PIR (Plan de Impacto Rápido), que permite priorizar y financiar la ejecución de actividades y proyectos de emergencia. Devida invirtió en el 2008 la cantidad de 10 millones 479 mil soles. Hizo proyectos y obras con el Ministerio de la Mujer, como la prevención y detección del consumo de drogas en el círculo familiar".

 

¿REGIÓN VRAE?

 

Luego tomó la palabra Rafael Fernández, médico de la posta de San Francisco perteneciente a EsSalud. "La posta no tiene especialistas, enfermeros ni una ambulancia. En teoría, no merece existir, pues cuenta con solo 800 adscritos. Para que EsSalud mantenga funcionando una posta debe tener 1,000 adscritos. Pero San Francisco atiende además a Sivia, Llochegua y Kimbiri. En el papel tiene 800 adscritos, pero en la práctica van más de 5,000".

 

Quizás una solución sea la creación de la región VRAE para conseguir la construcción de un hospital regional. Un centro médico, por ley, debe contar con cinco médicos, tres enfermeros y dos ambulancias. Pero debe tener por lo menos 2,500 adscritos. Con 10 mil, se podría hacer el pedido para la construcción del hospital regional.

 

El problema surge cuando se discute la creación de la región VRAE. ¿Cuál sería la capital? ¿Dónde estaría ubicado este hospital? Sin embargo, si la posta de San Francisco no suma más adscritos, el hospital de Huamanga podría solicitar los pocos equipos con que cuenta, por ley.

 

Luego tomó la palabra la representante del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, Teresa González. "Nosotros estamos ocupados de impulsar la adopción de valores, prácticas y actitudes equitativas entre hombres y mujeres para garantizar el derecho a la no discriminación de las mujeres y la erradicación de la violencia familiar y sexual".

 

En el VRAE existe mucha violencia familiar y sexual. Esposos que maltratan física y psicológicamente a sus mujeres. Padres que violan a sus hijas. Hermanos que violan a sus hermanas. Ha dejado de ser cierto que dichas agresiones se produzcan cuando los victimarios están bajo la influencia del alcohol.

 

Después habló el representante de Senasa (Servicio Nacional de Sanidad Agraria), ingeniero agrícola Milton Flores Gutiérrez. "El VRAE es agrícola por excelencia. Nosotros contamos con un presupuesto anual de 80 mil soles, que no alcanza para que el Senasa llegue a las 350 comunidades existentes en la zona. Pero se hace lo que se puede".

 

Se hace lo que se puede. Es una de las respuestas más escuchadas en la zona. No hay recursos humanos, no hay dinero, la situación es muy difícil por lo abrupto de la geografía de la zona. Pero se hace lo que se puede. ¿Alcanzará?

 

MUNICIPALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

 

"Con la municipalización de la educación, que se va a dar a partir de este año, la situación de la educación va a mejorar", prevé el antropólogo Sixto Paz, del Concejo Educativo Municipal (CEM) de Kimbiri. "La ventaja será que los gobiernos locales diseñarán una educación de acuerdo a su realidad. Ahí puede estar la clave para impulsar la educación".

 

Después toma la palabra el alcalde de Llochegua, Pedro López Carbajal, con una declaración por lo menos sorprendente. "Todos somos personas, seamos terroristas, narcotraficantes, militares, autoridades o pobladores. No podemos discriminarnos. Los de Llochegua no somos todos terroristas o narcos. De 10 personas habrá tres nomás. Otra queja es por qué funcionan bares y prostíbulos en la zona, pero si expedimos las licencias de funcionamiento es porque son un mal necesario".

 

El profesor Lucio Velásquez, de la escuela Pedro Ruiz Gallo, de Llochegua, también tiene algo que decir. "Veo con preocupación cuando mis alumnos acaban su quinto de secundaria y luego están en primera plana en los diarios, capturados con tres kilos de coca. La necesidad es grande. Las oportunidades son pocas".

 

ZONA DE EMERGENCIA

 

Cuando se acaba la reunión a las 4 de la tarde, tras cinco horas interrumpidas, hay tiempo para un almuerzo. Los soldados se apostan del mismo modo que en el local de Pichari, en las dos puertas. La gente que pasa mira a los militares con desconfianza. Al término del almuerzo, Calle y sus hombres vadean la parte baja del río a pie, mojándose hasta la cintura. Los civiles vamos en los botes, mirando entre la maleza con aprensión.

 

Para cruzar la parte alta del río, Calle distribuye a su gente en dos canoas y me dice que lo mejor es que yo no vaya en la misma embarcación que ellos en previsión de posibles ataques. Ya sabía la respuesta. Zona de emergencia. Cualquier cosa puede suceder.
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COMENTARIOS
2 comentarios      
Yo entiendo que hay mucha gente que comenta este articulo, sin tener conocimiento del VRAE y obviamente por informes como este, una persona que no conoce el VRAE se imagina que efectivamente el VRAE es tierra de nadie, eso no es cierto. A ver que diga este el amigo que escribió este articulo si ah ocurrido un ataque o emboscada en la capital o cerca de ella en los últimos 10 años. lamentablemente los medios de comunicación satanizan al VRAE, y estigmatizan como la zona de terroistas y narcotraficantes....
25 de noviembre 2010
...Me refiero a la capital de uno de los distritos del VRAE. El VRAE siempre fue será y comprende los distritos de Pichari, Kimbiri, Sivia, Sta Rosa, Ayna San Francisco, LLochegua, Anco, Samugari recientemente creado. Ahora el gobierno con fines de intervención y justificar la militarización a incluido más disritos que obviamente están muy alejados del vrae, es otra cosa....
26 de noviembre 2010
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