PARQUE DE LAS LEYENDAS: ¿UN FUTURO INCIERTO?

El 19 de enero de 2007, el Jefe de Estado (sin consulta alguna) presentó una iniciativa legislativa, para transferirlo del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social a la Municipalidad Metropolitana de Lima, aprobada por el Congreso de la República mediante el proyecto de ley Nro.886/2006-PE y su conducción fue asumida, por la autoridad edil, el 19 de junio de 2007. Así empezó una era de incertidumbre y desconcierto.

Curiosamente, el sustento de la Oficina de Asesoría Jurídica de la Presidencia del Consejo de Ministros, para dicho traspaso señala, entre otros aspectos: "...la adscripción a la Municipalidad de Lima permitirá que esta le dedique más tiempo y recursos a las tareas de coordinación y supervisión de la gestión de aquella. De esta manera, se logrará un trabajo más eficiente para una mejor gestión y administración del Parque de Las Leyendas…".

Estas argumentaciones contienen visibles inconsistencias para justificar las razones políticas que motivaron su cambio de ubicación (nunca preguntaron sobre la solvencia de su gerencia) y que esperamos no coincidan con las improcedentes "ofertas" de influyentes consorcios peruanos y coreanos -que tuvieron favorables y auspiciosas recomendaciones de funcionarios del partido de gobierno y de altas esferas del Ejecutivo y Legislativo- interesados en invertir en sus zonas libres. Estas pretensiones, como fue demostrado y denunciado durante mi mandato, eran opuestas a sus funciones y objetivos.

No es la primera vez que el presidente Alan García Pérez adopta, sin contar con lúcidos elementos, una medida perjudicial para el Parque de Las Leyendas. En julio de 1990, a pocos días de culminar su primer período, no tuvo mejor idea que disponer de algunas de sus representativas áreas para supuestos fines sociales. Un insólito dispositivo, firmado por él, disponía entregar parte de sus terrenos a diversas entidades públicas. La intervención del Congreso de la República y, especialmente, del Dr. Javier Alva Orlandini detuvo esta sórdida intención.

Este parque es un lugar cultural, recreativo, educativo y conservacionista, así como un centro arqueológico, botánico, zoológico y de museos, constituido sobre el Complejo Arqueológico Maranga. Su relevancia no solo radica en el entretenimiento, sino en la creación de conciencia acerca del ambiente, la familiarización con la fauna silvestre en peligro de extinción, el análisis científico, la actividad turística y la conservación de especies; al brindar al visitante diversión y conocimiento. Estas consideraciones ameritan una autoridad autónoma que conduzca sus destinos (su patronato) y, por ello, esta Oficina Pública Descentralizada (OPD) debe mantenerse, desde nuestro punto de vista, en el ámbito del gobierno central como estuvo concebida desde 1964.

Además, sus características justifican que sea asignado al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y sus atribuciones, de carácter internacional, exceden las de la comuna limeña para dirigir un centro de recreación pasiva en donde el visitante admira la fauna, la flora y los más de 50 monumentos arqueológicos, en busca de momentos de esparcimiento, educación y cultura.

No se trata de un parque zonal (como los que tiene a su cargo el Servicio de Parque – Serpar) en el que se realizan actividades de recreación activa en el aspecto polideportivo, considerándolo como citadino. Al pertenecer al Poder Ejecutivo éste podría difundir, entre el público visitante, los programas, logros y acciones del ministerio al que perteneciera y de otros sectores estatales.

PLANES PARA MEJORAR

Un elemento trascendente a considerar, respecto de la pertinencia de pertenecer al Poder Ejecutivo, es la existencia de su Plan Maestro, diseñado por el experto norteamericano Robert Everly (1966) y actualizado durante la presidencia de Enrique Barreto Estrada (2004-2006), con la finalidad de precisar los aspectos que deben llevarse a cabo en sus 97 hectáreas.

Para lograr su implementación se requiere la cooperación internacional y, particularmente, de las empresas y organizaciones de los países de los continentes integrantes de la denominada Zona Internacional. Es decir, es el "documento orientador de los proyectos a ejecutarse dentro de las instalaciones de la entidad, los que contribuirán al desarrollo y optimización de los servicios que presta el Parque de Las Leyendas".

En mi tiempo la escasa lealtad y entrega de los funcionarios públicos de carrera frívolos y pusilánimes, que practicaron la política del "perro del hortelano", fue el constante obstáculo que enfrenté para llevar adelante el trabajo propuesto. Tuve que afrontar y combatir la indiferencia de los burócratas, sus silencios e hipócritas sumisiones, sus miedos y apatías, y todas aquellas negativas formas de comportamiento inherente a las oficinas estatales. No obstante, hice una tarea ajena a las habituales impertinencias partidarias y políticas, y en donde la ética fue nuestro marco general de inspiración.

De otra parte, la autoridad metropolitana se ha caracterizado por su censurable manejo económico y un conjunto, debidamente acreditado, de irregularidades que grafican la ausencia de eficiencia y transparencia. La improvisación, la conducta facciosa, una escasa capacidad de gestión y de voluntad para continuar la obra heredada, son los principales cuestionamientos que hago con la solvencia moral de haber efectuado una labor decente y eficiente.

Una muestra de ello es que al retirarme del parque dejamos como fondos disponibles 3.325.224.68 nuevos soles y un presupuesto perfectamente equilibrado. Asimismo, de enero a junio de 2007, existía un saldo favorable de 785.457 nuevos soles; de julio a diciembre de 2007, en cambio, había una diferencia en contra de 2.022.002.00 nuevos soles, además de haber disminuido el número de visitantes e incrementado sus gastos corrientes (la planilla, en particular). Es decir, la administración de Luis Castañeda Lossio ha producido la quiebra económica de esta institucional y, por lo cual, los publicitados proyectos que se están ejecutando (la laguna artificial y el felinario) se realizan con dineros del municipio capitalino.

Por tales razones, es pertinente que el Patronato del Parque de Las Leyendas – Felipe Benavides Barreda retorne al gobierno central para cumplir cabalmente con su misión y asegurar su admirable riqueza cultural y ecológica. Esperamos que el primer mandatario presente una propuesta de ley facilitando su reincorporación al Poder Ejecutivo. Esa sería una muestra oportuna de rectificación que bien podría darse en un gesto inusual de reconocimiento a una equivocada decisión tomada precipitadamente por quien lidera los destinos del país.

Por Wilfredo Pérez Ruiz