POR UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD

Es bueno recordar la importante participación que tiene el docente en el desarrollo social y en la formación moral y académica de los alumnos, razón por la cual no podemos dejar de reconocer el rol transformador del profesor en la vida de niños y jóvenes.

Como congresista es mi tarea propiciar una mejor sociedad, la misma que se vea expresada en convivencia sana y respeto mutuo, donde la práctica de los valores morales no sea una casualidad. El cambio de un país radica en la sociedad, y esta a su vez en las personas. Desde esta perspectiva, el cambio que el Perú necesita está precisamente en la niñez y juventud estudiosas.

Para lograr el objetivo, coincido con todos aquellos que consideran indispensable la formación de la persona basada en su desarrollo humano, y que el profesor es el agente fundamental en ese proceso de formación educativa. De ahí que la Ley de Carrera Pública Magisterial deba contribuir con la formación del peruano o peruana del mañana.

El educando que el Perú necesita debe ser capaz de desarrollarse íntegramente en todos los ámbitos del conocimiento humano moderno, formado en una ética moral con visión de futuro y vocación de servicio, y al mismo tiempo, desarrollarse en diversas actividades emprendedoras acorde con las transformaciones que trae consigo el proceso de globalización.

Pero, también urge que los profesores tengan un mejor nivel de vida y eso pasa por mejorar sus remuneraciones. De acuerdo con la nueva norma, los docentes nombrados podrán ganar entre S/. 1,243.92 y S/. 4,066.40. Sin embargo, no todo es color de rosa. Hay quienes creen que la norma solamente promueve la obtención de títulos o diplomas antes que el buen desempeño de los docentes.

Personalmente, creo que ambas cosas deben ir de la mano. Falta que la ley sea más difundida para que la mayor parte de docentes sepan los alcances de la misma. A esta situación se suman otras limitaciones que ya forman parte de la problemática magisterial. Si bien es cierto que los problemas del magisterio son casi comunes, también es real que cada departamento tiene sus matices.

En el caso de Piura, he sugerido que se conforme una Mesa de Diálogo Permanente entre el gobierno regional y el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación para evitar las paralizaciones que afectan la educación. Urge que el Estado garantice los derechos de los docentes contenidos en el Decreto Supremo N° 017-2007-ED.

También en Piura se requiere constituir espacios representativos que coadyuven a la búsqueda de acuerdos de consenso ante los problemas planteados por el magisterio,  referidas a dar cumplimiento del Decreto Supremo N° 019-2004-ED, sobre concurso público de selección de directores de las UGEL, transparencia en el concurso para contratos y nombramientos de docentes, cumplimientos de las normas de reasignación de docentes, pago de los subsidios por luto, tiempo de servicio, etc. La solución ahora está en manos del gobierno regional.

Por Rosa María Venegas Mello