García y Lula conocen lo fundamental que es completar la carretera interoceánica como proyecto de gran envergadura, vital para los intereses de Perú y Brasil. Estamos al final y en pocos meses el sueño se hará realidad y permitirá consolidar la asociación estratégica con este país fronterizo, con el cual hemos vivido casi de espaldas no obstante compartir la calidad de países amazónicos y aliados naturales con intereses nacionales convergentes y complementarios en esta área estratégica a nivel global, que es nuestra región.
La carretera interoceánica significa mucho para ambos países. A Brasil lo convertirá en país bioceánico que consolidará su hegemonía como potencia emergente en el bloque BRIC (Brasil, Rusia, China e India). A Perú lo convertirá en el puente natural en América del Sur para el comercio con la zona APEC que representa más del 60 por ciento del comercio mundial y lo impulsará a continuar con el crecimiento macro-económico que equivale a superar el subdesarrollo y la exclusión que aqueja a las grandes mayorías.
Significado para ambos mucho más importante en estos momentos de crisis global, pues demuestran que la vida de nuestras naciones continúa con una clara apuesta por el desarrollo sin dejarnos llevar por el pánico o la angustia de un futuro que los agoreros anuncian desastroso.
Esta nueva etapa para la carretera Interoceánica y la interrelación Perú-Brasil va más allá que un Tratado de Libre Comercio. Precisamente el plazo para la desgravación arancelaria entre Perú y Brasil, que era hasta el año 2019, será recortado a pedido del presidente peruano, hasta el 2009 o 2010.
Lula y García comparten muchos puntos de acercamiento además de una relación personal amical e ideológica pues son líderes que integran la Internacional Socialista. Ambos son integracionistas y desean concretar el enfoque geográfico que supone grandes obras de infraestructura para corregir las trabas de la naturaleza y hacer más fluido el transporte y el comercio reduciendo los costos.
Ambos buscan levantar la región y están conscientes que la nuestra es una de las pocas regiones del planeta que combina todos los recursos naturales estratégicos: Hidrocarburos, minerales, biodiversidad y agua.
Solo una profunda modificación de su geografía permitirá su integración real y su vinculación eficiente con los mercados globales. Y ello deberá ser producto de una conciencia propia de las elites del Sur, que ambos gobernantes bien representan, para buscar los beneficios que corresponderán a los sectores mejor insertados en el mercado internacional.