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LA PALABRA DE TRES POETAS

Milagros Martínez, Alessandra Tenorio y Lali García
Generacción se reunió con tres importantes poetas jóvenes peruanas que demuestran que la poesía también puede ser una manera divertida de transmitir emociones y comunicarnos.
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LA PALABRA DE TRES POETAS

Habitualmente se piensa que la poesía es un conjunto de palabras rebuscadas y figuras imposibles de entender, y que los poetas son una cofradía cerrada de seres extraños que van por la vida hablando en un idioma propio y que solo admiten a otros seres tan extraños como ellos mismos.

 

Uno se imagina a estos personajes con lentes gruesos y libros bajo el brazo, embutidos en sacones oscuros, desprovistos de todo atributo físico e incapaces de ocuparse de las actividades diarias que el resto de mortales practica con naturalidad, absortos como andan en las nubes.

 

Nada más alejado de la realidad. La poesía también puede ser entretenida y apta para todos, aun para aquellos que no mantengan un comercio regular con ella. Y algunos poetas son mucho más divertidos y menos herméticos de lo que se cree.

Para demostrarlo están estas tres poetas jóvenes y guapas que ejercen el arte que llevan en la sangre con una desenvoltura exenta de aspavientos y cursilerías y que además se dan tiempo para desarrollarse como mujeres y profesionales en tiempos en que ser mujer parece estar tan de moda.

 

Milagros Martínez Castellares estudió ciencias de la comunicación, profesión que actualmente ejerce como editora principal del Grupo Editorial Ambientalista (GEA), que publica revistas de pesca, minería y medio ambiente. Anteriormente se desempeñó como asistente de producción del programa de literatura Vano Oficio.

Para Milagros, la poesía es un destino. "Yo nunca escogí escribir poesía", dice, abriendo mucho los ojos grandes. "La poesía me escogió a mí. Elegí ser periodista, pero no ser poeta".

 

Milagros ha ganado premios literarios de las universidades San Martín, Ricardo Palma y Norbert Wienner. Ha colaborado, además, en revistas de literatura y recientemente en el libro homenaje que publicó el Centro Cultural de España a la poeta Nelly Fonseca. Este año publicará su primer libro, Síndrome de Estocolmo.  

A Lali le sucede de manera parecida. "La poesía es algo que llega a mí de una manera irremediable", afirma con su voz de niña. "A pesar de que he pasado algunas temporadas sin escribir poesía, siempre vuelvo a ella".

 

Lali García Almeyda es diseñadora gráfica. Tiene una pequeña empresa de diseño de lámparas a la que dedica buena parte de su tiempo. Ha publicado el poemario Hiperestesia (2008), tiene un blog en la página web de RPP llamado Mamacita Soltera en el que cuenta sus experiencias como madre de una hija de doce años y que espera editar próximamente como libro.

 

MEDIO DE EXPRESIÓN

 

Alessandra Tenorio Carranza estudió literatura, ha trabajado como promotora cultural en La Noche de Lima, donde organizaba presentaciones de libros, conciertos de música y diversas actividades culturales. Actualmente labora en el Centro Cultural de la Casona de San Marcos como responsable de Imagen Institucional y en la página cultural del diario La Primera. Tiene dos libros publicados: Porta Retrato (2005) y Casa de Zurdos (2009).

 

Para Alessandra, la poesía es un medio de expresión. "Empecé de niña leyendo poesía, no novelas ni cuentos", dice, con una sonrisa inocente e inquieta a la vez. "En mi vida siempre ha habido poesía. Recitaba poesía cuando estaba en el nido y cuando estaba en el colegio".

 

Lali empezó a escribir poesía a los trece años para el que terminó siendo el papá de su hija, cinco años más tarde. Milagros, en cambio, lo hizo apenas aprendió a escribir y leer, casi como una urgencia. "De niña viví con mi papá y mis abuelos en Chaclacayo", recuerda, con cierta melancolía. "Allí había un árbol al que solía trepar para estar sola. Mi primer poema lo escribí a ese árbol".

 

Alessandra empezó a escribir poesía cuando estaba en el colegio, a los seis años, en hojitas sueltas que su mamá guarda hasta ahora. "Mi primer poema fue a un pollito que tenía de niña", confiesa.

 

CUESTIÓN DE GÉNEROS

 

Cuando se habla de poesía, también se suele establecer una diferenciación entre poesía escrita por mujeres y poesía escrita por varones. Nadie parece ponerse de acuerdo al respecto. Sostienen que el arte carece de género y que por lo tanto hablar de poesía femenina y poesía masculina y hacer un distingo entre ambas es absurdo e irrelevante. Nuestras poetas lo tienen más claro.

 

"No sé si se pueda hablar de poesía femenina y masculina", dice Milagros, con voz decidida, "pero me gusta más escuchar un recital de mujeres. Hay una sensibilidad especial en la poesía escrita por mujeres que me llama la atención".

 

Lali opina lo mismo. "Aunque la división de géneros en poesía es algo forzada", dice, poniéndose seria repentinamente, "la sensibilidad de una mujer se siente en cualquier cosa que haga y esto se da también en la poesía. También me siento más identificada con la poesía escrita por mujeres".

 

Para Alessandra, en cambio, hay poesía que sí tiene marcas de género y hay poesía que no. "Un poema de Rocío Silva Santisteban, por ejemplo, se nota que ha sido escrito por una mujer", afirma, "pero en un poema de Blanca Varela la diferenciación no es tan notoria. El yo poético se diluye", explica.

 

Los poetas preferidos de Milagros son José Watanabe, Luis Hernández, Blanca Varela, Alejandra Pizarnik, sin olvidar a los ya clásicos Baudelaire, Mallarmé, Rimbaud, Verlaine. De las poetas actuales, Rocío Silva Santisteban y Rocío Castro.

A Lali le gusta Artaud, Emily Dickinson, Varela, Watanabe. Mientras que a Alessandra le gustan especialmente dos poetas rusas que no son muy conocidas pero de las que se siente cercana: Anna Ajmatova y Marian Svietaieva. Le gustan además Carmen Ollé, Giovanna Pollarollo, Alejandro Romualdo, Washington Delgado.

 

LA MOVIDA POÉTICA

 

Milagros asistía hasta hace unos años a todos los recitales de poesía que había en la ciudad, como organizadora, ponente u oyente. Dice que ahora no le interesa tanto ir.

 

"Podía escuchar a doce poetas por dos horas seguidas, pero ahora francamente me aburre", dice, sin nada de culpa. "Antes estaba muy pendiente de la movida poética, pero ahora ya no".

 

Lali, en cambio, ha estado siempre alejada de ese mundo. Su camino ha estado ligado al diseño. Tuvo una hija bastante joven y debió dedicarse a ella a tiempo completo.

 

"Mi relación con la poesía es más íntima, quizás debido a mi personalidad abstraída. No conozco la movida poética. Nunca la he conocido. Pienso que es bueno estar comunicado con el resto, pero también es bueno estar fuera. Estar solo. No me interesa estar metida en recitales y eso".

 

Para Alessandra, el mundo de la literatura es muy interesante, pero también muy competitivo. "Es fácil perder la perspectiva entre el trabajo poético y la imagen que uno quiere proyectar. Cuando uno empieza quiere estar en todos los recitales y festivales, y quizás se olvida de lo más importante: escribir. Antes que estar en un recital para mí es más interesante leer un libro de poesía o escribir poesía. Sin embargo, sé que hay una movida interesante. Se ha abierto espacio para mucha gente joven".

 

El primer libro que publicará Milagros, Síndrome de Estocolmo, es un gran poema dedicado a un chico. Para Lali, el otro sexo siempre es la musa. Alessandra, por su parte, afirma haber escrito poemas para un par de chicos, pero nunca le había dedicado un poema a ninguno en un libro, hasta que en Casa de Zurdos lo hizo con su actual novio.

 

Piensa, sin embargo, que jamás le dedicaría un libro a ningún hombre. "No se lo merecen", dice, con una sonrisa. Y las tres se mueren de risa.

 

GUSTOS DE POETA

 

Milagros escucha música de todo tipo, desde clásica hasta el Grupo Cinco. A Lali le encanta la música ochentera, Ten Thousand Maniacs esencialmente, y toda la música que la hace bailar los viernes en la noche en el Nébula. Alessandra, en cambio, se define como nada musical. Nunca escucha música.

 

Milagros disfruta tanto de El Tambor de Hojalata como de El Diario de Bridget Jones. Después de años, afirma haber llorado con El Niño del Pijama a Rayas. Lali prefiere el cine comercial. El Señor de los Anillos, Narnia, El Exorcismo de Emily Rose. Se declara fanática de series como Friends, Two and a half man, The Big Bang Theory. Alessandra se entretiene con las comedias románticas y frívolas y además le encantan las noticias policiales de El Trome.

 

En cuestión de comidas, Milagros prefiere el atún a la vizcaína, el pollo a la brasa de Pardo´s y el ceviche con chicarrón de calamar, pero más calamar que pescado. Lali prefiere el sushi, las ensaladas de todo tipo y el pan con mantequilla. Alessandra, las pastas y el huevo frito solo.

 

Sorprendentemente, a ninguna de las tres le place hacer ejercicios. Milagros salía a correr con su buena amiga Sandra, pero lo ha dejado. Lali siente que debería hacer ejercicios, pero le da flojera. Alessandra dice que en cualquier momento empieza, pero nunca hay tiempo.

 

Milagros tiene la manía de contar las calorías que come. Si el sábado se toma dos pisco sour, el domingo desayuna solo un jugo de papaya sin azúcar. Lali come sano, pero dice que no por vanidad sino porque tiene gastritis. Alessandra también está empezando a comer mejor, pero igualmente por salud y no por vanidad.

A Milagros, antes, cuando era más chica, le gustaba el invierno, pero ahora prefiere el verano, igual que a Lali, a quien le gusta ver entrar el sol por su ventana. Alessandra elige la primavera, pero solo porque su cumpleaños es en setiembre.

 

El trago favorito de Milagros es el pisco sour, desde antes de que se pusiera de moda, asegura. Antes prefería el vodka con jugo de naranja, pero ahora le cae mal. Lali escogería un whisky en las rocas, definitivamente. Alessandra, un chilcano de pisco. Su novio la está aficionando a la cerveza.

 

El postre preferido de las tres es cualquiera que tenga chocolate. Milagros es piscis. Lali es tauro. Alessandra es virgo.

 

Lali pinta murales para cuartos de niños. Milagros sacará un libro de cuentos para niños cuyo título tentativo es Arantza y Miranda en el jardín de chocolate. Las ilustraciones estarán a cargo de Lali. Alessandra organizará este año un festival de poesía escrita por mujeres con Milagros.

 

Al terminar la entrevista, las tres se quedan conversando en un idioma que efectivamente no entiendo. Es mi culpa. Me siento tonto. Debería haber aprendido que las mujeres siempre saben más que nosotros.
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