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SKIMMING, TECNOLOGÍA PARA DELINQUIR

Delincuentes informáticos al acecho de nuevas víctimas
Sofisticados equipos electrónicos y software especializado sirven para dar rienda suelta a la delincuencia, que ha encontrando en las tarjetas de créditos una suculenta forma de hacerse de dinero ajeno haciendo el mínimo esfuerzo, pero teniendo a la tecnología como su mejor aliado.
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SKIMMING, TECNOLOGÍA PARA DELINQUIR

Ni su fama en las canchas de fútbol, en el caso de Flavio Maestri, ni su ineludible vínculo con la televisión, en el caso de Raúl Tola, evitaron que ambos personajes fueran víctimas del Skimming, palabra que aunque suene rara para muchos, resulta de suma familiaridad y fácil identificación para avezados delincuentes, que han hecho de la tecnología su mejor herramienta para actuar al margen de la ley.

 

Varios meses atrás, ambos personajes -según el parte policial y en fechas distintas– aseguraban haber acudido a una exclusiva discoteca miraflorina, donde luego de cancelar sus consumos haciendo uso del "dinero plástico", sus respectivas tarjetas de crédito terminaron siendo clonadas. ¿Clonadas? Sí, como lo lee, al igual que la tierna y recordada ovejita Dolly.

 

El Defensor del Cliente Financiero (DCF) define al Skimming como una modalidad delictiva que consiste en la lectura no autorizada y en el almacenamiento de la información contenida en la banda magnética de las tarjetas bancarias, mediante la utilización de dispositivos electrónicos que brindan libre acceso a estos medios de pago.

 

De esta manera el Skimming ha pasado a formar parte del universo de delitos de alta tecnología, en los que para perpetrarlos se hace uso de sofisticados equipos electrónicos y software especializado para, como en el caso de ambos personajes, perjudicar a las víctimas realizando consumos fraudulentos, haciéndolos perder importantes sumas de dinero, con US$ 1,500 en el caso del periodista televisivo y con US$ 3,500 en el caso el futbolista.

 

 

NÚMEROS EN AUMENTO

 

Pero no han sido los únicos. Y es que al igual que ellos, decenas de personas aseguran haber sido víctimas de Skimming, por lo que los reclamos por consumos no reconocidos u operaciones no realizadas con tarjetas de créditos concentran el mayor número de denuncias, ya sea ante las mismas entidades bancarias, ante el DFC y ante el Indecopi.

 

Así, de un total de 395 reclamos provenientes de los clientes de bancos y financieras que llegaron a la oficina del DFC durante el primer trimestre del año, el 63.04 por ciento correspondió al uso de tarjetas de crédito, a lo que le siguen los reclamos relacionados a depósitos de ahorro (24.8%), créditos de consumo (3.29%) y cuentas corrientes (2.28%).

 

Precisamente, durante el periodo en mención, los principales motivos que impulsaron a los clientes a presentar su reclamo fueron las operaciones no reconocidas (56.2%), vinculadas –básicamente– al robo y posterior uso de la tarjeta por terceras personas, donde el Skimming, además de otros delitos informáticos o tecnológicos, se convirtieron en una de las principales razones.

 

No en vano, se observa un ligero incremento de las cifras, ya que en el 2005 el 53.1% (tres puntos menos de lo reportado a marzo último) de los reclamos dirigidos a tarjetas de crédito correspondía a operaciones que los clientes señalan no haber realizado (consumos no reconocidos), la mayoría de los cuales estuvo asociado al robo y posterior uso de la tarjeta por terceras personas, inclusive para disposiciones de efectivo a través de cajeros automáticos.

 

OJO CON EL CAMBIAZO

 

Además, tal como les sucedió a estas dos figuras públicas, el DFC sostiene que muchos clientes han sido sorprendidos por delincuentes en el momento que trataban de realizar una operación por cajero automático.

 

¿De qué manera? Siguiendo el mismo patrón, una persona desconocida se acerca al usuario que está a punto de realizar una transacción para ofrecerle su ayuda, argumentando que el cajero está fallando o que, probablemente, su tarjeta está sucia. En cuestión de segundos y sin que usted se percate, su tarjeta ha sido cambiada por otra y el delincuente se ha retirado con la suya.


No habiéndose percatado de lo sucedido, usted intentará realizar la operación en el cajero ingresando su ‘nueva’ tarjeta y su clave, pero el cajero se la retendrá y rechazará la transacción. A su lado, probablemente, una segunda persona la ha visto digitar su clave. Con su tarjeta y su clave secreta, en cuestión de minutos los delincuentes realizarán retiros de sus cuentas y sin que usted tenga la más mínima sospecha.

 

 

¿CÓMO SE HACE?

 

Para hacer efectivo el Skimming es suficiente emplear una microcámara inalámbrica alimentada con una pequeña batería, pero con conexión a una computadora portátil o hasta una lectora de bandas magnéticas.

 

Bajo la luz del día o la oscuridad de la noche, usando un disfraz de técnico de la entidad bancaria, el delincuente acomoda el dispositivo del Skimming en la ranura del lector de tarjetas o en cualquier parte difícilmente visible dentro del ámbito del cajero. Luego usará una cámara inalámbrica en miniatura –cuyo costo es de US$ 40 aproximadamente– para captar y grabar los datos de las tarjetas que serán insertadas por quienes suelen usar los cajeros automáticos.

 

Aunque también, como explica Jorge Machado, asesor tecnológico de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología (Divindat), puede insertar un lector de banda magnética especial con memoria RAM –cuyo costo oscila en US$ 300 como promedio– con salida a puerto USB y que reemplazará al original.

 

Con la indumentaria instalada, todo queda listo para operar. Solo es cuestión de esperar que un incauto cliente haga uso del cajero, para que en cuestión de segundos reproduzcan un duplicado (clonación) de su tarjeta de crédito y clave en mano (captada por la pequeña cámara) realicen consumos con ella.


CUIDADO CON LAS FIESTAS

 

Teniendo en cuenta que las tarjetas de crédito se han convertido en uno de los productos bancarios más utilizados por los usuarios del sistema financiero, al punto que de poco más de 3.6 millones de tarjetas de crédito activas bancarias y financieras que existían en el 2005, se ha pasado a 6.2 millones el año pasado, la oficina del DFC continúa mostrando preocupación por el peligro que encierran los delitos informáticos.

 

En ese sentido, y a pesar de considerar que este instrumento de pago reporta numerosos beneficios para los clientes en el manejo de sus finanzas personales, toda vez que reduce el riesgo de cargar efectivo y es un medio de pago ampliamente aceptado, esta dependencia considera que los usuarios deben mantenerse alertas ante esta y otras modalidades de estafa.

 

Sobre todo, en fechas cercanas a festividades especiales como Navidad, Año Nuevo, Fiestas Patrias, Día de la Madre, Día del Padre y Semana Santa, ya que –a decir de la DCF– durante estas épocas se incrementa el uso de diversos productos y servicios bancarios como las tarjetas, ocasiones que son aprovechadas por los delincuentes informáticos.

 

 

RECOMENDACIONES

 

Ante esta no tan nueva modalidad de estafa, el DCF recomienda:

 

- Cuando tenga que realizar un pago con su tarjeta de crédito y/o débito, no la pierda de vista hasta que le sea devuelta.

- Verifique que los dispositivos utilizados para realizar sus operaciones con la entidad financiera, sean los autorizados. Consulte con la entidad financiera que le otorgó su tarjeta de crédito y/o débito.

- No acepte la ayuda de nadie hasta que usted termine su transacción en el cajero, y por ninguna razón le entregue su tarjeta a otra persona.

- Cerciórese que nadie vea su clave al momento de digitarla en el tablero del cajero, para ello cubra con la otra mano el tablero.

- Después de efectuada la compra o el retiro por cajero, verifique que su tarjeta le sea devuelta y que efectivamente la que recibe sea la suya.

- Nunca suministre su clave secreta a nadie. Ninguna entidad financiera se la solicitará ni telefónica ni personalmente.
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