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REVISTA

LA ACTUALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO APRISTA

Valioso libro de Hugo García Salvattecci
EL Partido Aprista llegó al gobierno en dos oportunidades dentro de contextos mundiales totalmente diferentes. Si bien cuenta con la orientación inspiradora del pensamiento de Haya de la Torre hay mucho por repensar y adecuar para que el ideario aprista siga siendo el del partido del pueblo con acción liberadora, desarrollista y de justicia social en este tercer milenio.
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LA ACTUALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO APRISTA

Hugo García Salvattecci, filósofo aprista y reconocido académico con una vasta obra, asume la tarea en un libro de obligada lectura El Apra entre dos orillas. Ochenta años de Aprismo. Trabajo significativo que encierra una muy importante reflexión sobre el ideario del partido político más importante del Perú, que es además uno de los más influyentes del continente. Y lo hace colocando al Apra entre dos orillas totalmente opuestas: Marxismo y neoliberalismo.

 

Adelantándonos a este enfoque, coincidentes con García Salvattecci, en el 2004 publicamos La Utopía Factible, libro en el cual planteamos la construcción del centro ideológico que en el siglo XXI, toma lo mejor de las ideologías, de las llamadas de izquierda y derecha, buscando mayores grados de libertad, igualdad, justicia, bienestar y felicidad para la humanidad. A partir de ideas y valores se reconstruye la utopía que intenta transformar una realidad imperfecta, descartando lo inútil, dando forma a valores e ideales capaces de mejorar la existencia humana, reencontrando aquello que le ha permitido avanzar en una dirección de progreso.

 

Sabemos que en estos tiempos de desconcierto ideológico algunos hablan de democracia social, otros de socialismo democrático. Algunos del centro-izquierda, otros simplemente de izquierda. Lo importante es el debate en sí mismo, no las etiquetas. La construcción de una  izquierda ideológica y práctica que está en busca de su modernidad y su eficacia sin desmedro de los valores que intrínsecamente le corresponden.

 

Y es que estamos ante una revolución de profundo y gran simbolismo.  La de las conciencias que nos lleva al rescate de la democracia y la solidaridad. Colocar la política por encima del reduccionismo económico y dar forma al objetivo de regular el capital para salvarlo de sus propias redes destructivas. En un mundo globalizado que confronta ideas e ideales, opciones políticas y económicas, una cultura de la solidaridad, con los menos favorecidos o excluidos, toma forma.

 

García Salvattecci establece un marco para las transformaciones que han sufrido las teorías políticas, determinado por lo siguiente:

 

- La caída estrepitosa del sistema económico en los países socialistas, lo que propició la desaparición del sistema  político diseñado por Marx e instaurado por Lenin y Stalin.

- Los vertiginosos cambios que se vienen dando en la filosofía, la ciencia y la técnica, que han llevado a desconfiar de las ideologías tradicionales.

- La internacionalización o como ahora se le llama la globalización de la economía que se ha impuesto con toda la fuerza de lo irreversible y que ha dejado atrás todas las teorías sobre el imperialismo.

- La hegemonía prácticamente solitaria de una potencia mundial que quiere imponer a toda la humanidad cuando no sus intereses, sus criterios de verdad y su modelo de vida. El carácter prepotente de dicha hegemonía ha quedado patentizado en lo sucedido en Iraq y el peligro que dicha experiencia pueda repetirse en Irán o en otros países.

- La revolución de los sistemas de comunicación que, como ya lo había vislumbrado Jaspers, permite que por primera vez en la humanidad se pueda hablar de de una historia auténticamente universal.

- El incremento mundial de los índices de desempleo y pobreza que el Papa Juan Pablo II denominó las grandes lacras de la época contemporánea.

- La desconfianza frente a los partidos políticos tradicionales y el desencanto frente al sistema democrático cuya crisis se hace sentir a nivel mundial.

 

Tan larga cita se justifica en  cuanto es indicadora de la profundidad de la reflexión y del encuadramiento que hace García Salvattecci de las ideas del aprismo en la actualidad.

 

Cuando la política se llena de historias personales no muy edificantes y de datos menudos como cuentas de bancos y manejos financieros de fuentes extranjeras, volver a la política fundamental de las ideas es siempre saludable. Antesala de la preocupación por hacer que las ideas sean aplicables a una realidad nacional todavía lacerante y que reclama por la enorme brecha entre los pocos que tienen mucho y los muchos que no tienen nada. Según el autor aprista, la situación social ha llegado ya al límite de la tolerancia. Ello  explica el peligroso fenómeno del llamado antisistema que no es sino el rostro del desencanto o la desesperación.

 

La simple constatación de este hecho significa para el autor la obligación de revisar las tesis e ideologías tradicionales a fin de ver lo que está de acuerdo con los signos de los tiempos, partiendo de lo que el país exige en desarrollo y justicia social.

 

Parafraseando a Luis Alberto Sanchez, de quien García Salvattecci fue privilegiado y muy cercano discípulo y amigo, el Perú no debería ser ajeno a los balances y liquidaciones que realiza la misma historia. Tampoco debería perderse en el aparente laberinto de la permanencia y el cambio. Haya de la Torre fue el primero en ser fiel al cambio entendiendo la realidad dinámica y en movimiento y rechazando la permanencia inmovilizadora. Como señala el autor, Haya revisó y reformuló todas sus tesis primigenias en Treinta años de Aprismo que en la práctica es todo un balance con su respectiva liquidación de una etapa del aprismo. Haya, con valentía e inteligencia, buscó consolidar o rectificar posiciones a despecho de intereses y escándalo.

 

García Salvattecci parte de la solidaridad como inspiración actual que une la preocupación por el crecimiento económico con la sensibilidad social. La solidaridad avanza como la ideología del siglo XXI, apoyada por la Iglesia, humanizando la política, presentando el rostro actual de la fraternidad, tercera idea primigenia del lema revolucionario francés.

 

Interesante y muy importante trabajo académico y político el de García Salvattecci que parte de las reflexiones y cuestionamientos del siempre rebelde y joven luchador francés Joseph Proudhon quien en su polémica con Marx se colocó al extremo del radicalismo considerando que la propiedad es un robo e inspiró las atrabiliarias y ardientes proclamas de González Prada y de Haya de la Torre.

 

De ahí el salto a la defensa de lo humano se explica por sí solo. Al humanismo que hoy se rescata por su amplitud, para mostrar los límites de la economía y con más razón los de la política inspirada solo en la ganancia o en la defensa de los intereses de grupo. Aquello que en su extremo desemboca en la ambición o en la codicia a la que se refirió valientemente Barack Obama en su juramentación como Presidente de la primera potencia adjudicándole la negativa calidad de ser una de las causas, sino la primera, de la crisis económica y financiera que hoy flagela al mundo entero.

 

Por ello hay que tener cuidado con los extremos ideologizados en un mundo que los va descartando para construir ese centro político en el que pueden armonizarse las acciones comunes cuando las tareas exigen que todos nos involucremos.

 

Bienvenido todo trabajo que nos ayude a aproximar enfoques y enriquecer aportes. El de Hugo García Salvattecci, sumamente positivo, es de obligada lectura en lo académico como en lo político. Responde a un esfuerzo intelectual personal necesario en tanto significa una primera piedra teórica y principista en un nuevo siglo para un partido que como el Apra ostenta más de ochenta años y sigue siendo el más importante y por tanto el más responsable frente a la realidad nacional y al futuro social y político del país.
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