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MÁS ALLÁ DEL DISCURSO

Julio, mes de promesas presidenciales que deben cumplirse
Convertido en una tradición, el Mensaje a la Nación, que año a año estamos acostumbrados a escuchar como punto de partida de las celebraciones por Fiestas Patrias, despierta expectativas no solo en autoridades y empresarios, sino también en el ciudadano de a pie, que lejos de haberse convertido en un oidor pasivo, reclama –al igual que los líderes de opinión– que las metas lanzadas a viva voz se cumplan sin rodeos.
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MÁS ALLÁ DEL DISCURSO

Sea por algún interés en particular o porque el presupuesto obliga a muchos a quedarse en casa en ese feriado largo, durante más de dos horas permaneceremos sentados frente a nuestro televisor para ver y escuchar lo que el Presidente Alan García Pérez anunciará como parte de su plan de trabajo para el que será su tercer año de gestión gubernamental.

 

Promesas más, promesas menos, el interés que concita el contenido de las más de 40 páginas que, cada 28 de Julio, la cabeza del Estado traduce en palabras para su más nutrida audiencia, se convierte semanas antes en la excusa perfecta para que correligionarios, opositores, detractores, empresarios y, hasta el más común de los ciudadanos, hagan sentir su voz para sugerir lo que esperan del próximo Mensaje a la Nación del líder del partido de la estrella.

 

El año pasado, un convincente García Pérez recordaba que al iniciar su mandato sostenía que seis meses eran necesarios para hacer los primeros cambios y dos años para obtener los esperados resultados. Cumplido el primer año de su gobierno –y a modo de justificación– decía que durante su discurso explicaría "autocríticamente" las razones por las que no pudo cumplir con parte de las promesas que adelantó cuando asumió el poder en julio de 2006.

 

Partimos de esa premisa para, poco menos de 12 meses después, comenzar a pasar revista de las promesas incumplidas y, para saber lo que hombres y mujeres, empresarios y autoridades, seguidores y detractores, esperan del próximo mensaje presidencial que indefectiblemente Alan García tendrá que dirigir al país desde el seno del Congreso de la República.

 

Panorama prometedor

Nuestra economía ha crecido 82 meses consecutivos, tenemos unas de las inflaciones más bajas de mundo. Entre el año 2000 y el 2007 el Producto Bruto Interno (PBI) creció de S/. 121,057 millones a S/. 174,328 millones. Y, por si con ello no bastara, en el 2007 el empleo aumentó en 8,3% en relación al año anterior y la pobreza -convertida en el Talón de Aquiles de todos los gobiernos- disminuyó, según las estadísticas oficiales, en cinco puntos porcentuales.

 

Decía entonces el primer mandatario que "nuestro Perú es un país de problemas profundos y de grandes conflictos que sacuden las instituciones, que deprimen las conciencias y, que muchas veces nos llevan a creer que todo se ha detenido o que va a empeorar". Pero, con un panorama tan prometedor, ¿qué hacer para sostener el excepcional crecimiento económico de los últimos años?, y –lo que es mejor– ¿sobre qué puntos enfocar el mensaje del 28?

 

A decir, por ejemplo de una niña de 11 años como es Caroline Durán, quien, además de haber aprendido a colocar la roja y blanca en lo más alto de su casa y a cantar las acostumbradas canciones que durante su primaria le enseñaron en el colegio para festejar el cumpleaños de su país, ahora ya en la secundaria, tendrá también que escuchar atentamente lo que en su discurso desde la sede del Congreso de la República dirá el "señor Alan García".

 

Si bien Caroline aún no comprende con exactitud la trascendencia de esas más de dos horas que deberá permanecer fija frente a la pantalla de su televisor para, luego de sus vacaciones de medio año, entregar el trabajo que  le ha sido encomendado por su profesora. Sin embargo, espera, por lo que ha podido escuchar en sus clases como corresponsal escolar de un conocido diario de circulación nacional, que esta vez "su Presidente" cumpla lo que prometerá desde el hemiciclo de la Plaza Bolívar en Lima.

 

"Todavía no me interesa mucho la política, pero espero que el señor García Pérez diga que, además de donar computadoras en algunos colegios, trabajará para que haya menos niños y niñas pidiendo limosna en las calles. Eso es lo que quisiera escuchar", dice resuelta Caroline, planteándole de esa manera una inquietud propia de sus jóvenes 11 años.

 

Al igual que ella, jóvenes con mayores conocimiento de política y de la realidad nacional, como un Álvaro Salazar con 21 años a cuestas, esperan que el próximo discurso presidencial no sea un "saludo a la bandera más" y, por el contrario, sea la ocasión de ofrecer las disculpas por no haber cumplido con ciertas promesas, a fin de que estas logren concretarse para beneplácito de los más necesitados en nuestra sociedad. "Que el famoso chorreo, chorree", sostiene este estudiante universitario.

 

Los ?quisquillosos? de la clase

Convertidos en críticos acerbos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por la falta de solución a lo que consideran sus justos reclamos, en medio de las desavenencias surgidas por los cambios normativos que en materia laboral pretende efectivizar el Congreso, los exportadores esperan que el 28 de julio se evidencie un firme compromiso para brindar la tranquilidad que requieren las inversiones nacionales y extranjeras, se ponga en marcha un plan estratégico de mediano y largo plazo, y se aceleren aquellas concesiones que todavía duermen el sueño de los justos.

 

Al igual de lo que esperaba del mensaje presidencial de finales de julio de 2007, el presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), José Luis Silva Martinot, confía que en este Mensaje a la Nación se anuncie una serie de medidas que genere la confianza en los agentes económicos, garantizando en esa forma la seguridad a fin de seguir invirtiendo y desarrollando la capacidad productiva de nuestra economía.

 

Tras saludar el hecho de que algunas instituciones públicas vinculadas al comercio exterior continúen trabajando para desterrar las trabas impuestas por algunos funcionarios públicos que no pueden, o no quieren, trabajar al ritmo impuesto por el actual auge económico, Silva Martinot sostuvo que de diseñarse un plan estratégico, este debería promover el desarrollo que nos dará un norte, es un camino que nos diga hacia donde nos dirigimos realmente.

 

"Necesitamos una promoción más agresiva de las exportaciones. Dado su efecto en la generación de empleo, su aporte al fisco e impacto en la economía, creemos que las exportaciones ameritan ese apoyo, confiamos que el Presidente Alan García haga importantes anuncios", sostuvo enfáticamente el alto ejecutivo de ADEX.

 

El líder gremial se animó asimismo a sostener que los exportadores quieren un funcionamiento más integrado y coherente de las instituciones públicas para que temas fundamentales como la mejora de la competitividad del país -que se viene trabajando en ADEX-, la promoción de la inversión y la descentralización económica, avancen a buen ritmo, en correspondencia a las exigencias del momento excepcional que desde el punto de vista económico nos toca hoy vivir.

 

Mucho más que pobreza

Precisamente, un tema vinculado a la descentralización económica del país tiene que ver con la reducción de la pobreza. Para lo cual, el economista Pedro Francke ha señalado que a pesar de los índices sobre este álgido problema que han sido presentados por el gobierno, en los últimos tres años los pobres solo han logrado una mejora de 21 soles mensuales. Es decir, menos de 75 centavos diarios.

 

Teniendo en cuenta las cifras en azul que muestra nuestra economía, para el experto es necesario indicar que "hoy los peruanos tenemos la posibilidad de dar un salto gigantesco en la lucha contra la pobreza", por lo que resultará básico y fundamental compartir un poco mejor la riqueza, invirtiendo en educación, salud y en programas sociales de calidad, a fin de que el Estado sea capaz de hacer su trabajo y mejorar la vida de la gente.

 

En ese sentido, Francke sostiene que para que todo lo anteriormente descrito se lleve a cabo, necesitamos un gobierno que esté al servicio de las grandes mayorías y no simplemente de los grandes grupos de poder. Situación que deberá verse reflejada en el mensaje que en los próximos días concitará la atención de la mayoría de peruanos en nuestra sociedad. 

 

Sin embargo, como dice el ex Director del Banco Central de Reserva (BCR) Kurt Burneo, es necesario considerar que los últimos picos en la dinámica del PBI -como el de abril último, cuando el crecimiento económico llegó a 13,3 por ciento- deberían servir de justificación para, oportunamente, implementar decisiones de política económica más prudentes, que es lo que se reclama desde hace algún tiempo y desde diversos sectores.

 

Además, en un contexto como el actual, en el que gracias al dinamismo del sector privado la economía peruana crece como a niveles asiáticos y los distintos niveles de gobierno (central, regional y municipal) disponen de recursos como nunca antes se había visto, es inaceptable –ha escrito en una columna el decano de Economía de la UPC, Daniel Córdova– que el ritmo de inversión en infraestructura –uno de los temas favoritos en los discursos presidenciales– este lejos del que se espera en una situación como la actual.

 

Frente a esos grandes retos, solo queda esperar que las más de 40 páginas del mensaje presidencial, cuyo contenido será develado en el hemiciclo del Congreso, durante poco más de dos horas, el próximo 28 de julio, revele la puesta en marcha de verdaderas políticas que ayuden a cambiarle la cara al país, y –sobre todo– para que el "yo mismo señores hubiera querido hacer mucho más y hacer más rápido el crecimiento para los pobres, pero la realidad, los recursos y seguramente la falta de mayor capacidad nos limitan", no se robe el protagonismo que le corresponde a los planes de mediano y largo plazo que tanto se reclama. Y sea cambiado por "promesa cumplida"… Que así sea...
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