Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
Ningún peruano que se precie como tal puede mantenerse al margen de la trágica suerte que podrían correr nuestros numerosos compatriotas que viven no solo en la zona de El Alto de la ciudad de La Paz, sino también aquellos diseminados en diversos lugares de la mediterránea Bolivia. Nuestros connacionales atraviesan horas difíciles. La amenaza de la ignominiosa expulsión e incluso de agresión física -que podría llegar hasta la muerte- si se resisten, pende desde hace varios días sobre ellos. Un plazo han planteado los agresores: El 5 de junio.
¡Qué vergüenza! Quién, en sus cinco cabales y sano juicio, podía imaginar que en estos momentos aun aurorales del tercer milenio, habiendo nuestra especie dejado atrás el estadío del puro animal, un grupo, que pretende hablar en nombre del sindicalismo boliviano y también de todo este pueblo hermano, lance, además de furibundos y xenofóbicos adjetivos, la amenaza de la irradiación de todo aquel que por el solo hecho de ser peruano es cómplice y, por ende, culpable, según ellos, de un crimen de lesa humanidad. ¡La bestia se libera!
Este es un hecho, por donde se le vea, inadmisible. Socavando los cimientos de la vida en civilización, de perpetrarse este infame acto, descalificaría no solo aun más a quienes han lanzado a los cuatro vientos estos epítetos de baja estofa e intimidaciones contra nuestros compatriotas, sino también confrontaría -aun más también- al grueso de la sociedad boliviana -muy a pesar de ella, seguros estamos- ante el oprobio y la vergüenza internacional. Algo que este pueblo, que desea proyectarse positivamente como dicen sus gobernantes al futuro, no puede hoy permitirse.
Esta a tiempo este puñado de exaltados -que se adjudica la razón en este triste sino patético escenario- para rectificar, voltear la página y optar por otra vía en lo que concierne a sus protestas por lo que consideran injusto por parte del Estado peruano. Ya que si, desde su punto de vista, los tres ministros en cuestión del gobierno del ex presidente Sánchez de Lozada han sido injustificadamente asilados en el Perú, no es en todo caso culpa de nuestros compatriotas que con su esfuerzo y trabajo se ganan un sitial, integrándose con éxito, en la sociedad boliviana que los cobija.