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REVISTA

¿REVOLUCIÓN O EVOLUCIÓN EDUCATIVA?

"Para revolucionar, primero hay que evolucionar"
¿Ha involucionado la educación? El autor del artículo afirma que si. Y lo hace, señalando una bajísima calidad de la educación pública en el Perú. Leamos sus apreciaciones.
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¿REVOLUCIÓN O EVOLUCIÓN EDUCATIVA?

Nuestro pasado hispano puede ser el causante de nuestra pasión por las palabras rimbombantes. De lo contrario es difícil explicarnos el por qué hablar, permanentemente, de la necesidad de una "revolución educativa", cuando la misma es imposible de darse. Por una sencilla razón: porque para revolucionar primero hay que evolucionar y, en nuestro país, la educación no ha evolucionado, ni siquiera se ha estancado. Ha retrocedido, ha involucionado pues.

 

Uno de los defectos que se presenta en el análisis que se hace de la educación, es el hecho que el mismo se realiza de manera fraccionada, no con visión de conjunto. No se entiende que la educación es un proceso en el cual participan diversos actores y discurren diferentes acciones. No es un asunto exclusivo de padres de familia, ni de profesores, como tampoco de contenidos. Mucho menos de etapas: primaria, secundaria, superior. La cadena de producción de educación es parte de un sistema en el cual participan también, y de manera protagónica, empresarios, sociedad civil y medios de comunicación.

 

La construcción de ciudadanía se inicia con la educación que se brinda en el hogar. En muchas familias las obligaciones de los padres derivan la educación a terceros, muchas veces sin mayor instrucción. A veces se opta por mantener ocupado al niño a través de la diversión, la cual consiste en ver la transmisión a través de un aparato de televisión. Nos preguntamos ¿qué futuro le puede esperar a un niño que se alimenta de los contenidos de nuestra pobre televisión?

 

Por otra parte, y siguiendo con los medios de comunicación, los medios escritos son la fuente de información de muchos adultos, de muchos padres de familia. La prensa de 50 céntimos es la opción que elije gran parte de las familias, una prensa cargada de Eros y Tánatos, de mujeres desnudas y muertos en las pistas. Con información contaminada  por el reduccionismo, con columnistas que escriben palabras soeces o mienten sin pudor. Y donde la ética, es una palabra expulsada de las oficinas de redacción. Nos preguntamos pues ¿qué papel y qué responsabilidad tiene esta prensa, de desinformación y escándalo, en nuestra educación?

 

Se sabe que la brecha educativa entre colegios privados y públicos tiene matices. La brecha será angosta o inexistente si los colegios privados reemplazan el rigor de la formación por el "negocio" de la educación. Este es un problema que se agrava en un nivel superior. No podemos ser cómplices silenciosos de la estafa que sufren miles de jóvenes que postulan e ingresan a universidades cautivados por campañas de marketing especializadas en capturar sueños y esperanzas, para transformarlos así en simples boletas de pago. ¡Las universidades-empresa han distorsionado su rol! Algunas ya no buscan el prestigio a través del mejor profesor sino del máximo goleador: los equipos de fútbol han desplazado a la calidad que debe primar en la academia.

 

¿Qué tipo de profesionales estamos formando con universidades que tienen sucursales como si fueran restaurantes o pollerías? ¿Qué tipo de egresados  pueden salir de universidades que tienen como profesores a recitadores de power point? ¿Qué profesional puede salir de una universidad que pone como profesores a sus recientes egresados? ¿Qué experiencia de vida pueden transmitir? ¿Qué consejo podrán sugerir? Si en verdad se quiere hacer un esfuerzo en mejorar el nivel educativo en el país, el gobierno debe empezar, de inmediato, un gran esfuerzo en mejorar la calidad educativa de la educación pública: primaria, la secundaria y la superior.

 

Una educación pública de calidad obligaría a los colegios  y universidades  privadas a mejorar su oferta y de esa manera se construiría un círculo virtuoso en la educación. De lo contrario se quedarían sin alumnos. Será el mercado quien así lo decida. Si el gobierno no hace nada en ese sentido tenemos todo el derecho en pensar que se quiere asesinar a la educación pública. ¿Para qué? Para que los alumnos con algún recurso migren a la oferta privada cada vez más numerosa en cantidad, mas no en calidad. Será así eso un gran negocio para algunos promotores. Y una lamentable opción que limitará el desarrollo del país.

 

El debate está abierto. En este breve espacio hemos querido plantear nuestras reflexiones que obviamente estamos dispuestos a ampliar, pues es un tema capital donde se juega el futuro del Perú.

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