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REVISTA

PUNO BAJO CERO

Ante inoperatividad de autoridades
La semana pasada se dio a conocer una noticia que fue eclipsada por los disturbios ocasionados debido al paro amazónico: La muerte de 154 niños menores de cinco años en la sierra sur. Todos sabemos como acabaron los sucesos en Bagua. Casi nadie se enteró de lo que había sucedido a más de tres mil metros de altura.
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PUNO BAJO CERO

Mientras el país entero entraba en pánico por el arribo a nuestro país de la gripe AH1N1, proveniente de Punta Cana a través de escolares peruanos que retornaban de viaje de promoción, y el paro amazónico entraba en su etapa decisiva sin que nadie previera sus terribles consecuencias, decenas de niños menores de cinco años morían debido al intenso frío que soportan los departamentos de la sierra sur, en especial Puno, donde las temperaturas descendieron hasta los -22 grados centígrados.

 

El miércoles 3 de junio, el Ministerio de Salud (MINSA) emitía un boletín epidemiológico en el que señalaba que el número de muertes de niños menores de cinco años entre enero y mayo de este año a causa de las bajas temperaturas ascendía a 154.

 

Demás está decir que todas las pérdidas son lamentables y que no se trata de sumar y restar para determinar dónde fallecieron más peruanos, si en Bagua o en Puno; sin embargo, las muertes de estos infantes no dejan de ser especialmente dolorosas por las causas que las provocaron, la desidia con que actuaron las autoridades encargadas y, sobre todo, por la edad de las víctimas.

 

El reporte del MINSA indicaba también que 75 de estos 154 niños habían fallecido de una simple gripe que derivó en neumonía debido a la falta de atención médica. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de llegar a una posta o centro de salud, a causa de la lejanía y la falta de transporte. Murieron en sus casas, en los brazos de sus padres.

 

El informe revelaba además que, entre enero y mayo, el ministerio de Salud había atendido un millón 300 mil casos de infecciones respiratorias agudas en niños menores de 5 años en todo el país, así como 16,419 casos de neumonía. El mayor número de víctimas se encontraba en Arequipa, Cusco, Puno y Huancavelica, en zonas superiores a los 3,500 m.s.n.m. Puno es la región más asolada, con 30 muertos en lo que va del año.

 

El SENAHMI, por su parte, informaba que la temperatura en esta época es todavía más baja de la que hubo en el mismo período el año pasado, debido a los cambios climáticos, y que descendería aun más con el correr de las semanas, pudiendo alcanzar dígitos nunca antes registrados.

 

 

CUENTAS CLARAS

 

Luego de conocerse estas cifras fatales, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, dijo que había pedido a la Contraloría de la República y a la Fiscalía de la Nación que investigasen las cuentas del Gobierno Regional de Puno, debido a que esta entidad sí disponía del dinero para enfrentar la ola de frío pero no había hecho nada para hacerlo.

 

Agregó además que, mientras el gobierno regional del Cusco sí había mostrado voluntad de diálogo para solucionar estos problemas, el presidente regional de Puno, Hernán Fuentes, alegó no tener tiempo para hacerlo. Ugarte despejaba de este modo lo más lejos que podía la pelota de su cancha.

 

En respuesta, Fuentes anunció la puesta en marcha de un plan de contingencia que aseguraba la presencia de personal médico en los establecimientos durante la temporada de frío. Asimismo, recalcó que la Dirección Regional de Salud (DIRESA) había declarado la alerta verde en todos los hospitales y centros médicos de Puno. Para finalizar, dijo que la Subgerencia Regional de Defensa Civil realizaría el plan Heladas 2009, por medio del cual se entregarían frazadas y prendas de vestir gruesas a las localidades afectadas.

 

La pregunta cae por su propio peso. ¿Por qué se esperó a que hubiera esa cantidad de muertos para recién tomar medidas, si era previsible que las temperaturas descendieran en esta época, grados más o menos? ¿Los años anteriores no había sucedido algo parecido, con una cifra similar de muertos? ¿No fue posible tomar precauciones para contrarrestar las consecuencias de las heladas?

 

Quizás la Contraloría, la Fiscalía y el Poder Judicial debieran denunciar e investigar a aquellas autoridades que resultaran culpables de las muertes de estas decenas de niños, por desidia o ineptitud. Aunque el ministro no debiera deslindar responsabilidades tan rápido, los números en esta oportunidad no parecen estar del lado de Fuentes.

 

Efectivamente, el titular de la región Puno parece más preocupado en agradarle al mandatario venezolano, Hugo Chávez, y en parecerse cada vez más al presidente boliviano, Evo Morales, además de promover una política desestabilizadora y radical, y, en cambio, no sabe cómo gastar el dinero del presupuesto regional.

 

Así tenemos que la región Puno solo ha invertido el 3,3% del presupuesto para gastos de salud. Además, cuenta con antibióticos y vacunas contra la neumonía, pero no se distribuyeron a tiempo en hospitales y centros de salud, de manera que cuando los afectados conseguían llegar a los nosocomios, muchas veces luego de largas horas de caminata bajo intensas heladas, se daban con la mala sorpresa de que no había con qué atenderlos. De las más de 10 mil vacunas contra la neumonía que el Ministerio envió a Puno sólo se han utilizado menos de mil. ¿Por qué?

 

 

ANUNCIOS Y REUNIONES

 

El jueves 4, el jefe del gabinete, Yehude Simon, anunció en conferencia de prensa la declaratoria de emergencia en las localidades de la región Puno afectadas por la ola de frío. "Voy a decir algo que quizás no les caiga bien a algunos, pero tengo que decirlo", empezó. "Ha habido un mal manejo por parte de las autoridades regionales. El informe que tenemos es que se pudo atender a toda la población, pero por conflictos y paros se dejó de lado la vacunación y ahora estamos lamentando los resultados".

 

Primero el ministro de Salud y luego el presidente del Consejo de Ministros. La consigna desde el Ejecutivo parecía consistir en echarle la pelota a un Gobierno Regional abiertamente contrario a la política del Gobierno Central. Simon no se quedó ahí. "Al declarar la emergencia, los alcaldes y el gobierno regional no tendrán ninguna justificación para no hacer los gastos a fin de enfrentar la temporada de frío", añadió.

 

Luego repitió lo que había dicho Ugarte el día anterior: Que el gobierno regional de la zona sí contaba con presupuesto suficiente para capear el temporal. Incluso se animó a soltar números. Inversiones en salud: Casi 28 millones de soles. Administración regional: Más de 10 millones. Dinero otorgado por el ministerio de Salud para el mantenimiento y la reposición de equipos: 14 millones.

 

Continuando con su exposición, Simon dio a conocer la noticia de que, en coordinación con el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), se distribuirán en las próximas semanas casi 100 mil buzos y una cantidad significativa de chompas y prendas abrigadoras.

 

A la reunión del jueves 4, a la que asistieron, además de Ugarte y Simon, los alcaldes provinciales de Azángaro, Carabaya, Chucuito, El Collao, Melgar, Puno y San Román, se hicieron presentes también empresarios del emporio comercial de Gamarra, quienes donaron un lote de prendas de invierno y anunciaron el inicio de una campaña a favor de los damnificados. Los alcaldes de La Victoria y San Luis efectuaron un anuncio similar.

 

Horas más tarde, el debate se trasladó al Congreso, con la presentación de Ugarte acompañado en esta ocasión del ministro de Economía, Luis Carranza. "Se han entregado los recursos necesarios, pero no se han hecho los suficientes esfuerzos para reducir el índice de mortalidad en la región", reiteró Ugarte. Luego se animó a dar sus propias cifras al afirmar que este año, en total, el Ministerio de Salud había otorgado a la región más de 42 millones de soles para proyectos de inversión en salud y mantenimiento y reparación de equipos hospitalarios.

 

Después añadió datos más sorprendentes que los de su anterior presentación. Dijo que de las 12,230 vacunas contra el neumococo entregadas por el Ministerio a la Dirección de Salud de Puno (que depende del Gobierno Regional) sólo se habían empleado ¡26 dosis! Y que de las 4 mil vacunas contra la influenza infantil otorgadas por su cartera sólo se habían aplicado ¡17 dosis!

 

"En otras regiones del país se han reducido las tasas de mortalidad durante los últimos años", sostuvo, "pero en Puno ha sucedido un fenómeno inverso. Durante el 2006 hubo 18 fallecidos por neumonía. En el 2007 la cifra fue la misma. En el 2008 el número se elevó a 23. Y en el 2009 vamos en 34, cuando aún no empieza el invierno."

 

La congresista Lourdes Alcorta, a su turno, encendió el debate del jueves 04 al informar algo que vale la pena investigar. "Hasta la fecha el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) no envía frazadas a Puno y otras regiones afectadas ¡solo porque el SENAHMI no declara oficialmente el invierno!", aseguró. Luego soltó los exabruptos a que nos tiene acostumbrados, pero en esta ocasión, si lo que dijo se ajustaba a la verdad, su indignación era justificada.

 

El viernes 5 empezó a llegar la ayuda humanitaria para las zonas afectadas. Personal del INDECI y del MIMDES arribó en vehículos del Ejército llevando frazadas, prendas abrigadoras y alimentos. Cientos de pobladores de familias pobres de la provincia de San Román- Juliaca fueron los primeros beneficiados.

 

La viceministra del MIMDES, Cecilia Aldave Ruiz, quien dirigió la entrega de la ayuda, informó que su sector otorgará la próxima semana 200 toneladas de alimentos y 20 toneladas de frazadas y ropas abrigadoras.

 

Por su parte, el jefe de la Dirección Regional de Salud (DIRESA) de Puno, Felipe Zea Vilca, manifestó que a partir del lunes 08 se tratarán casos de infecciones respiratorias en los mercados San José y Santa Bárbara, en Juliaca. El funcionario manifestó que la institución que dirigía requería cerca de tres mil médicos y enfermeros para realizar las campañas de vacunación.

 

Finalmente, informó que la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo habían iniciado las investigaciones sobre el uso o desuso que habría llevado a cabo su sector de las vacunas contra la neumonía y el presupuesto entregado por el Gobierno Central.

 

El sábado 6, horas después de conocerse las verdaderas dimensiones de la tragedia en Bagua, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) amplió la declaratoria de emergencia a 130 provincias de 21 regiones afectadas por el frío. La medida permanecerá en vigencia hasta el 05 de agosto y permitirá al INDECI, a los gobiernos regionales, a los ministerios y a otras entidades estatales adquirir medicinas, prendas, calzado, frazadas y alimentos, y alquilar locales para proteger a la población damnificada con mayor velocidad.

 

Asimismo, la norma permite a la SUNAT hacer entrega directamente al INDECI y al MIMDES de prendas de vestir, frazadas y alimentos decomisados.

 

ACCIONES NECESARIAS

 

Sin embargo, lo preocupante del asunto es comprobar que una vez más el Gobierno Central ha demostrado una improvisación alarmante frente a emergencias previsibles. No basta con entregar chompas y casacas. Las muertes por el frío en Puno son consecuencia natural de la problemática de fondo que agrede a esa región y que tiene una diversidad de componentes: pobreza extrema, desnutrición crónica infantil, alimentación deficiente, falta de infraestructura hospitalaria y personal y equipo médico, carencia de vías de comunicación, una inadecuada educación preventiva contra enfermedades respiratorias, entre otros.

 

Para estas miles de personas que viven en condiciones infrahumanas, hacinadas en pequeños cobertizos de paja que no los protegen del frío, con una porción de papas y habas al día, sin saber a quién dirigirse, las cifras macroeconómicas que ostenta el Perú a nivel internacional, no significan absolutamente nada.

 

De la misma manera, a aquellos padres que ni siquiera tienen dinero para enterrar a sus niños muertos a causa de las bajas temperaturas, tampoco les importa gran cosa descubrir quién tiene la culpa o qué porcentaje del presupuesto se invirtió. Esos debates se dan en el Congreso y entre ministros y presidentes regionales, luego de una taza de café caliente. No a 3,500 m.s.n.m. y a 20 grados bajo cero.

 

La selva ya hizo sentir sus gritos de protesta, que, más allá de los grotescos tintes políticos que pueda adquirir en el camino, expresa el clamor de comunidades que se sienten excluidas desde los comienzos de la República. ¿El gobierno está esperando que la sierra también se levante?

 

Por otro lado, ¿no resulta peligroso dejar abandonadas a poblaciones que habitan en zonas de frontera, con los vecinos que tenemos por el sur y con un Chávez que busca la manera de extender su discurso político en la región como una mancha?

¿Acaso no se recuerda que la perorata que empleó Abimael Guzmán para reclutar a miles de campesinos que no tenían nada que perder fue que el Estado jamás había hecho nada por ellos? Si Alan García quiere evitar que el radicalismo salga victorioso el 2011, ¿la mejor manera de hacerlo no es atendiendo a las poblaciones pobrísimas de la sierra, que fueron las que votaron masivamente por Humala el 2006?

 

El frío recién está empezando. Se intensificará en los últimos días de julio y los primeros días de agosto. ¿Qué harán las autoridades para combatirlo? Luego de los sucesos de Bagua, los peruanos no queremos más muertes. Incluso el fallecimiento de un soldado como consecuencia de un ataque narcoterrorista en el VRAE pasó desapercibido. Esperemos que el gobierno tenga una pronta respuesta.
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